Celso Calfullan
Socialismo Revolucionario, CIT en Chile.
El golpe de Estado del 11 de septiembre de 1973 es el punto de inicio de este experimento económico y social que tendrá enormes y negativas consecuencias sociales y políticas en este país.
El asesinato de miles de dirigentes sindicales y políticos de izquierda fue la base para instaurar este nuevo sistema, que hubiera sido imposible de llevar a cabo con sindicatos y partidos de la clase trabajadora, fuertes.
Una vez instalada la dictadura militar y de la derecha chilena, junto con instalar un régimen de terror, con la persecución, la tortura, el exilio, detenidos desaparecidos, además del asesinato de dirigentes sindicales y trabajadores conscientes y de avanzada en la defensa de los derechos de su clase.
Junto con implantar el terror también se instalan de la mano de economistas formados en la Universidad de Chicago (EEUU) los famosos “Chicagos Boys”, una reestructuración total de la economía en nuestro país. Para ellos no se trataba simplemente de un “pronunciamiento militar” anti comunista sino de refundar la república.
Los pilares de esta refundación neo-liberal fueron el Plan Laboral que permitió a los sindicatos volver a funcionar pero basados en la negociación solo a nivel de empresa, con impulso al fraccionamiento sindical dentro de la propia empresa, con huelgas legales que no dañaran la producción, y sindicatos corporativos impedidos de participar en niveles de participación política. La ley minera para abrir la gran minería a la inversión del gran capital extranjero. La privatización del sistema de pensiones mediante las AFP. La privatización parcial de la Educación y la Salud, rebajando el nivel de inversiones y calidad del sector público, y municipalizando la Educación y la Salud primaria, todo ello en el marco de fuertes restricciones a las libertades públicas y un sistema político que quedó amarrado hasta nuestros días por la Constitución del 80.
La receta de Milton Friedman.
Milton Friedman, profesor en la Universidad de Chicago fue el gran ideólogo de lo que luego conoceríamos como “neoliberalismo”, en su libro “Capitalismo y Libertad” sentó las bases de su “nueva ideología”, que en lo esencial apunta a que el Estado es ineficiente y que los privados son eficientes. Que afirma que serán los privados los que asegurarán un crecimiento máximo y el desarrollo de este país.
La teoría de Friedman coincide y era que no, con los intereses de las grandes corporaciones y transnacionales, por esto uno de los principales promotores y financistas de estas ideas fue la Fundación Ford, para llevarla por todo el mundo.
Chile se convierte así en el primer país en el mundo en poner en práctica la doctrina de Milton Friedman, su política de “libre mercado”, en Chile sus principales promotores fueron conocidos popularmente como “Chicago Boys”, todos ellos eran fieles promotores y seguidores de la dictadura chilena.
Chile sin lugar a duda era el país ideal para implantar el neoliberalismo, existía una dictadura criminal que lo controlaba todo, no existía una oposición política y los sindicatos estaban destruidos.
Fiel al programa neoliberal, el régimen del dictador Pinochet llevó adelante pautas económicas que llevarían a una desregulación drástica de la economía, desempleo masivo, una concentración de la renta en favor de los grandes grupos económicos, la privatización de bienes públicos.
En los primeros años de la dictadura, llegaron al país préstamos por 141,8 millones de dólares del Export-Import Bank y otros bancos, y 304,3 millones de dólares del Banco Mundial y del BID, que estaban muy interesados en hacer avanzar el experimento neoliberal en Chile y el postulado de Milton Friedman, como su principal promotor ideológico.
El Estado debía ser reducido a su mínima expresión.
De acuerdo a esta política el Estado debía retirarse de una gran cantidad de sectores de la economía, especialmente del área productiva donde antes había jugado un rol clave para el desarrollo del país. Todas las industrias claves que estaban en manos del Estado, debían ser traspasadas a manos privadas.
