Tendría un interés de carácter estrictamente histórico remontarse al período anterior al desarrollo sindical del fenómeno fascista, si esta mirada retrospectiva no fuese útil también para combatir un estado de ánimo muy difundido hoy: la desconfianza en las masas. Esta desconfianza es uno de los obstáculos más graves para reemprender la lucha de los partidos de izquierdas, y para una exacta valoración de las posibilidades de un movimiento clasista inmune a los defectos del pasado período demagógico.