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Argentina – Macri, Cambiemos y la “restricción interna”

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El lento pero persistente desinfle del Gobierno y la dispersión peronista. La corrupción y una casta que no puede con su genio. La izquierda juega a lo grande en Atlanta.

Fernando Rosso

La Izquierda Diario, 2-11-2016

http://www.laizquierdadiario.com/

Falta poco más de un mes para que se cumpla el primer aniversario del Gobierno de Mauricio Macri y la coalición Cambiemos.

El oficialismo festeja la presunta superación de la “restricción externa”, por la lluvia de dólares que están entrando al país, vía un profundo endeudamiento que sorprendió hasta la cadena inglesa BBC.

«En Argentina, un grupo cada vez más grande y diverso de economistas y políticos muestran preocupación por los niveles inéditos de endeudamiento a los que ha llegado el Gobierno de Mauricio Macri, a un mes de cumplir un año en el poder”, afirmó un reciente artículo publicado en ese medio. “En estos 11 meses, Gobierno, provincias y bancos argentinos han recibido 40.000 millones de dólares en préstamos, con lo que la deuda pública queda en cerca 200.000 millones» explica Daniel Pardo, autor de la nota publicada en el sitio en español de la cadena británica.

A esta cuestionable “buena” noticia, el Gobierno le suma por estos días, un avance parcial del blanqueo de capitales de los fugadores seriales.

Sin embargo, pese a esto, el nudo de las variables de la economía parece residir en las “restricciones internas”: los índices de la economía real siguen mostrando una vertiginosa caída.

Según los datos oficiales, en septiembre, el desplome de la industria fue del 7,3 % interanual, el rojo acumulado en el año es de 4,6 %. Los dos rubros más golpeados fueron Metales Básicos, que manifestó una disminución del 23,1 %, y el sector automotriz, con un desmoronamiento del 22,5 %. La Construcción, por su parte, descendió un 13 % interanual en el mes de la primavera.

Los míticos “brotes verdes” de la reactivación tampoco se manifiestan en el empleo donde lo que sí brotó fueron las alertas amarillas. Según el Ministerio de Trabajo, las cifras dan cuenta de un deterioro de la oferta de empleo, con pocas esperanzas de cambio. Desde diciembre del año pasado hay en el mercado formal 103.775 empleados menos y sólo el 10 % de las empresas tiene planes de aumentar su plantel de trabajadores en los próximos tres meses, mientras que el 4 % planifica reducir su plantilla. En el amplio y no cuantificado universo de la informalidad, las cifras pueden multiplicarse.

El dirigente de la Unión Obrera Metalúrgica y secretario de Interior de la CGT, Francisco “Barba” Gutiérrez, aseguró que en la industria metalúrgica hay «alrededor de 20 mil despidos y suspensiones» acumulados desde principios de año. La rama a la que pertenece “tiene aproximadamente un millón y medio de trabajadores. Si se produce una apertura al estilo de los ’90, esos puestos de trabajo estarían en riesgo» sentenció el dirigente en declaraciones al programa Toma y Daca que se emite por Radio del Plata. También afirmó que no estaba descartado el paro nacional. La primera huelga contra Macri es la menos descartada de toda la historia y la que menos posibilidades tiene de concretarse.

A estas malas nuevas generales, que la población percibe en su vida cotidiana, se suman otras específicas: en la Ciudad de Buenos Aires, la Cámara de Apelaciones del fuero Contencioso Administrativo y Tributario, hizo lugar por mayoría a la apelación del Gobierno local y habilitó el incremento de la tarifa del subterráneo a $ 7,50, otro latigazo a la golpeada SUBE. Un día después, la Cámara Federal cordobesa determinó la revocación del fallo del juez de primera instancia, Miguel Vaca Narvaja, que el 27 de septiembre había hecho lugar al amparo solicitado por la Asamblea de Pequeños y Medianos Empresarios Asociación Civil (Apyme) para frenar el tarifazo al gas para el sector. Es descontado que estos empresarios, trasladarán a precios los aumentos tarifarios, porque la filantropía en tiempos de crisis no es precisamente su fuerte, tampoco en tiempos de alza.

La última “buena noticia” que el Gobierno había informado era la presunta superación de la inflación: sin embargo, en octubre, el índice inflacionario alcanzó el 2,7 % según consultoras privadas. El motor del impulso fue el aumento al gas (en los usuarios residenciales) y de las facturas de servicios de las empresas de medicina prepaga.

La primera huelga contra Macri es la menos descartada de toda la historia y la que menos posibilidades tiene de concretarse.

La consecuencia lógica de esta situación es el crecimiento del malestar y la irritación con el Gobierno. El último “relanzamiento” mediático con costosos avisos televisivos y solicitadas dominicales en los diarios, bajo el lema “Empezamos”, no despertó entusiasmo, más allá del planeta de los publicistas.

El macrismo tuvo que “gradualizar” su plan original por los límites que le impuso la realidad, pero el avance del ajuste genera una lenta impaciencia que el desfile por los tribunales de los representantes de la administración anterior no parece apagar por sí mismo.

El “consenso negativo”, la moderación relativa del ajuste y la invalorable colaboración del peronismo y la burocracia sindical, pueden alcanzar para ganar las elecciones y pasar el invierno, pero no para asentar a un Gobierno y menos para relanzarlo.

