Brasil – Entrevista a Paulo Pasin, presidente de la Federación Nacional de los Metroviarios (Fenametro)
“2017 puede definir el futuro de generaciones en Brasil”
Gabriel Brito, Redacción
Correio da Cidadania, 17-3-2017
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Traducción de Ernesto Herrera – Correspondencia de Prensa
Manifestaciones masivas por todo Brasil marcaron el día 15 de marzo y un clima de huelga general apareció en el aire como hacía mucho tiempo no se veía, con diversos sectores organizados saliendo a las calles para protestar contra el paquete de reformas del gobierno Temer. En la mayor de ellas, en San Pablo, profesores y metroviarios tuvieron un gran protagonismo en los actos que tienen como eje central frenar la reforma de la Previsión social. Sobre todo eso, conversamos con Paulo Pasin, presidente de la Federación Nacional de los Metroviarios (Fenametro).
-Correio da Cidadania: ¿En primer lugar, por qué los metroviarios entraron en huelga y cuáles son las demandas de ustedes?
Paulo Pasin: Nuestra huelga fue contra las reformas de la Previsión y Laboral. Nuestro sindicato tiene una tradición de luchas generales en defensa de los derechos del conjunto de los trabajadores. Por eso, nuestra paralización recibió apoyo de los usuarios del Metro. Ni siquiera los medios que siempre atacan nuestros paros consiguieron esconder el apoyo de la población a nuestra huelga. Muchos ciudadanos decía: “tienen que parar todo”.
-Coreio da Cidadania: ¿Qué comenta de la Reforma de la Previsión pautada por el gobierno Temer?
Paulo Pasin: No se trata de Reforma, sino de destrucción de la Previsión Social. Los cambios propuestos impedirán que millones de brasileros accedan a este derecho.
Establecer la edad mínima de 65 años para hombres y mujeres; aumentar para 49 años el tiempo de contribución necesario para recibir un valor próximo a lo que recibía en actividad; desvincular el Beneficio de Prestación Continuada (BPC) del salario mínimo, aumentar gradualmente la edad mínima de 65 a 70 años; reducir el BPC pago a personas con discapacidad y enfermos pobres; obligar a los trabajadores rurales no solo a trabajar más tiempo sino también a pagar un mayor valor, es perverso.
Sabemos que la expectativa de vida en varias regiones de Brasil, como la del Norte y el Nordeste, es inferior a 65 años. Estudios muestran que en las periferias de San Pablo hay una realidad semejante, o sea, la mayoría de los trabajadores, principalmente los pobres y los que trabajan en actividades más penosas e insalubres (campo, construcción, etc.) no estarán vivos para alcanzar la edad mínima de jubilación.
Desconocer la doble jornada y la desigualdad de las condiciones de trabajo de las mujeres, confirma la concepción retrógrada y machista del gobierno ilegítimo. Temer ignora que las mujeres no sólo trabajan más que los hombres, sino que también la diferencia aumentó todavía más en la última década. Varias entidades ya desenmascararon la propaganda del gobierno sobre el déficit de la previsión, demostrando que la seguridad social es superavitaria. Un superávit que inclusive se redujo en los últimos años, por causa de las exoneraciones y renuncias fiscales de más de R$ 383 billones. Eso si no consideramos la deuda de R$ 432,9 billones que las empresas acumulaban hasta enero de 2017.
Aunque fuera deficitaria, la previsión es un pacto entre generaciones, basado en el principio de solidaridad. Existe para garantizar calidad de vida para quien construyó con su trabajo la riqueza nacional, no teniendo como objetivo aumentar la tasa nacional de ahorro y dar soporte a la expansión del mercado de capital. En la práctica, quieren adoptar un régimen de capitalización individual, que rompo con la noción de solidaridad inspiradora de las previsiones.
-Correio da Cidadania: ¿En esa línea, cómo evalúa el conjunto de reformas que el gobierno federal pretende implementar?
