Por el Grupo Socialista Independiente de EEUU, 13 de marzo de 2025
¿“Democracia” o dictadura de las grandes empresas?
Por Jeff Booth y Sam Kidd
Boston, MA
El poder económico es poder político. Las recientes elecciones lo demostraron una vez más. Bajo el capitalismo, las grandes fortunas distorsionan y dominan las elecciones, perjudicando o destruyendo los derechos civiles para mantener la propiedad y el control capitalistas sobre nuestro trabajo, tierra y recursos naturales. En este momento, los multimillonarios muestran abiertamente su dominio político a través del régimen de Trump.
El precio actual para convertirse en vicepresidente no electo en Estados Unidos: más de 290 millones de dólares. “Elon Musk gastó un total de más de 290 millones de dólares en las elecciones de 2024, según muestran nuevos documentos federales, impulsando al presidente Donald Trump y a los republicanos en un esfuerzo asombroso que ha ayudado a asegurar un acceso sin precedentes para la persona más rica del mundo en la nueva administración.” (CNN 01/02/2025).
Elon Musk, la persona más rica del mundo, posee un patrimonio neto de aproximadamente 400 mil millones de dólares, la mayor parte del cual proviene de su propiedad de Tesla. Es cofundador, director ejecutivo y mayor accionista individual. Sin embargo, esta riqueza está vinculada a la financiación del gobierno. Se estima que Tesla ha recibido al menos 3 mil millones de dólares en subsidios fiscales y subvenciones del gobierno federal. Musk también es propietario de SpaceX, una empresa aeroespacial con contratos gubernamentales. SpaceX recibió al menos 15 mil millones de dólares en la última década, incluyendo al menos 3.6 mil millones de dólares del Departamento de Defensa para contratos militares. La riqueza de Musk sería insostenible sin la herencia, la explotación laboral de los trabajadores y las enormes prestaciones sociales corporativas (financiación federal).
Trump, los republicanos y sus aliados del Partido Demócrata están liderando una nueva ola de políticas antiobreras, que incluyen más recortes de impuestos para los ricos, desregulación, privatización y la destrucción de empleos y servicios. Están intensificando los ataques a los derechos y el nivel de vida de los trabajadores, continuando e intensificando la tendencia política dominante en Estados Unidos durante más de 50 años de extraer mayor valor del trabajo de los trabajadores, sin importar el impacto en la clase trabajadora y el medio ambiente. El régimen de Trump se basa en políticas pasadas de ambos partidos corporativos para debilitar al movimiento obrero y cooptar su liderazgo para apoyar el duopolio de los partidos Republicano y Demócrata. Las políticas antiobreras, la falta de un partido obrero o laboral que las combata y la ausencia de un movimiento socialista de masas han permitido que la clase capitalista utilice y abuse de la clase trabajadora, revoque las reformas democráticas y aumente masivamente la riqueza de los ricos.
La clase capitalista siempre ha ejercido el control principal sobre el sistema político en Estados Unidos, pero la clase trabajadora también ha demostrado su poder político. Algunos ejemplos incluyen la abolición de la esclavitud en la Guerra Civil, las oleadas de huelgas y la organización sindical durante la última «Edad Dorada», así como en la década de 1930 y principios de la de 1970, el movimiento por los Derechos Civiles y otros movimientos de protesta masivos. Estas luchas forjaron algunos derechos democráticos, ampliaron las libertades civiles y lograron avances económicos para la clase trabajadora.
Sin embargo, la norma en el sistema político estadounidense es que las ganancias prevalecen sobre las personas. El Congreso, la Presidencia y la Corte Suprema representan, ante todo, a los millonarios y multimillonarios. Los multimillonarios que respaldan ambos partidos corporativos están más que dispuestos a apostar por un liderazgo inestable de Trump. Ya están sacando provecho de ello. El gabinete de Trump incluye a 13 multimillonarios. Musk, Bezos y Zuckerberg, los tres multimillonarios más ricos, han aumentado su fortuna en 242 000 millones de dólares desde la investidura de Trump. Juntos, poseen 932 000 millones de dólares, más de 170 millones de personas en conjunto, la mitad más pobre de la población estadounidense.
Según un informe de Oxfam, en enero de 2025, la riqueza de los multimillonarios aumentó en más de 2 billones de dólares en 2024. En la próxima década, surgirán los primeros billonarios. La riqueza de los diez hombres más ricos creció un promedio de 100 millones de dólares al día a lo largo de 2024, e incluso si perdieran el 99% de su patrimonio, seguirían siendo multimillonarios. El informe de Oxfam también reveló que un número similar de personas vive en la pobreza hoy en día que en 1990. La riqueza que acumulan los millonarios y multimillonarios es asombrosa, pero el trabajador promedio no ve que esa riqueza conduzca a una mejora en sus propias vidas. A escala mundial, el 1% más rico posee ahora casi el 45% de toda la riqueza, mientras que el 44% de la humanidad vive por debajo del umbral de pobreza del Banco Mundial de 6,85 dólares al día.
La necesidad de que no haya multimillonarios
Los millonarios y multimillonarios solo existen gracias a la herencia, la explotación despiadada del trabajo y la naturaleza, y el apoyo y la protección del gobierno capitalista. Los ricos propietarios no tienen talento. No realizan ningún trabajo real. Contratan y utilizan a trabajadores para el trabajo físico, el pensamiento, la investigación, el diseño, etc., necesarios para la producción. No es ningún misterio por qué los capitalistas gastan miles de millones en mantener el sistema político y el gobierno bajo su influencia y control. No se trata solo de la codicia inhumana de los millonarios y multimillonarios y su acaparamiento de recursos. Se trata más bien de que la clase capitalista posee las fábricas, la tierra, el transporte, el almacenamiento, la vivienda, los hospitales, las tiendas, etc., la producción y distribución de lo que la gente necesita. Sin los dos partidos políticos capitalistas en el gobierno, los millonarios y multimillonarios no tendrían el poder político, ni siquiera la violencia del Estado, para mantener el sistema en funcionamiento. La alternativa al dominio de los capitalistas sería una economía y una sociedad socialistas, donde los medios de producción fueran de propiedad pública, planificados y gestionados por la democracia directa y real de la clase trabajadora. En una sociedad socialista no habría lugar para millonarios ni multimillonarios y su sistema capitalista genera pobreza, desigualdad, racismo, guerras y destrucción del medio ambiente.
