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Bolivia – “Los resultados de la OEA están basados en un error de cómputos y en una elección inadecuada de métodos estadísticos”

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Entrevista con Francisco Rodríguez, autor de una investigación que rebatió argumentos de la auditoría de la OEA sobre las irregularidades en las elecciones bolivianas,

Gonzalo Giuria

La Diaria, 19-6-2020

https://ladiaria.com.uy/

Francisco Rodríguez es un economista venezolano que, junto con la estadounidense Dorothy Kronick, experta en política latinoamericana en la Universidad de Pensilvania, y el colombiano Nicolás Idrobo, realizaron un informe independiente en el que se analizó en profundidad la auditoría realizada por la Organización de los Estados Americanos (OEA) de las elecciones presidenciales en Bolivia, elemento que fue clave para la destitución del presidente Evo Morales. El trabajo de Rodríguez, Kronick e Idrobo llegó a la conclusión de que los investigadores de la OEA cometieron errores metodológicos, que los llevaron a llegar a conclusiones erróneas. Para hablar sobre su investigación, La Diaria se contactó con Francisco Rodríguez.

-¿Cuáles son los principales cuestionamientos que vos y el grupo que realizó la investigación encontraron respecto del estudio realizado por los técnicos de la OEA?

La OEA en su informe de auditoría alegó que había encontrado un quiebre en la tendencia en el último 5% de los votos, y muestra una estimación de la tendencia para el primer 95% y para el último 5% que parecía mostrar que había un incremento atípico en los votos a favor de Evo Morales en ese último 5%. De acuerdo a la metodología utilizada en su informe, en ese último 5% de los votos ellos estaban incluyendo los votos que no habían sido tabulados por el sistema de transmisión de resultados electorales preliminares (TREP). Hay algunos que no se contaron ahí, que son los votos que llegaron más tarde, que tienen más facilidad para inferir si es eso lo que se busca, un intento de interferir con el resultado electoral. Ellos los habían incluido en este último 5%. Estos votos corresponden a 4,4% de las mesas y a 4,1% de los votos, que es más de 80% de los votos que constituyen la evidencia de fraude.

Cuando nosotros los incluimos en la muestra, tal como dijo la OEA que hizo, desaparece el quiebre en la tendencia que ellos habían mostrado. Entonces llegamos a la conclusión de que la OEA cometió un error. Ellos dijeron que incluyeron estos votos, pero no lo hicieron, los excluyeron. Al mismo tiempo, nosotros objetamos la metodología utilizada por la OEA para medir este quiebre de tendencia, independientemente de este error que señalamos, porque es una metodología que tiene claros sesgos y que no es recomendada para hacer evaluaciones de quiebre de tendencia. La metodología más aceptada para realizar evaluaciones de quiebre de tendencia, de acuerdo a la literatura científica, se denomina regresión en discontinuidad, que efectivamente evalúa si hay una diferencia sistemática con los datos antes del quiebre y después del quiebre. Al aplicar esa metodología, independientemente de si se incluyen o no los votos que no estaban registrados en el TREP, no hay un salto significativo en la tendencia. En otras palabras, aun cometiendo el error que ellos cometieron, si la OEA hubiera utilizado la metodología adecuada para medir el quiebre de tendencia no habría conseguido esos resultados. Entonces, resumiendo, los resultados de la OEA están basados en un error de cómputos y en una elección inadecuada de métodos estadísticos.

-¿A qué atribuís el error cometido por la OEA en su análisis, que luego fue clave para la salida de Evo Morales del poder?

No me corresponde especular sobre cuáles son las razones. Yo parto de la base de la buena fe de los investigadores, y entiendo que ellos desconocían la literatura que hay sobre los métodos de regresión en discontinuidad. Entiendo simplemente que los investigadores de la OEA cometieron un error en la codificación, porque es evidente en el informe que realizaron que pensaron que estaban incluyendo estos votos no contabilizados por el TREP, cuando en realidad los excluyeron. En la investigación se cometen errores. Pero en este caso no podemos valorar qué razones hubo, simplemente indicamos que estos errores se cometieron. Lo que yo sí podría decir más a nivel general es que este tipo de errores se pueden evitar si se ponen en funcionamiento mecanismos que aseguren mayor transparencia, mecanismo de revisión externa, publicación de las metodologías. Porque uno de los problemas por los que ha tomado tanto tiempo hacer esta revisión es porque la OEA nunca publicó ni las cifras ni el código que empleó para llegar a estos resultados estadísticos. Creo que si la OEA hubiera tenido más transparencia en este tema, este error se habría identificado poco después de la publicación de la auditoría, y no tanto tiempo después. También creo que vale la pena señalar que la OEA comenzó a aplicar análisis estadísticos a sus informes electorales a partir del año 2017, por lo tanto esta organización, que tiene mucha experiencia en observación de procesos electorales, no la tiene en la aplicación de análisis estadísticos, y en este caso produjeron un análisis que está por debajo de los estándares aceptables en la investigación académica sobre estos temas.

-¿Qué reflexión hacés sobre la reciente declaración de la OEA en la que cuestiona las críticas que se le realizan por provenir, entre otras entidades, de un think tank afín a los gobiernos de Cuba y al chavismo?

