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Economía – Cepal: el rezago relativo de América Latina se profundizará en el próximo quinquenio. [Informe]

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~Correspondencia de prensa

La Diaria, 19-12-2024

Correspondencia de Prensa, 23-12-2024

Informe de Cepal: el rezago relativo de América Latina se profundizará en el próximo quinquenio

Según la Comisión Económica para América Latina y el Caribe, la región crecería 2,2% este año y 2,4% el próximo. Con esta perspectiva, América Latina transitaría una década de estancamiento en términos del PIB per cápita.

¿Estancamiento secular?

Como confirma el último informe elaborado por el organismo de Naciones Unidas, difundido ayer, el PIB per cápita conjunto de la región creció a una tasa anual promedio de apenas 1% entre 2015 y 2024. Esta es una de las manifestaciones de la trampa del desarrollo que afecta las economías regionales, un fenómeno que excede la perspectiva del crecimiento y que se extiende a lo largo de múltiples avenidas, particularmente de la esfera social.

Es que, ante la incapacidad para promover un crecimiento más vigoroso y sostenido, difícilmente se logre aumentar el ritmo de creación de empleo (apenas 1,7% en 2024) y reducir la informalidad (todavía cercana al 50%), dos rasgos que han venido caracterizando a los mercados laborales de la región. Esto restringe, a su vez, los avances en materia de pobreza y desigualdad, dejando la región en una compleja situación de estancamiento que no permite encauzar las demandas de la población y que podría suponer, más temprano que tarde, un descontento generalizado en torno al funcionamiento del sistema, como sucedió en algunos países durante la segunda mitad de 2019.

Justamente, la imposibilidad de satisfacer estas demandas legítimas es la que ha estado detrás, entre otras cosas, del auge de los populismos y del descreimiento ciudadano en torno a la capacidad de la democracia de crear oportunidades que mejoren las condiciones de vida de la mayoría.

Rezago relativo

Entre las consecuencias de esta década de estancamiento, que se caracteriza por resultados aún más modestos que los alcanzados durante la llamada “década perdida” de los años 80, está la ampliación del rezago relativo que muestra América Latina con respecto a otras regiones emergentes del mundo. En ese sentido, nuestra región viene perdiendo peso en la contribución al crecimiento global, en contraposición a lo que sucede con otras, especialmente en Asia.

A modo ilustrativo, la contribución regional a la variación anual del PIB mundial fue 0,5% entre 1990 y 2023 (más baja que antes) y será aún menor en el quinquenio que se extiende desde 2024 a 2029 (0,3%). Para tener una medida relativa, la contribución de los países emergentes de Asia fue de 1,4% durante la primera ventana temporal y será de 1,7% en el caso de los próximos cinco años.

El problema de la inflación

Mirando la parte llena del vaso, la inflación ha continuado moderándose tras el pico que alcanzó durante 2022, cuando en promedio se ubicó en torno al 8,2% anual. Desde ese momento, las presiones inflacionarias han venido cayendo y se espera que, a nivel agregado, los precios al consumo crezcan en el entorno de 3,4% durante el año próximo. A pesar de esto, advierte el informe, los niveles de inflación siguen siendo mayores respecto de la situación prepandemia. Debe tenerse en cuenta, además, que más allá de que se modere la variación de los precios (la inflación), el nivel podría ubicarse un escalón por encima, dada la rigidez a la baja que suelen mostrar muchos precios (el encarecimiento de una economía).

Las cuentas públicas

Naturalmente, los desequilibrios en el frente fiscal continúan operando como un lastre que limita las acciones para revertir el magro desempeño de la actividad y contrarrestar las consecuencias que encierra este escenario a nivel socioeconómico.

Por un lado, el estancamiento del crecimiento se traduce en una baja recaudación, lo que limita el margen de maniobra desde el punto de vista de los ingresos. Del otro lado de esta ecuación, los problemas de deuda y la carga consecuente de intereses demandan un gasto cada vez mayor, que impide redireccionar recursos en la dirección de las reformas procrecimiento y del fortalecimiento de la malla de protección social, ampliamente perforada por los altos niveles de informalidad que siguen afectando a la mayoría de las economías regionales. A este respecto, el informe advierte sobre el nivel histórico que podría alcanzar el pago de intereses (como se ilustra en el gráfico).

Es elocuente, en ese sentido, la proporción que representa el pago de intereses de los gobiernos con respecto al gasto social, que es fundamental para escapar de la trampa del desarrollo y revertir la trayectoria inercial que esto supone hacia adelante. En el caso del gasto en educación, el pago de intereses representa ahora el 70% (en 2012 esa proporción era del 45%), en tanto que ese guarismo asciende al 86% para la salud (61% en 2012) y 57% en el caso del gasto en protección social (52% en 2012).

En efecto, la región enfrenta un creciente problema por el lado de los ingresos y también de los egresos públicos, a lo que se suma la problemática de la evasión tributaria. De acuerdo con los últimos datos, que corresponden a 2023, el incumplimiento tributario correspondiente a los impuestos a la renta y al valor agregado representó cerca del 6,7% del PIB regional.

Las perspectivas para cada subregión

Proyecciones 2024

Según la actualización de proyecciones, el crecimiento previsto para este año será mayor en el Caribe, donde está prevista una expansión económica agregada de 11%. Sin embargo, esta tasa de crecimiento recoge el desempeño excepcional de Guyana, que exhibiría una variación del PIB superior al 41%. Si se excluye este caso, el crecimiento estimado para el Caribe es de 2,5%. En América Central, por su parte, se espera un incremento del PIB del entorno de 2,8%, en tanto que esa proyección se ubica en el eje del 2% para América del Sur.

A nivel nacional, el mayor crecimiento lo tendría Venezuela, cuyo PIB se expandiría 6,2%. Le siguen República Dominicana (5,2%), Paraguay (4,2%) y Costa Rica (4,1%). En el caso de Uruguay, la Cepal estima que el producto se incrementaría en 3,1%, cuatro décimas menos de la proyección que se desprende del último relevamiento realizado por el Banco Central del Uruguay (BCU) entre los analistas.

Proyecciones 2025

De cara al próximo año, se espera una expansión de 5,7% para el Caribe (que cae al 2,6% si se excluye el caso de Guyana), 2,9% para América Central y 2,6% para América del Sur.

A nivel de países, volvería a ser República Dominicana el que tendría el mejor desempeño económico, con una expansión estimada en 4,6%. Luego aparece Argentina, con un rebote de 4,3% (tras una contracción estimada del PIB de 3,2% para este año), y Paraguay (3,9%). En el caso de Uruguay, la perspectiva para el próximo año sugiere un crecimiento de 2,7%, levemente por encima de lo que surge del relevamiento realizado por el BCU (2,5%).

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