En Chile sigue plenamente vigente la Constitución de la dictadura, una carta magna completamente antidemocrática ideada precisamente para que las mayorías no puedan tomar decisiones, sino que siempre sean las minorías las que se impongan sobre las mayorías. Tampoco debemos olvidar que para poder imponer esta Constitución la dictadura tuvo que asesinar, torturar y hacer desaparecer a miles de chilenos, sobre esos cimientos se levanto la actual Constitución que rige a los habitantes de este país.
Tribunal Constitucional, un supra poder completamente antidemocrático.
Incluso cuando se logra sobrepasar algunas de las barreras de la antidemocrática Constitución de Pinochet y el UDI Jaime Guzmán aparece este supra poder para aplastar cualquier posibilidad que tengan los ciudadanos para que puedan ejercer la democracia. Un ejemplo claro de esto es lo que estamos viendo frente a la legalización del aborto en tres causales que a duras penas logro pasar las barreras antidemocráticas que existen en el Parlamento, pero finalmente los que decidirán serán los integrantes del Tribunal Constitucional, una democracia “perfecta” para los empresarios y la elite dominante de este país.
Lo primero que hay que recordar es que los integrantes del Tribunal Constitucional son designados a dedo, nadie realmente vota por ellos, sus diez integrantes son designados, tres por la Corte Suprema (que tampoco es elegida), tres por el Presidente de la República y los otros cuatro restantes por el Parlamento (senadores y diputados), en otras palabras este Tribunal solo es representativo de una pequeña minoría, como por ejemplo les da exactamente lo mismo que un 70% de los chilenos apoyen el aborto en tres causales y que un 85% de la población apoye el aborto en caso de violación y ni hablar como han paralizado reformas laborales completamente tibias, para hacerlas aun mas retrogradas de lo que ya habían salido del Parlamento, lo que queda claro es que su rol es precisamente ser los perros guardianes de los intereses de los empresarios y la elite dominante de este país, no de las grandes mayorías ciudadanas.
Cuando se habla de democracia en Chile estamos hablando dentro de estos parámetros que de democrático tiene muy poco, llevamos prácticamente casi treinta años aceptando esta gran farsa, todo esto parece no molestarle a los “demócratas” de la Nueva Mayoría y Chile Vamos que hacen gárgaras hablando de Chile como una democracia avanzada y lo peor de todo tratan de dar lecciones a otros países como hemos visto en el último periodo con respecto a la situación que tenemos Venezuela.
Está claro que para tener una democracia de verdad en Chile, necesitamos ponerle fin a la Constitución del dictador, mediante una Asamblea Constituyente donde todos los sectores de este país participen y sean tomados en cuenta y no solo un pequeño sector de esta sociedad, junto además con poner fin a todos los enclaves antidemocráticos como es el caso del Tribunal Constitucional.
Celso Calfullan.
Socialismo Revolucionario, Comité por una Internacional de los Trabajadores, CIT.
Movimiento Socialista Allendista