Empate peronista y guerra de desgaste

Los caudillos de las provincias (“feudales” y “modernas”), continúan su indeclinable apoyo a la gobernabilidad, en parte por sus convicciones y en parte por el disciplinamiento que impone la caja. El gobernador de Córdoba, Juan Schiaretti, es el representante más encendido de ese sector, al punto de matar al “cordobesismo” que tantos resultados le dio en el último tiempo y que tan meticulosamente supo construir su antecesor, José Manuel de la Sota.

La burocracia sindical y la nueva burocracia en construcción de los trabajadores informales (CTEP-Evita et al), continúan la tregua mientras negocian migajas. El cálculo es doble: los beneficios de sus aparatos y el peligro de que la convocatoria a un paro nacional abra una dinámica impredecible sobre un escenario de inquietud y disgusto.

Esto no implica que no trabajen quirúrgicamente para otra doble tarea: la contención de la bronca y la reconstrucción del peronismo. Bendecidos por el bonaparte que llegó a Roma (Francisco), los dirigentes sindicales y de los trabajadores precarizados se movilizarán el próximo 18 de noviembre, en un episodio más de su “estrategia de desgaste”, funcional al peronismo. Como con Cristina, el lema del Papa es: cuiden a Mauricio, mientras lo van desgastando.

Pero la derrota sufrida en las últimas elecciones, tiene al movimiento fundado por el General Perón en un empate catastrófico, sin resolución en la provincia de Buenos Aires, centro de gravedad de lo que queda de esa “federación de dirigentes con recuerdos en común” como definió Ricardo Sidicaro al peronismo. Definición que habría que complementar con los retazos de poder que aún ocupan en nichos del Estado.

Mientras el Gobierno se desinfla y se nota en el clima de sus referentes, el peronismo sigue enfrascado en un empate catastrófico.

La expresidenta Cristina Fernández, cosecha una parte del “consenso negativo” que se acumula del otro lado (los que rechazan a Macri), pero es, junto a Daniel Scioli, la madre de la derrota y una voz disminuida en el mundo peronista; Sergio Massa, el temprano “renovador” que no logra hegemonizar a todos los peronistas; los territoriales y Florencio Randazzo que parece sumarse a la disputa; no definen un liderazgo claro.

Aunque implícitamente, todos son “renovadores”, es decir, apuestan a la reconstrucción de un peronismo a la medida de la era Macri: desde la “nueva mayoría” del kirchnerismo (más allá de su agite en algunas tribunas), hasta el “republicanismo” de Sergio Massa.

Dietazo y corrupción para todos y todas

En este contexto, el conjunto de la casta política que responde a distintas fraccciones de los empresarios no puede con su propio “genio”. Por un lado, en medio de un deterioro general de la situación social, los legisladores nacionales recibieron un aumento de sus dietas que superó a todas las paritarias (47 %). La amplia repercusión que tuvo la denuncia de la diputada Myriam Bregman y los referentes del Frente de Izquierda contra esta nueva burla escandalosa hacia las mayorías populares, es una muestra del rechazo que generan estos privilegios.

Por otra parte, la última visita de Cristina Fernández a Comodoro Py estimuló las denuncias de corrupción ligadas a la obra pública.

Pero si es vano el esfuerzo de la expresidenta para negar sus vínculos con Lázaro Báez, menos se pueden ocultar las relaciones íntimas e históricas de Báez con Ángelo Calcaterra, primo de Macri y dueño de la empresa IECSA.

Según denunció detalladamente la periodista y dirigente kirchnerista, Gabriela Cerruti, en el sitio Nuestras Voces “Calcaterra es socio de Lázaro Báez en al menos cinco grandes licitaciones, se presentaron juntos en otras dos que perdieron y hasta comparten domicilio fiscal y legal”.

Una denuncia que es a la vez una rara defensa de su jefa y que podría sintetizarse en una paráfrasis de Perón: nuestro Gobierno fue un buen corrupto, pero los otros son peores. Una polémica con argumentos de alto vuelo de parte de quienes decían que habían logrado la vuelta de la política.

Pero el “Lázaro” del macrismo no se queda atrás: en los primeros seis meses del año, Calcaterra se llevó del Gobierno nacional y sus satélites casi 48 mil millones de pesos, 45 mil para el soterramiento del ferrocarril Sarmiento; 2.500 millones en alianza con Schiaretti para un gasoducto en Córdoba; y 25 millones de pesos de parte del Banco de la Provincia de Buenos Aires. Nunca menos.

Mueve la izquierda en Atlanta

En este panorama de desinfle de Cambiemos, malestar creciente, dispersión peronista con tendencias a la moderación extrema, tregua escandalosa de la dirigencia sindical con nuevos cómplices que se postulan como administradores de miseria de los trabajadores de segunda, obscenidades de corrupción y privilegios de los que nadie se priva; tendrá lugar el acto del Frente de Izquierda en la cancha de Atlanta el próximo 19 de noviembre.

El entusiasmo creciente que muestra la convocatoria, con el cierre del acto a cargo de su último candidato a presidente, Nicolás del Caño, y la voz de sus principales referentes sindicales y políticos, es una expresión de esta situación particular en la que se acumula el fastidio de cada vez más trabajadores, trabajadoras y jóvenes. Como tienen que reconocerlo los analistas más destacados, el Frente de Izquierda es una voz actuante y una referencia ineludible en la política nacional y el 19 en Atlanta, sale a la cancha.

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