Está bien decir que no crees en las encuestas, pero si todas y cada una de ellas muestran que llevas SEIS MESES MARCANDO DOS PUNTOS, es tiempo de aceptar la realidad y bajar tu candidatura. ¿Cuál es la obsesión de ser presidenta cuando es evidente que no lo vas a ser? La Democracia del país ya no está para egoísmos al estilo Piñera. Parte de un artículo de Interferencia detalla:
Un secreto a voces que recorre las filas del Partido Socialista es que la candidatura presidencial de Paula Narváez no va hacia ningún lado. El problema es que la propia candidata no se ha dado cuenta de ello aún, aseguran en privado varios militantes, tanto de base como representantes electos, consultados por este medio. “Nadie está en una operación para bajarla, y no creo que la directiva se preste para algo así, podría quebrar al partido”, afirma un parlamentario socialista. “Pero ojalá ella abra los ojos: no es la cocina, es la ciudadanía la que no la quiere”.
Desde que irrumpió en el escenario presidencial a fines de diciembre a través de una carta de un grupo de militantes titulada “Nunca más sin nosotros”, la que contó con la firma de la ex presidente Michelle Bachelet, las encuestas han sido consistentes: Paula Narváez es poco conocida por la ciudadanía y no ha superado el 3% de las preferencias (ver gráfico). En el último sondeo de Criteria realizado en mayo, marcó 2% ante la pregunta ‘¿Quién le gustaría que fuera el próximo Presidente(a)?’. Con ello quedó en el último lugar entre los cuatro candidatos que tiene actualmente la oposición con representación parlamentaria.
Si no se realiza algún tipo de primarias dentro del conglomerado de la ex Concertación y Narváez insistiera en llegar hasta noviembre, hay quienes vislumbran un escenario político y electoral más desastroso que el de Carolina Goic (DC) en las presidenciales de 2017. “Sería un suicidio, el sentido común indica que ella los está llevando al cementerio”, afirma un dirigente del PPD, su partido aliado. “Pero nadie se atreve a decirlo en voz alta… ojalá se dé cuenta ella misma”.
El factor Provoste y las primarias
Todos en el PS, incluyendo a la propia candidata, se la están jugando por realizar una primaria. Como las primarias legales ya están fuera de alcance la esperanza está puesta en una primaria convencional con la senadora Yasna Provoste, la candidata aún no declarada de la DC. Los estrategas electorales del PS ya dan por perdida la carrera presidencial, y algunos aseguran que ese sería un camino honroso para poner punto final a una candidatura que convence a cada vez menos. De paso, les podría otorgar un poco más de músculo a la hora de negociar con sus socios de Unidad Constituyente las listas parlamentarias conjuntas con cara a los comicios de noviembre. Para gente cercana a la candidata socialista, una primaria podría ser la chance de visibilizar más a la pretendiente y, tal vez, dar alguna sorpresa.
El problema es que realizar primarias convencionales es muy costoso, más aún cuando muchos creen que el resultado es evidente: una victoria de Provoste. Y un problema aún mayor, afirman a este medio varios operadores políticos de distintos partidos de la ex Concertación, es que la propia senadora de la DC no tiene ni apuro ni incentivos para medirse ante Narváez. La candidata socialista lo sabe y por eso ha emplazado a Provoste a definirse. “Resulta fundamental, por transparencia frente a nuestro país, que la senadora Provoste pueda decidir respecto a si va a ser candidata presidencial”, afirmó Narváez el 3 de junio. La respuesta de Yasna Provoste no se hizo esperar. “Que nadie se coloque nervioso, porque aquí lo que tenemos que colocar es todo el buen espíritu para que acompañemos a nuestros candidatos y que nos vaya bien en la próxima elección de gobernadores regionales”.
Ayer, después del anuncio de los partidos de Unidad Constituyente de hacer una lista parlamentaria conjunta y llevar un candidato del sector a la papeleta de noviembre, Provoste mantuvo su ya característico silencio. “A lo mejor la Yasna no quiere hacer primarias, porque creo que ella está cómoda en su posición como presidenta del Senado donde está cosechando cosas, creciendo, haciendo músculo y viendo si hay agua en la piscina”, dice un militante PS que no ostenta cargos dentro de ese partido. “La Yasna todavía tiene tiempo y a lo mejor no quiere una primaria convencional”.
Más complejo aún para las aspiraciones de Narváez es que, a diferencia de Daniel Jadue, que atrae las simpatías de un sector más izquierdista del PS, Yasna Provoste despierta simpatía en amplias esferas socialistas. “Yasna no genera un rechazo en el PS, para nada”, asegura una dirigente territorial del norte. “Si Yasna gana la primaria, obviamente todo el PS va a estar detrás de su candidatura”. Realizar primarias convencionales es muy costoso, más aún cuando muchos creen que el resultado es evidente: una victoria de Yasna Provoste.
¿Y si no hay primarias? Todo parece indicar que muchos en el PS no tendrían problemas en cuadrarse con la senadora. Eso siempre y cuando Paula Narváez se de cuenta, aseguran muchos en el PS, que a estas alturas muchos la consideran más un obstáculo que un catalizador para avanzar hacia noviembre. Es una visión que parece imponerse más allá de las históricas facciones y rencillas dentro de ese conglomerado.