Mario Unda y Maritza Idrobo *
Quito, 15 de noviembre de 2023
Estamos a muy pocos días de que se inaugure el gobierno de Daniel Noboa. Inicialmente se había previsto la transmisión del mando para mediados de diciembre, pero luego se la adelantó para el primero de ese mismo mes; y ahora parece que realizará el 23 de noviembre. Ya antes se había adelantado para el 17 de noviembre la sesión inaugural de la nueva Asamblea Nacional.
A pesar de la cercanía de estas fechas, subsisten aún varias interrogantes.
El control de la Asamblea
Una de ellas, y no menor, tiene que ver con la conformación del cuadro de autoridades de la Asamblea Nacional, es decir, de las alianzas políticas que se urdirán para asegurar el control del legislativo (o, por lo menos, para intentarlo), dado que ningún partido alcanzó el número suficiente de escaños para poder lograrlo por sí mismo. Durante varios días los partidos políticos estuvieron dedicados al forcejeo.
¿ADN+PSC+RC?
Se anunció primero la posibilidad de un acuerdo entre ADN (Alianza Democrática Nacional, de Daniel Noboa), el PSC (partido Socialcristiano) y RC (Revolución Ciudadana, nombre actual del correísmo).
En la forma, esta posibilidad repite la fallida alianza de hace dos años entre CREO (Creando Oportunidades, el movimiento de Lasso) con el PSC y UNES (Unión por la Esperanza, nombre que tenía entonces el correísmo). Lasso mismo rompió de improviso el acuerdo un día antes de la instalación de la Asamblea, probablemente temiendo quedar en manos del PSC y del correísmo; no le faltaban razones: todos sabemos acá que el PSC ha desarrollado la habilidad política de gobernar desde el parlamento, luego que se hizo evidente que no tendría posibilidades de retornar al Poder Ejecutivo (1), mientras que el correísmo ha sustituido al PSC en su calidad de primera minoría y, por lo tanto, contaría con la posibilidad de intentar un juego similar al emprendido por el PSC.
¿Durará este acuerdo ADN-PSC-RC más que lo que duró hace dos años el acuerdo CREO-PSC-UNES? De hecho, el correísmo había dado los primeros pasos, ofreciendo, por boca del propio Correa, su respaldo parlamentario a Noboa si definía políticas en favor de los migrantes. Y, por boca de la expresidenta del partido, Marcela Aguiñaga, exigían a otras organizaciones que “dejen gobernar al nuevo presidente”. Aguiñaga criticaba con estas palabras la declaración de Leonidas Iza, dirigente de la Conaie, quien había dicho dos días antes que estarían atentos a cualquier paquetazo neoliberal.
Pero, de repente, la alianza estuvo a punto de naufragar. Correa, desde Bélgica, anunció muy suelto de lengua que parte del acuerdo era el juicio político a la fiscal Diana Salazar, a quien el correísmo busca destituir. Esto provocó el rechazo del PSC, cuyo asambleísta Henry Kronfle afirmó que no constaban en el acuerdo temas de este tenor; y, por supuesto, el desmentido de Daniel Noboa, quien dijo tajantemente que es necesario “proteger” a personas como Diana Salazar, “nuestra fiscal”.
Al final, parece que el correísmo dio marcha atrás y Marcela Holguín, asambleísta de RC, afirmó que se trataba de un acuerdo programático y que el enjuiciamiento de Salazar no estaba contemplado. Así, parece que el acuerdo queda en firme, por lo menos hasta el momento en que escribimos estas líneas; y que Henry Kronfle, del PSC, será el futuro presidente de la Asamblea (2).
Finalmente, el 14 de noviembre, todos los sectores involucrados confirmaron el acuerdo, aclarando que no se trata, en ningún caso, de acuerdo de cogobierno. En un par de días se sabrá si la alianza se consolidó, o si apareció alguna otra combinación.
Construye
Apenas se supo la noticia (aun en grado de rumor) del acuerdo ADN-PSC-RC, los medios, analistas y “formadores de opinión” hicieron notar su alarma, más aún por el silencio inicial de Noboa.
Quienes más alto levantaron la voz fueron asambleístas de Construye, que se quedarían al margen del acuerdo y de las principales representaciones parlamentarias. Uno de ellos: el general Patricio Carrillo, su asambleísta más votado, conocido por su papel de gran represor en las multitudinarias movilizaciones populares de 2019 y 2022 como comandante de la policía, en el primer caso; y como ministro de gobierno, en el otro.
Recordando que el presidente de la Asamblea es miembro del Consejo de Seguridad Nacional y que Construye tendrá el segundo bloque más numeroso de la Asamblea, Carrillo dijo que “el presidente de la República [Noboa] debe valorar perfectamente con quién se va sentar: con conspiradores o con gente que, con la experiencia necesaria, puede sacar adelante la política de defensa, la política de inteligencia, la política de seguridad ciudadana, la política de gestión de riesgos y la política exterior” (3).
Al mismo tiempo, Construye ha anunciado que los dos sectores en los que originó el movimiento trabajarán coordinados, pero independientes entre sí; su punto de contacto parecería ser la exigencia de que no quede en la impunidad el asesinato de Fernando Villavicencio.
Otros sectores
Sociedad Patriótica, el partido del expresidente Lucio Gutiérrez, no ha dado muchas señales de lo que sería su posición, seguramente porque hasta ahora no ha sido tomado muy en cuenta; se supo, eso sí, que se unirían a sus filas tres asambleístas que desertaron de Construye.
De los independientes no se ha dicho nada. Varios analistas coinciden en que lo más probable será que terminen sumándose al bloque que sustentará al gobierno, como ha sido usual en el parlamento ecuatoriano.
* Docentes y activistas de movimientos populares y colectivos sociales.
Notas
1) El PSC gobernó con Febres Cordero entre 1984 y 1988, pero no alcanzó a ganar la presidencia nunca más. No obstante, hasta la irrupción del correísmo en 2006-2007 continuó siendo la minoría parlamentaria más grande, sobre todo gracias a sus votos en la provincia del Guayas y, especialmente, en Guayaquil, su capital. Desde allí pudo condicionar (por decirlo suavemente) a todos los gobiernos que le sucedieron entre 1988 y 2005.
2) Kronfle había sido también el candidato de la alianza entre CREO, el PSC y el correísmo en 2021.
