Fue fuerte lo que ha pasado y tenemos que reponernos rápido para reconstruir fuerzas para continuar con el proceso constituyente y reconstruir nuestra correlación de fuerzas golpeada.
Hay mucho que analizar sobre lo que aquí ha pasado. Acabamos de sufrir una derrota electoral importante pero no es una derrota política (La derecha y las clases dominantes incluyendo el laguismo y la social democracia social liberal tuvo que retroceder a la última base y hacer campaña sosteniendo que Chile si necesita una nueva Constitución la que antes negaban aunque distinta a la nueva Constitución que buscábamos aprobar en el Plebiscito.
La derecha y las clases dominantes tuvo una estrategia y un mando único en la batalla contra el proceso constituyente y contra la nueva Constitución. Mientras que desde el pueblo dimos una batalla sin conducción política clara con un gobierno más bien débil y concesivo y libramos una batalla de las ideas que no dimos en su dimensión principal.
También hay que considerar las restricciones que tuvo la Convención Constitucional que no fue una Asamblea Constituyente originaria (y esta última característica no es un detalle pues tiene que ver con las limitaciones que estableció el poder constituido (Gobierno, Parlamento, Tribunal Constitucional, Poder Judicial) sobre el poder Constituyente.
Otro factor a considerar y analizar con detalle fueron las brutales y sistemáticas campañas de demolición contra la convención, contra el texto constitucional que se discutia, y contra los convencionales y las organizaciones del pueblo) realizada por los grandes medios de comunicación hegemónicos a lo que hay que agregar que se atizó fuertemente el miedo contra los pueblos originarios sobre todo respecto de la definición de plurinacionalidad contenida en el texto de nueva Constitución a lo que hay que sumar la sistemática campaña previa para infundir miedo y rechazo en el pueblo en contra de la migración.
Otro aspecto relevante fue la nula articulación de los partidos y movimientos oficialistas de las izquierdas y el progresismo con los movimientos sociales y populares. En consecuencia, la crisis de representación política siguió ampliándose.
En lo económico es necesario anotar y tener en cuenta la fuga de capitales y de inversión como chantaje económico que se ejerció sistemáticamente sobre la población, etc.
En fin, son muchos los factores que debemos considerar a la hora de realizar un balance sobre lo ocurrido. Finalmente, considero que lo relevante y lo estratégico sigue siendo la disputa por la nueva Constitución como base sea para la restauración de la hegemonía del modelo neoliberal dominante herido, versus la posibilidad de inciar su desmantelación recuperando soberanía y disputando el carácter mismo de la democracia seguirá siendo el eje principal de la disputa del conflicto político y de clases de Chile en el próximo período, entendiéndolo como un largo período o ciclo al .
En síntesis, en lo ocurrido en el Plebiscito de salida sobre la nueva Constitución aplica de manera clara la reflexión de Antonio Gramsci:
Lo nuevo que debería nacer no terminó de nacer y lo viejo no terminó de morir.Y en ese claro obscuro aparecen los monstruos. Y en mi opinión claramente viene de emerger lo último.
En la disputa para una nueva Constitución que garantice un Estado Social y democrático de derecho en reemplazo de la actual Constitución que garantiza y reproduce el Estado subsidiario neoliberal se concentrara una gran e intensa disputa y «por ahora» nuestro avance fue detenido.
Los recientes y contundentes resultados del Plebiscito de salida deben ser evaluados también a la luz de los resultados del Plebiscito constitucional de 2020.
Finalmente, es claro que tenemos que reconstruir fuerzas y la direccionalidad política e insistir en gestar la unidad en el campo popular, de las fuerzas sociales con las fuerzas de izquierda y progresistas para retomar y proyectar con nuevas fuerzas y dinamismo el proceso constituyente.
(Escrito el 4 de septiembre por la noche, luego de conocerse el triunfo de la opción del rechazo a la nueva Constitución elaborada por la Convención Constitucional).