Esquerda Online, editorial, 16-4-2020
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Traducción de Ernesto Herrera – Correspondencia de Prensa
La actuación del Bolsonaro durante la crisis sanitaria ha sido ampliamente criticada, hecho que se ha comprobado en todas las encuestas sobre el tema. Esto se debe a que el presidente es la punta de lanza de una política negadora y criminal, que no reconoce la importancia del aislamiento social y de los testeos masivos, como las principales medidas para evitar el contagio masivo del covid-19.
En esta crisis, Luiz Henrique Mandetta fue oscilando entre posiciones a favor del aislamiento social y la adaptación a la política de Bolsonaro. Es por eso que, aunque dudoso, Mandetta obtenía el mayor índice de aprobación entre los funcionarios del gobierno durante esta crisis.
La destitución (1) demuestra que Bolsonaro no acepta en su gobierno a nadie que defienda, ni siquiera muy parcialmente, las medidas de aislamiento indicadas por la Organización Mundial de la Salud (OMS).
No tenemos ningún acuerdo político con Mandetta -un político del DEM (partido Demócratas)-, defensor de la privatización de la salud pública y hasta entonces aliado de la extrema derecha, pero denunciamos su destitución como un paso adelante en la política de masacre de Bolsonaro. Este gobierno opta por radicalizar el genocidio de la población negra en un país donde el 80% de los usuarios del SUS (Sistema Único de Salud) se autodefinen negros y de raza negra.
Brasil se enfrenta a dos amenazas mortales: el nuevo coronavirus y el presidente genocida que ayuda a la propagación de enfermedades, miseria y desempleo. Es necesario sacar a Bolsonaro del poder, lo antes posible, como primera condición para preservar vidas, empleos, derechos y salarios. Una vez más, debemos volver a las ventanas para gritar alto y claro: ¡Fuera el Bolsonaro!
También consideramos necesario convocar a nuevas elecciones presidenciales directas y libres, lo antes posible. El vicepresidente Mourão, un general de extrema derecha que siempre ha defendido la dictadura miltar, no es una alternativa. No debemos confiar en ningún general. El pueblo brasileño debe ejercer el derecho democrático de elegir un nuevo gobierno para hacer frente a esta gravísima crisis sanitaria, económica y social.
Creemos que la izquierda unida debe presentar una alternativa política independiente, para tener un gobierno de y para los explotados y oprimidos. Pues tanto el neofascismo bolsonarista, como la derecha tradicional -PSDB (Partido de la Social Democracia Brasileña) y DEM-, aunque de forma diferente, quieren hacer que la clase trabajadora pague la factura de esta crisis.
¡Salvar a las personas, no a las ganancias!
¡Fuera Bolsonaro!
Nota
1) Mandetta será reemplazado por Nelson Teich, un oncólogo que tiene un doctorado en economía de la salud de la Universidad de York, informó la cadena de televisión pública TV Brasil. Trabajó como “asesor informal” durante la campaña presidencial de Bolsonaro en 2018 y fue considerado como candidato para ministro de Salud en ese momento. Fue recomendado a Bolsonaro por el ministro de Economía, Paulo Guedes. (Redacción Correspondencia de Prensa)