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18 de enero de 2024
Javier Milei actual presidente de Argentina, en su campaña electoral señaló «prefiero la mafia al Estado». Si bien esta frase provocó estupor en diversos sectores, en realidad alude a cómo se conducen los gobiernos neoliberales en Latinoamérica.
Por Joaquín Pérez
En solo 6 años Ecuador pasó de ser una de los países más seguros de Latinoamérica a uno de los más peligrosos. Durante la presidencia de Rafael Correa, la tasa de homicidios no llegaba a los 6 por cada 100 mil habitantes. Este 2023 en Ecuador la tasa se elevó a 35 asesinatos cada 100 mil habitantes, esto supone un incremento de un 500 % desde que Correa dejó el poder, el año 2017.
El 9 de enero de 2023 el portal periodístico La Posta publicó una investigación titulada «El Gran Padrino», que exhibía el vínculo entre el cuñado presidente del Ecuador, Guillermo Lasso (2021-23) y una de las mafias más temidas de Europa, la mafia albanesa, la cual tiene una presencia muy activa en Ecuador.
La investigación periodística comprobó cómo Danilo Carrera, cuñado del Guillermo Lasso, operaba en las aduanas a través de Rubén Cherres, quien agilizaba el envió de cocaína hacia diferentes países y se encargaba del lavado de activos producidos por dichas expediciones. El 31 de marzo de 2023, Cherres fue encontrado asesinado, y el 19 de abril el cuñado de Lasso fue arrestado, acelerando la solicitud de destitución del entonces presidente en el congreso de Ecuador. Lasso se anticipó a la jugada y cerró el congreso, activando el mecanismo llamado en Ecuador de «muerte cruzada», que obligó también al cierre del congreso, como a la renuncia del presidente, obligando a un adelanto de las elecciones tanto presidenciales como parlamentarias.
Se inició así una campaña electoral que quedó en los registros de la historia de Ecuador. En las encuestas partió como favorita indiscutida la candidata de Revolución Ciudadana (correismo) Luisa González, sin embargo una seguidilla de atentados y asesinatos alteró los pronósticos electorales. El 9 de agosto de 2023, a solo diez días de las elecciones, uno de los candidatos a la presidencia, Fernando Villavicencio, fue asesinado en pleno acto de campaña. Una semana antes había sido amenazado de muerte por José Macías Villamar, alias Fito, el jefe narco que se fugó de la prisión el pasado 8 de enero de 2024, desencadenando varios atentados terroristas organizados entre otros grupos por Los Choneros, liderado por el propio Fito, que implicaron la toma de cárceles, asalto a la televisión pública del país, secuestro en una universidad entre otros, en escenas que recorrieron al mundo y mostraron los niveles de criminalidad y desgobierno que existen hoy en el país.
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Los gobiernos neoliberales
Lenín Moreno llegó al gobierno en el año 2017, era el sucesor de Correa, quien abandonaba el poder con una alta popularidad. Sin embargo, su heredero político al poco andar lo traicionó y, lejos de continuar en la línea de los gobiernos nacionalistas que existían en Sudamérica en aquellos años, se entregó a las manos de Washington, asumiendo una serie de políticas neoliberales en el país. Entre muchas otras, se suprimieron el Ministerio de Justicia (que administraba las prisiones), el Ministerio de Coordinación de Seguridad y el Consejo Nacional de Control de Sustancias Estupefacientes, todo ello con el discurso simplón de disminuir «grasa del Estado» y el gasto público. Esas tres dependencias se integraron al Ministerio del Interior, reduciéndose sus respectivos presupuestos.
A Lenin Moreno lo sustituyó un neoliberal de tomo y lomo, el banquero Opus Dei Guillermo Lasso, quien impuso la Ley para la Atracción y Fomento de Inversiones para el Desarrollo Productivo. Un eufemismo neoliberal con el que habilitó zonas especiales desreguladas para operaciones libres para los empresarios, aptas para la flexibilización de las normativas de contratación y la directa supresión de los derechos laborales. Es exactamente la misma regulación que se aplicó en México bajo gobiernos neoliberales, en Ciudad Juárez y Tijuana, donde se incrementaron de forma exponencial la trata y desaparición de personas, además del desarrollo y el control territorial de los carteles del narcotráfico. Según el Observatorio del Crimen Organizado en Ecuador (OECO), el narcotráfico es la principal actividad que explica el crecimiento de la criminalidad, con un 23% de incidencia. En el segundo lugar se ubica el lavado de activos, con una incidencia del 17%. Entre ambos suman el 40% del aumento directo de criminalidad.
El 8 de septiembre de 2023, el relator especial de las Naciones Unidas sobre Pobreza Extrema, Oliver De Shutter, responsabilizó al gobierno de Lasso por la existencia de trabajo en condición de servidumbre. El informe de De Schutter señala que el 34% de los habitantes de Ecuador que tienen entre 15 y 24 años viven en la pobreza, 12% más que en los últimos años de Correa. Una situación que explica el fácil reclutamiento como sicarios de jóvenes en situación de marginalidad que obtienen 200 dólares mensuales, el doble de un salario mínimo, por trabajar para los narcotraficantes. El capitalismo, como ha sido comprobado a lo largo de la historia, ya desde la Guerra del Opio en China, es el territorio más amigable para la libre circulación de los estupefacientes. Pero, sobre todo, para el blanqueo de los dineros obtenidos, más aún en un país dolarizado como Ecuador.