Paulo Pasin: Todas las reformas y medidas de este gobierno tienen como objetivo central hacer que los trabajadores y pobres paguen la cuenta de la crisis del sistema capitalista. Ya aprobaron la limitación de los gastos sociales por dos décadas (salud, educación, vivienda, transporte colectivo, vivienda popular, etc.), penalizando a los más pobres. Ahora quieren aprobar la Reforma Previsional, Reforma Laboral, la tercerización amplia, general, irrestricta.
Y como saben que los trabajadores irán a reaccionar, están fortaleciendo el carácter represor del Estado y limitando todavía más el derecho de huelga y manifestación.
-Correio da Cidadania: ¿Qué opina de la narrativa mediática a este respecto? ¿Estamos en la hora dónde los medios defienden las ideas del empresariado brasilero como “racionalidad neutra” para se encarada de otra manera por la ciudadanía?
Paulo Pasin: Es impresionante como la media pega siempre en la misma tecla: “para que el país vuelva a crecer es preciso equilibrar las cuentas públicas”. Ninguna palabra sobre el pago de los intereses y amortización de la deuda pública, esta deuda fraudulenta que sirve para transferir al sistema financiero casi la mitad del presupuesto del país, en tanto faltan recursos para atender los derechos sociales básicos de millones de brasileros que viven en la pobreza y miseria.
No existe “neutralidad” en la sociedad. O se está del lado de los capitalistas, o de los trabajadores. Por eso, es tan importante luchar contra el monopolio de los medios de comunicación, para que la clase trabajadora pueda expresarse hacia el conjunto de la población.
-Correio da Cidadania: ¿Cómo analiza la jornada nacional de manifestaciones contra la reforma? ¿Cómo evalúa el acto realizado en San Pablo específicamente?
Paulo Pasin: Creo que la jornada nacional superó las expectativas más optimistas. Fueron paralizaciones de diversos sectores en todo Brasil, inclusive varios paros de transporte. Nosotros, mettroviarios, paramos en San Pablo, Belo Horizonte y Recife, además de liberar la boletería en la estación Mercado en Porto Alegre. Ocurrieron además grandes actos en varias capitales del país y cortes de grandes rutas.
El acto en San Pablo fue muy impresionante, demostrando que, al contrario del discurso de Temer el día 15 de marzo, la sociedad está, sí, entendiendo la reforma de la previsión, por eso está en contra y se moviliza para derrotarla. El gran apoyo de la población a los metroviarios también es una señal de esta comprensión, de que es preciso luchas en defensa de este derecho.
-Correio da Cidadania: ¿Qué viene por delante? ¿Cuál la expectativa para 2017 y la continuidad del gobierno Temer?
Paulo Pasin: A pesar de ser fuerte, el día 15, así como la movilización de las mujeres el día 8 de marzo, fueron el inicio de jornadas de lucha contra las reformas del gobierno Temer. A pesar de ser antipopulares, las reformas son apoyadas por todas las fracciones del capital internacional y nacional, por este parlamento conservador y corrupto, por el poder judicial y por los medios.
Precisamos seguir tomando las calles y preparando en las bases de cada sindicato la huelga general. No debemos encuadrar nuestras luchas en la disputa electoral de 2018, como quiere hacer el PT. Tampoco podemos aceptar el camino que lleva a la división de clase, con propuestas de enmiendas puntuales al proyecto del gobierno. Es preciso derrotar las reformas de la previsión y laboral..
En 2017, se define el futuro de generaciones en Brasil. O conseguimos ampliar, y mucho, la unidad de nuestra clase, con acciones todavía más contundentes, o vamos a perder derechos mínimos conquistados en las últimas décadas.
El resultado de este embate define la continuidad o no del gobierno ilegítimo, una vez que la aprobación de sus reformas es la condición de su existencia. En ese sentido, es fundamental una amplia unidad de acción con todos los que están a favor de la movilización directa para derrotar las reformas previsionales y laborales.