Por Rucio R.
A propósito del funeral de Estado a Sebastián Piñera.
Me parece que hay cosas que un gobierno debe hacer por un tema de
protocolo, aunque no le guste.
Así fue como escuchamos ayer a Gabriel Boric dar un mensaje al pais con
motivo de la muerte de Piñera, un mensaje corto poco profundo pero que
dejó en el aire esa frase de “Un demócrata desde la primera hora”.
Que se le haga un funeral de estado es discutible sin embargo al parecer está
dentro de lo que corresponde, nos guste o no, pero no creo que le provoque
ninguna contradicción a Gabriel Boric hacerlo.
Pero hay otras cosas que francamente son incomprensibles como ver a
Camila Vallejo haciendo guardia de honor.
Puedo entender a la Carolina Tohá, al ministro Marcel y otros, gente que está
bastante a la derecha de la “centro izquierda”.
Camila Vallejo, la insigne joven Comunista, dirigente estudiantil que luchó
en las calles contra el gobierno de Sebastián Piñera en su primer periodo.
El diario británico The Guardian la denominaba «la nueva líder del pueblo» en
octubre de 2011 y en su recuento de fin de año, sus lectores la eligieron
como el personaje del año.
Que lejos está de eso y en tan poco tiempo hasta llegar a vestir riguroso luto
negro para rendir honores a Piñera, que fue el responsable de tanta
represión al movimiento estudiantil, responsable de la brutal represión para
el estallido social y responsable político del crimen de Camilo Catrillanca.
Es claro que la presencia de la ministra como guardia de honor, responde a
las directrices del Partido Comunista y más claro aún es que hoy día, queda
demostrado nuevamente y con mucha más claridad que la clase trabajadora
no tiene un partido que la represente.
Es urgente levantar una alternativa de clases, para no seguir presenciando la
vergüenza de rendir honores a un ser despreciable de la política chilena
como lo es Sebastián Piñera.
La alternativa es prepararse para lo que se viene. No quiero ser pedante pero ya lo dije, En dos años más se nos instala un gobierno de extrema derecha y les aseguro que vamos a tener un estado policial de lleno, operando con el pretexto de la inseguridad. La alternativa pacífica que algunos proponen está fuera de lugar. Crear un partido sería seguirle el juego a la política neoliberal. Llevar un candidato para que «nos represente», es como buscarle una buena pega, y eso. Para hacerla corta, el enemigo debe toparse con una resistencia capaz, no una primera línea, sino una División. A veces uno piensa que está viviendo en un país donde el pueblo se entregó en bandeja, se creyó el cuento de Rockefeller, y se le olvidó lo que hicieron los chanchos con nuestros compañeros. Cuando desaparezca nuestra generación, la que quede vivirá con los pantalones abajo. Lamentable, pero así será si no se para.