“Los puertos chilenos están atrasados y hoy nuestras exportaciones dependen de Perú”.
En medio de la movilización de los trabajadores del puerto de Valparaíso que cumple hoy su novena jornada [a la fecha actual 11 días] de huelga, INTERFERENCIA conversó con Gonzalo Díaz, asesor de la Unión Portuaria, la confederación más grande rubro, para hablar acerca de la modernización, producción y la protección laboral en los puertos chilenos.
Este domingo los trabajadores del puerto de Valparaíso cumplieron nueve días de huelga. Hasta este viernes 12 embarcaciones habían sido desviadas a otros puertos del país, principalmente el de San Antonio, generando una pérdida de 20.000 contenedores y un duro golpe en la imagen de la ciudad de cara al mercado de cruceros.
Frente a las críticas económicas, los sindicatos se han mantenido firmes en su posición y le exigen a las empresas un bono de término de conflicto, la protección de los trabajadores movilizados, además de sus demandas iniciales: estabilidad y seguridad laboral. La negociación ha sido dura y los patrones no quisieron acceder a la reunión de diálogo a la que convocó el alcalde de Valparaíso, Jorge Sharp, el pasado miércoles 21 de noviembre.
Pablo Klimpel, representante de los trabajadores portuarios movilizados, dice que este puede ser “el primero de varios conflictos laborales” que pueden vivirse en los puertos del país durante los próximos meses, debido a la “inestabilidad laboral y la caída en los turnos que han experimentado los trabajadores del rubro”.
Para comprender la dimensión del conflicto portuario y las demandas que hoy levantan los trabajadores que movilizan la principal puerta de acceso y salida de productos comerciales al país, INTERFERENCIA conversó con Gonzalo Díaz, ingeniero comercial y asesor de la Unión Portuaria del Bío Bío.
Representando la voz de la confederación más grande del área, que reúne a 84 sindicatos portuarios desde Iquique a Punta Arenas, Díaz saca al pizarrón la desventaja estratégica que están teniendo los puertos del país respecto de sus competidores en Latinoamérica, principalmente por la ausencia de una institucionalidad específica para la actividad portuaria que permita su modernización, la protección de sus trabajadores y un aumento de su productividad.
– ¿Cuáles son los principales conflictos que enfrentan los trabajadores portuarios en Chile?
– El problema que existe en los puertos, es que la forma de hacer el trabajo es del tipo eventual, es decir por turnos. Esa es la estructura laboral histórica que han tenido los trabajadores portuarios y por lo mismo, el principal conflicto es la inestabilidad laboral.
La legislación chilena es una legislación muy antigua, normada básicamente por el código del trabajo, pero en el caso de los portuarios no se cumplen varios derechos fundamentales y al mismo tiempo la norma no se hace cargo de la especificidad del trabajo portuario. Lo que acá realmente rige es un modelo de costumbres y tradiciones que se han ido estableciendo a partir de las huelgas y las negociaciones.
“En los puertos, la figura del trabajador contratado, de planta, no cumple con los estándares mínimos y los derechos fundamentales de un trabajador contratado”.
Bajo este esquema, por un lado tenemos la figura del trabajador contratado, de planta, que la verdad no cumple con los estándares mínimos de un trabajador contratado. Por ejemplo, se les avisa con dos horas de anticipación si tienen o no turno y se les paga por faena, por tanto, en la práctica, es un trabajador eventual.
Luego, están los trabajadores eventuales de verdad, como es el caso de los compañeros de Valparaíso movilizados, que tienen contratos por 7,5 horas, donde se les llama hasta 3 veces. En la práctica trabajan 15 o 16 horas fácilmente, cuestión que está prohibido de acuerdo al convenio número 1 de la OIT, ratificado por Chile que indica que no se pueden trabajar más de 12 horas, pero acá pasa igual y lo saben la Dirección del Trabajo y la Inspección.
Sumado a esto, la estructura salarial depende de los turnos y al mismo tiempo estos están sujetos a la oferta y la demanda ya que no siempre llegan buques, un mes te puede ir muy bien y otro muy mal. Valparaíso es uno de los puertos que peor paga, 30 mil pesos líquidos por turno aproximadamente con un promedio de 8 a 10 turnos mensuales. Están sacando entre 240.000 y 300.000 pesos en los meses de baja demanda.