También sectores como la educación, la salud, viviendas sociales y las pensiones debían ser traspasados al área privada, en otras palabras los derechos sociales básicos de los trabajadores debían ser pasados a manos privadas. En su obra La doctrina del shock, Naomi Klein señaló “Libres de críticos, Pinochet y De Castro comenzaron a desmontar el Estado del Bienestar para alcanzar su pura utopía capitalista. En 1975 recortaron el gasto público el 27% de un solo golpe y siguieron recortando hasta que, hacia 1980, llegaron a la mitad de lo que era con Allende. Salud y educación fue lo que más sufrió (…) De Castro Privatizó casi quinientas empresas y bancos estatales, prácticamente regalando muchos de ellos, puesto que lo que quería era ponerlos lo más rápido posible en el lugar que les correspondía dentro del orden económico”.
Los años 80 verán no solamente esta experiencia, sino también, hacia finales de esa década, el colapso y destrucción de la Unión Soviética y la caída del muro de Berlín con la inevitable penetración del capital imperialista, lo que significará un avance del neoliberalismo no sólo en términos económicos sino también ideológicos prácticamente en todo el mundo, marcando uno de los retrocesos sociales más importantes del siglo XX, el desmantelamiento o retroceso del Estado de Bienestar en una contrarreforma brutal que todavía continúa. Es el capitalismo de la expoliación transfiriendo la mitad de la riqueza de la humanidad a una elite muy minoritaria súper rica.
Estamos viendo los nefastos resultados de este experimento neoliberal.
El control de la economía en muy pocas manos, menos del 1% de la población (unas pocas familias) controlan completamente la economía, lo que ha terminado en un control asfixiante del conjunto de la sociedad, no solo de las empresas, sino también de los medios de comunicación, como periódicos, canales de TV y radios de este país, desde donde defienden y promueven su ideología.
Lo peor de todo es que con el control de la economía, vino también la compra de políticos y una corrupción generalizada de la sociedad por este pequeño grupo de magnates que lo controla todo, incluyendo a la casta política, como quedó demostrado con los casos de corrupción de Soquimich, Penta y otros.
En educación estamos viendo como miles de jóvenes estudiantes sin poder terminar con sus estudios, hoy están completamente endeudados con la banca y viviendo en el peor de los mundos posibles.
Por otro lado también terminamos con una salud pública completamente desmantelada y arruinada, desde la cual se siguen traspasando enormes cantidades de recursos a las clínicas privadas, que siguen aumentado sus ganancias, con un negocio que resulta ser muy lucrativo para ellos, pero con la mayoría de la población, sin tener acceso a la salud y sin poder resolver sus problemas de salud.
Movimiento NO + AFP.
Sin lugar a duda uno de los problemas más graves creados por el neoliberalismo, es lo que hoy estamos viendo con las AFP (fondos privados de pensiones) que están condenando a cientos de miles de trabajadores que se están pensionando a vivir en la más completa y horrible de la miserias, pasando a depender de sus familias para poder sobrevivir o derechamente saliendo a las calles a pedir limosna para poder comer. Todas las promesas sobre las ventajas de tener un sistema de pensiones privado, en los hechos reales y concretos, ha resultado ser completamente falso.
Llego la hora de poner fin a la herencia de la dictadura.
Los responsables de la enorme crisis social que tenemos hoy no solo son los “Chicago Boys” que con el respaldo de las armas impusieron su sistema, sino también de todos los gobiernos de la Concertación de la pos-dictadura que se transformaron en simples continuadores de la dictadura cívico-militar que tuvimos en Chile, que finalmente terminaron profundizando y “perfeccionando” el sistema neoliberal que heredaron de la dictadura, a pesar de todas las promesas en contrario que hicieron a fines de los ochenta, ya nos quedó claro que mintieron y traicionaron descaradamente a todos los que luchamos contra la dictadura precisamente para terminar con este legado nefasto del neoliberalismo contra los trabajadores y sus familias.
Conmemorando otro 11 de septiembre.
Como podemos ver no solo tenemos que luchar por verdad y justicia en las violaciones de los derechos humanos, sino también debemos destruir el conjunto del legado económico y político que nos heredó el nefasto régimen cívico-militar que tuvimos en Chile, sin realizar esto no recuperaremos nuestros derechos económicos y sociales, como salarios justos, educación, salud, medio ambiente limpio y pensiones.
Nota: Para más análisis y perspectivas a nivel nacional como internacional, visita nuestra página http://socialismorevolucionario.cl/