En primer lugar, la declaración de la OEA no responde a ninguno de nuestros argumentos sustanciales. No pone en discusión nuestro hallazgo de que los resultados que ellos obtuvieron se debieron a un error de análisis y a la exclusión de datos de la muestra. Por lo tanto, dado que no critica nuestro análisis e incluso cita nuestro trabajo y algunas de nuestras conclusiones, no me queda más que pensar que la OEA está aceptando nuestros cuestionamientos. La respuesta de la OEA pareciera ser la de minimizar la relevancia de este análisis estadístico, lo cual me parece que puede ser una discusión válida. La OEA alega que el análisis estadístico juega un rol menor, que es algo con lo que yo difiero, más teniendo en cuenta el análisis de los hechos que se dieron después de las elecciones del 20 de octubre. El alegato de un quiebre inexplicable en la tendencia se presenta en los primeros comentarios realizados por la OEA el 21 de octubre, y estos elementos jugaron un rol muy importante y fueron un argumento al cual los actores políticos bolivianos aludieron mucho durante la crisis que llevó al cambio de gobierno. Para describir el trabajo que nosotros hicimos, yo haría la siguiente analogía. Se debería entender el trabajo que hicimos como el que realizan los investigadores de un laboratorio que hace pruebas de ADN en el contexto de una investigación judicial. Supongamos que una persona fue acusada y condenada por cometer un homicidio. Durante el juicio de esta persona se presentó evidencia de pruebas de ADN del acusado que coincidían con el ADN encontrado en el arma con la que se perpetró el asesinato. Lo que nosotros estamos haciendo es lo que hubiera hecho otro laboratorio que reanalizase la prueba de ADN y llegase a la conclusión de que la prueba original estuvo mal aplicada, que se llevó a cabo sobre una muestra incorrecta, y que al aplicar la prueba correcta sobre la muestra correcta desaparece esa evidencia de ADN. Entonces, en ese momento se debería revaluar el juicio y revaluar todo el resto de la evidencia. Lo que nosotros apuntamos es que hay una prueba crucial de la evidencia que está contaminada y debe ser excluida de la discusión. Por último, y hablando sobre el think tank al que hace referencia la OEA en su comunicado, el Center for Economic and Policy Research [CERP], los investigadores tendemos a no utilizar lo que se conocen como argumentos ad hominem, a no desacreditar a otros investigadores por sus investigaciones pasadas, por sus posiciones políticas ni por nada de lo que hayan hecho. Tendemos a concentrarnos en la evidencia, por lo tanto, invito a centrar la discusión sobre las evidencias que existen. La discusión acá es si la OEA cometió un error o no, y eso tiene una forma muy sencilla de aclararse. Nosotros presentamos evidencias de que cometió un error, entonces si la OEA quiere cuestionar nuestro hallazgo debería presentar evidencias de que no cometió un error, entonces tendría que presentar el código que utilizó para hacer sus estimaciones y ahí se resuelve todo, porque los investigadores podrían revisar si hubo errores o no. Esa es la forma de resolver estas disputas. Pero además quiero resaltar que yo he discrepado muchísimo con investigaciones realizadas por la CERP en América Latina y en Venezuela, por lo que entiendo que pueda haber cuestionamientos sobre ese centro de pensamiento, pero yo critiqué sus argumentos, que es donde hay que centrarse en cualquier discusión académica: evidencias y argumentos.

–En el comunicado que emitió la OEA el miércoles se citan una serie de estudios que avalan su actuación en las elecciones bolivianas: ¿qué reflexión tenés al respecto?

Aquí hay dos cosas distintas. Una es el informe de auditoría de la OEA, que es lo que criticamos en nuestro trabajo por las razones ya aducidas. Después hay estudios que realizaron otros investigadores que argumentaron que existe la posibilidad estadística de un fraude en las elecciones bolivianas, pero no la evidencia que consiguió la OEA, que es de otro tipo. Este debate se ha centrado en la diferencia que existe dentro de los recintos electorales entre las mesas que reportan sus resultados más tarde y las que lo hacen más temprano. Lo que estos investigadores alegan es que las mesas que reportaron sus resultados luego de la interrupción del TREP tienen una votación más alta en favor de Evo Morales que las que reportaron antes, incluso cuando analizas la evidencia dentro de cada uno de los recintos electorales, donde hay similitudes geográficas y socioeconómicas entre las distintas mesas. Nosotros presentamos evidencia de que efectivamente sí existe un incremento de los votos favorables a Morales en las mesas que se contaron más tarde, pero también presentamos pruebas de que esto se debe a la distribución de los nombres de los votantes por orden alfabético en las mesas electorales. Los apellidos indígenas tienen una distribución alfabética distinta a la de los apellidos no indígenas. Los apellidos de origen indígena tienen mucha más probabilidad de comenzar con letras como la C, la H o la Y, y los apellidos no indígenas es más probable que empiecen con letras como la F, la R y la S. Entonces, eso lleva a que exista una distribución de votantes distinta en las mesas, en unas hay más indígenas que en otras, y esa es una explicación alternativa a por qué en algunas mesas pudo haber más votos favorables a Morales que en otras mesas dentro del mismo recinto electoral. Este es un tema en el cual hay una discusión académica que se parece más a las discusiones académicas habituales, donde hay distintas interpretaciones, distintas hipótesis, en las que los investigadores que realizaron estos trabajos no cometieron ningún error, sino que tienen una interpretación diferente de los datos que nosotros presentamos. Pero ese es un debate diferente del debate en concreto de la auditoría de la OEA. Aquí hay dos preguntas para hacerse: una es si las conclusiones a las que llegó la auditoría de la OEA estaban bien fundamentadas y la respuesta es no, estaban fundamentadas sobre un error analítico y sobre la utilización de métodos inadecuados. La otra pregunta es si nosotros aplicamos las metodologías correctas para tratar de evaluar la existencia de fraude y si existe o no evidencia de fraude. Ahí hay una pregunta que todavía está abierta, en la que nosotros tenemos una interpretación de los datos y otros investigadores tienen otras, como suele ocurrir en muchos debates académicos.

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