– ¿Cuáles son las propuestas que han trabajado desde la Unión Portuaria?
– Nosotros estamos apostando a un modelo de trabajo portuario que entienda la especificidad de las faenas en el puerto. Primero hay que entender que este es un trabajo especial y por sus características propias creemos que se necesita una ley específica para regular la actividad, porque de lo contrario los derechos fundamentales de los trabajadores terminan siendo vulnerados, que es lo que sucede actualmente.
Por otro lado, existe evidencia internacional que afirma que el trabajador portuario se forma dentro del puerto a partir de los primeros cinco años y que los 55 años de edad, ese trabajador ya no sirve por ser una labor de alto riesgo.
– ¿Cuáles son estos riesgos?
– Es necesario entender que en el puerto tu trabajas en espacios confinados muy pequeños, con carga y vehículos de alto tonelaje. Las grúas que se ven de afuera pesan cerca de 70 toneladas, y cada tarro – como le decimos a los contenedores – mueve cerca de 30 toneladas. Pensemos que son alrededor de 100 toneladas que se van movilizando a 40 o 50 kilómetros por hora en un espacio de 2 mil metros cuadrados, con 20 personas y 10 de estas máquinas. Tienes que tener oídos y ojos en la espalda, hay que tener buenos reflejos y el trabajo se hace muy rápido porque la exigencia para las navieras es que se vayan ojalá el mismo día. Esto se ha superado en el mundo básicamente invirtiendo en tecnología, pero acá los puertos van quedando cada vez más chicos.
Esta semana murieron dos trabjadores portuarios, uno en San Antonio y otro en Huasco.
Tomando esto en cuenta, creemos que debe existir un modelo de pensiones especiales para los trabajadores del puerto a partir de los 55 años, ya que una persona de esa edad corre peligro por un tema de reflejos, pérdida de visión y desgaste. No es menor que esta semana hayan muerto dos personas en Huasco y en San Antonio, ambos cercanos a los 55 años.
Actualmente, la alternativa que nos ha quedado es sacar a los trabajadores más desgastados a través de pensiones de gracia, para justamente protegerlo del trabajo en el puerto, pero el problema es que no todos pueden optar a esta opción.
– Más allá de la situación de los trabajadores, ustedes como representantes del gremio ¿Cuál creen que es la realidad de los puertos en Chile?
– En Chile la actividad portuaria está completamente desregulada, no existe una norma específica. Esto, en la práctica ha provocado que los puertos no puedan desarrollarse, la logística se encuentra atrasada, lo mismo sucede en cuanto a los derechos y la seguridad de los trabajadores.
Acá cada uno se rasca con sus propias uñas, si quieres ver un tema de logística tienes que ir a un ministerio, si vas a ver condiciones laborales a otro y al final la modernización no se ha podido concretar, pues hoy ni los ministerios entienden bien todo lo que se aborda en los puertos, cuestión que es sumamente preocupante ya que es una actividad económica estratégica para el país. De los puertos depende gran parte de lo que entra y sale de Chile.
Dentro de este escenario lo que nosotros proponemos es crear una institucionalidad para los puertos. Estamos pensando en una Ley General de Puertos que incluya una agencia o en el mejor de los casos una subsecretaría de puertos dependiente del Ministerio de Economía, pero más allá del detalle, lo importante es que todos los tema portuarios, laborales, estructurales, logísticos, la relación con los municipios, entre otros, lo vea un mismo organismo.
– Si esta es la realidad, ¿en qué posición se encuentran los puertos chilenos en relación a los puertos de la región?
Chile está muy atrasado. De hecho, de acuerdo a los datos entregados por la CEPAL – que elabora un ranking anual con la productividad de los puertos – el Callao hoy está en el lugar número seis en Latinoamérica y Guayaquil en el puesto siete. El puerto chileno que más se les acerca es el de San Antonio que está en el lugar diez y Valparaíso está en el puesto dieciocho, cuando hace diez años estaba en el once
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TEU: Twenty-foot Equivalent Unit (Medida equivalente a 20 pies x unidad)
El gran problema es que Chile no tiene la capacidad de atender buques grandes porque los puertos se quedaron chicos. En Valparaíso actualmente hay dos terminales. El primero tiene un frente de 744 metros de largo, con tres sitios de casi 200 metros de largo y otro frente con dos sitios que hacen 266 metros de largo. Los buques que están llegando miden 360 metros de largo, por tanto un frente ya no sirve y el buque se descarga en el primer frente utilizando al menos dos sitios, lo que significa que no se puede atender a otro buque.
