Durante la dictadura chilena la Constitución de 1980 consagró la propiedad de particulares sobre derechos de aguas, dando puntapié a la privatización y mercantilización de este bien común natural.
A #50AñosDelGolpe, organizaciones y comunidades encuentran en esta herencia dictatorial una enorme piedra de tope que beneficia al empresariado en el contexto de conflictividad socioambiental y crisis climática.