¿DONDE ESTÁ LA CLASE OBRERA?.
por Pepe Gutiérrez-Álvarez
Esta es la pregunta que te haces después de ver, disfrutar y sufrir viendo CARNE DE GALLINA, dirigida por Javier Maqua (2002) con Karra Elejalde, Anabel Alonso, Nathalie Seseña, Amparo Valle. Estamos ante una película dolorosa que describe una «tropa» generacional bastante bien descrita en el caso asturiano por lo que queda de lo antaño pudo ser el PSOE y la UGT. Por casos como el de Fernández Villa que insultan una historia de dignidad y conciencia social…
Un argumento concebido en estrictos términos berlanguianos: el esperpento vitriólico, el sainete corrosivo y las carcajadas nerviosas, hiperbólicas, del condenado a muerte.
Farsa oscurisima (que no opaca: se transparenta a la perfección el patadón en las criadillas de nuestro sistema), recoge la herencia del autor de ¡Vivan los novios!, del mejor y más lúcido Rafael Azcona, permaneciendo sin embargo afín a la ácrata furia española de Maqua,que describe una generación que vive a expensas de las conquistas y las glorias de antaño. Bien rellena de agudísimo humor burdo y borde, rica en sobresalientes diálogos recitados por actores no ya en estado de gracia: Karra Elejalde, tras su muestra de Marujas asesinas violando una vieja ¿con moco autónomo incluido? está genial, pero Anabel Alonso, Nathalie Seseña o Amparo Valle se salen), y con la escatología por bandera, Carne de gallina gustará a aquellos que saben que la vida es como el palo de un gallinero, y que el cine inteligente es capaz de convencernos del Ettore Scola de la deprimente “Brutos, sucios y malos”, una ilustración de la idea de Buñuel según el cual a los miserables no se les puede pedir que además sean buenas personas.
Para miserabilistas combativos. Lo mejor: la sesión de espiritismo (y la incontinencia urinaria de la Alonso). Lo peor: el póster del film. Afortunadamente hay otra historia, otra clase obrera y otras películas más optimistas, pero esta resultaba necesaria.