Esto significa un tremendo problema de infraestructura y lo que está pasando es que llegan buques chicos a Chile desde Perú que se devuelven cargados y allá traspasan la carga a buques más grandes que mueven 22 mil tarros y los que llegan acá hacen 14 mil. Este es un tema geopolítico no menor porque hoy gran parte de nuestra exportación depende de Perú.
Pensando en la modernización de los puertos y el fenómeno actual al interior del mercado laboral, todo indica que se perderán puestos de trabajo ¿Cómo se debe enfrentar este tema?
Nosotros vemos que existen dos convenios de la OIT con respecto al tema portuario que Chile no tiene ratificado ni uno. Uno es el convenio 127 que precisamente habla de la modernización y dice que cuando esta acarree cesantía, tiene que generarse un modelo tripartito, donde participemos los trabajadores, los empresarios y el gobierno para buscar una salida justa.
Esto está pasando actualmente en Valparaíso. Allá hay mucha gente y no hay pega para todo el mundo. Es necesario darle estabilidad a los trabajadores y no puede ser que se consiga siempre mediante la presión.
El otro convenio es el 152 que habla sobre las normas de seguridad laboral en los puertos. En Chile no existe una norma especial de seguridad portuaria, se aplica la normal. Existe la normal, entonces existe una para los mineros, pero no para los portuarios que también trabajan en zonas muy riesgosas. De hecho al año hay más muertos en los puertos que en las minas.
– El principal reclamo que han hecho los empresarios en torno al paro de Valparaíso es la pérdida económica que significa para el país y para la ciudad ¿Cómo se hacen cargo de esta crítica?
– Obviamente los empresarios se enojan por eso, pero el trabajador defiende lo que tiene que defender que es el sustento de su familia, así de simple. Las empresas chilenas y los puertos no se escapan de esta realidad, tienen bajísimos niveles de producción. Nosotros, los trabajadores vivimos día a día la precariedad para salvaguardar este problema, que le corresponde a los empresarios.
“Nosotros sí queremos productividad, queremos trabajo y buen empleo para nuestros trabajadores y lo que le estamos diciendo al empresariado y el ejecutivo es que hagan su pega”.
Miremos a Valparaíso, al problema del largo de los sitios hay que sumarle que es muy chico, son 14 hectáreas y la cargas que llegan no las pueden atender ahí, tienen que sacarlas y las llevan a la Zona Especial de Apoyo Logístico (ZEAL), el tema es que este lo opera otra empresa y eso significa una pérdida para Von Appen, que administra el puerto (TPS). Él se movió para que vuelvan las cargas hacia Valparaíso empeorando la situación logística de la zona.
Entonces este negocio a todas luces es extraño, nadie sabe cómo sucedió porque están haciendo todo lo contrario a lo que un puerto moderno hace que es tirar carga hacia atrás, tierra adentro. Están empeorando la ciudad, el puerto y el turismo.
En ese sentido, nosotros sí queremos productividad, queremos trabajo y buen empleo para nuestros trabajadores y lo que le estamos diciendo al empresariado y el ejecutivo es que hagan su pega y que no solucionen sus problemas a costa de los trabajadores. Los ranking de productividad en chile son horribles y el empresariado no hace nada, solo se dedica a hacer todos los esfuerzos para bajar los costos laborales. Por tanto no es justo y tampoco lo es que se le ataque a los trabajadores ya que la huelga y la presión es la única herramienta que tenemos para conquistar mejoras. Así ha sido siempre y ellos no lo han querido entender.
Es cosa de ver la reforma laboral actual. Nosotros como Unión Portuaria nos opusimos a la de Bachelet, porque consideramos que retrocedía en muchos aspectos y está retrocede aún más en los derechos fundamentales, por tanto siguen abordando el problema de la productividad a partir de los trabajadores, ya es momento que se hagan cargo, es lo único que les decimos.
25 de Noviembre 2018.
Fuente: https://interferencia.cl/articulos/los-puertos-chilenos-estan-atrasados-y-hoy-nuestras-exportaciones-dependen-de-peru