Resumen.cl 21 abr 2025
El proyecto hidroeléctrico Central Rucalhue vuelve al centro del debate tras un ataque incendiario que destruyó maquinaria en sus obras. Este conflicto se suma a una década de controversias ambientales, sociales y judiciales que han marcado el interés por su construcción en el río Biobío, impulsada por capitales chinos y resistida por comunidades locales y organizaciones sociales.
Por J. Arroyo Olea
Durante la madrugada de este domingo se dio a conocer que maquinaria presente en las obras del proyecto hidroeléctrico Central Rucalhue fue destruida tras ser incendiadas por desconocidos.
Acorde a lo informado por Radio Biobío, habrían sido un indeterminado número de personas las que, a eso de las 03:00 horas ingresaron al predio, redujeron a dos guardias de la empresa y quemaron 48 camiones, 1 moto niveladora y 2 excavadoras.
Tras los hechos, la empresa emitió un comunicado en el que caracterizó el ataque como «terrorista», indicando que «los daños materiales son significativos y se está realizando una evaluación de las pérdidas». De igual, la empresa de capitales chinos señaló que «presentaremos las querellas respectivas y vamos a colaborar activamente con las autoridades policiales y judiciales para esclarecer los hechos, identificar a los responsables y reforzar las medidas de seguridad en la zona«.
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Central Rucalhue: una década de conflictividad social generada con la llegada de la empresa
El proyecto hidroeléctrico cuenta con una extensa historia de conflictividad en la zona, buscando intervenir el río Biobío que ya cuenta con otros tres proyectos construidos en su cauce: Central Ralco, Central Pangue, Central Palmucho y Central Angostura.
El rastro del origen del proyecto puede situarse en 2010, cuando las empresas forestales Maderas Cóndor y Comaco adquirieron derechos de aprovechamiento de aguas que posteriormente fueron vendidas a la empresa brasileña Atiaia Energía, la cual ingresó el proyecto hidroeléctrico a evaluación ambiental en 2013.
Tras cerca de tres años de tramitación, en abril de 2016, el Servicio de Evaluación Ambiental entregó la Resolución de Calificación Ambiental favorable para el proyecto. Pese a esto, no fue sino hasta dos años después, en 2018, cuando la empresa brasilera fue adquirida por la empresa China International Water and Electric (CWE), subsidiaria de la transnacional China Three Gorges Corporation; una transacción que constituyó la primera inversión hidroeléctrica de China en Chile, en un contexto de creciente relación comercial entre ambos países y que, hoy, da cuenta de una gran presencia de capitales chinos en el sector energético del país.
Desde ese momento, a la fecha, han proliferado conflictos con comunidades locales y organizaciones sociales a partir del proceso de construcción de la Central Rucalhue. Durante 2021 la empresa -que actúa con el nombre de Rucalhue Energía SpA- ingresó dos querellas contra jóvenes que se movilizaron en contra del proyecto ocupando sus terrenos, contexto en que también, acusaron, habrían recibido amedrentamientos de representantes de la empresa.
Ambas querellas conllevaron el desalojo de las ocupaciones, siendo la última la más violenta en la cual se acusó un desproporcionado uso de la fuerza por parte de guardias privados de la empresa y efectivos policiales de Carabineros, además de un extenso proceso de judicialización en el cual las partes quedaron en acuerdo.
De igual forma, el historial del proyecto ha estado cruzado por denuncias ingresadas en su contra. Tras el segundo desalojo, jóvenes ingresaron una denuncia contra guardias de la empresa entregando su relato a la Policía de Investigaciones de Concepción en febrero de 2022.
Por otro lado, se han ingresado denuncias por la luz verde entregada por la Corporación Nacional Forestal para que el proyecto sea catalogado como interés nacional, y pueda talar especies nativas en categoría de conservación. Asimismo, se han ingresado recursos de protección contra la decisión del Ministerio de Energía de ampliar el plazo de la construcción del proyecto para mantener su concesión eléctrica. Recientemente, la Corte de Apelaciones de Concepción rechazó ambos recursos, pero al menos el que apunta al rol de Conaf, por la ausencia de consulta indígena en el proceso, estaría siendo llevando a la Corte Suprema.
Actualmente el proyecto se encuentra aprobado y con los permisos para avanzar en sus obras. De igual forma, estas se enmarcan en la implementación del Plan de Fortalecimiento Industrial del Biobío (PFI), el cual ha promovido el desarrollo de proyectos con historiales de conflictividad, donde Central Rucalhue está en la lista de «proyectos priorizados».