Por: Manuel Retamal
Estamos en presencia de un posible gobierno con características similares al de Patricio Aylwin, palabras como «consensos», «cualquiera menos la derecha», «todos contra la derecha», vuelven en función de un programa que busca el gatopardismo de una segunda transición sin cambiar de modelo.
Se pretende construir un Estado de Derechos sin tocar el modelo. Se habla de «No+AFP», pero se propone un sistema publico con ahorro individual, se corta el flujo de capitales a favor de las Afp(s) con traspaso voluntario al nuevo sistema y se cierran las posibilidades de reconstruir un sistema público de reparto íntergeneracional. Se plantea una reforma tributaria a 8 años en un gobierno que dura cuatro. Se busca la gratuidad en educación, pero tendremos créditos con interés a tasa cero a cargo de un nuevo sistema público. Se plantea un seguro único en salud, pero la Isapres podrán tener un rol complementario. En fin, la ambigüedad llegó al Frente Amplio como una forma permanente de hacer política.
El actual proyecto programático se distancia del 18 de octubre y se acerca al acuerdo del 15 de noviembre del año 2019, los movimientos sociales, los sectores populares y la izquierda no tienen espacio en un proyecto político donde participaron 33.000 personas, pero todos sabemos que hay un equipo sistematizador que es un freno a propuestas como el retorno del Estado a la economía, la nacionalización de los recursos naturales estratégicos, la gratuidad universal de derechos sociales financiado por el cobre, el litio y todos los recursos naturales.
Tenemos un programa con medidas que no están valorizadas, por ejemplo: ¿Cuánto sale construir 65.000 viviendas al año? Para disminuir el déficit habitacional de 600.000 en todo el país, ¿Cuál será el fondo de capitalización del Banco Nacional de Desarrollo para financiar a las Pymes?, ¿Cuál es el costo de las empresas estatales que se pretenden crear?, ¿cuantos puntos del P.I.B se destinarán a la condonación del C.A.E?. Hay un programa que en materia de recaudación tributaria se distancia de lo que propone la OCDE como parte del Producto Interno Bruto Nacional.
Existen propuestas graduales como un sueldo imponible de $500.000 pesos al final del período, la línea de la pobreza en el Chile del 2021 es de $460.000 pesos de Sobrevivencia para un hogar de cuatro personas, esto significa que con el sueldo mínimo que propone Gabriel Boric, los hogares empobrecidos de Chile seguirán en esa condición, esto sin considerar que la cifra sobre la línea de la pobreza al año 2026 se va a reajustar. En la práctica Boric se aleja del sueldo mínimo de $567.000 pesos que necesitan hoy las y los trabajadores de nuestro pais.
Se nos viene un escenario de inestabilidad política para Chile, con la ausencia de un nuevo proyecto histórico y un programa político tibio que busca quedar bien con los multimillonarios de Chile y los partidos políticos de los 30 años. De ganar Boric las movilizaciones populares producto de un programa conservador pueden ir en ascenso, con una oposición liderada por José Antonio Kast quien buscará una disputa frontal contra Apruebo Dignidad, con el propósito de recuperar el gobierno en el corto plazo, el peligro que representa este escenario para Chile es que se conforme un movimiento fascista nacional por la coyuntura política y económica, ante una mala estrategia programática.
Es clave el proceso constituyente en este escenario de vacío político y programático, se debe avanzar en una articulación a la izquierda del Frente Amplio con los sectores populares, pensando en que un eventual gobierno de Gabriel Boric tendría un carácter provisorio con un período de 2 años.
