Por Juan Fran Torres, periodista de Derechos Humanos y Relaciones Internacionales.
Infosurglobal
Santiago de Chile, 9 de Diciembre. El pasado 7 de Diciembre se cumplieron 24 meses del secuestro político de Pedro Castillo, Presidente constitucional del Perú. En una operación muy bien coordinada las élites empresariales, mediáticas y corruptas del país lo derrocaron. Cuando el país recuperaba un poco de credibilidad democrática, aparecieron los de siempre, los que no toleraron que un maestro rural y de una región fuese el Presidente de todas y todos lo peruanos.
El Congreso de Perú, siempre dominado por una élite corrupta fueron los principales responsables de la ruptura del orden constitucional y posterior destitución del Presidente Pedro Castillo Terrones, electo por las grandes mayorías en el Perú. Desde el primer momento de la victoria del Presidente Pedro Castillo, el Congreso comenzó un proceso de desestabilización en su contra, llevando a cabo dos mociones de destitución que resultaron fallidas, convirtiéndose en importantes victorias políticas para el mandatario.
Cuando el Congreso preparaba una tercera moción de censura en su contra, el Presidente Pedro Castillo junto a su equipo de Gobierno y con un posible respaldo «leal» de las Fuerzas Armadas decidió convocar a un proceso constituyente para reformar la constitución política del país. A los minutos de su histórico discurso cargado de mucha valentía, dignidad y esperanza, no tardaron en aparecer los rostros de las traiciones, esos mismos que minutos antes le habían jurado lealtad ante cualquier circunstancia y decisión a favor del bienestar del Pueblo. Comenzándose a gestar un Golpe de Estado en contra de un gobierno legítimamente electo por las grandes mayorías del país.
Desde hace mucho tiempo ya estaba organizada la operación política y mediática en contra del líder del Pueblo peruano. Luego del anuncio del Presidente, el Congreso de manera inmediata actuó y la mayoría de los congresistas aprobaron la destitución del Presidente, Pedro Castillo por «permanente incapacidad moral». El rostro de la traición se hacía presente nuevamente en Perú, con la posesión de Dina «La Carnicera» Boluarte como nueva Presidenta de Facto, volviendo nuevamente al oscuro pasado de dictaduras que tantas veces manchó a nuestra América. Los grandes medios de comunicación de Perú ya habían preparado el escenario y la narrativa para el asesinato moral del Presidente, Pedro Castillo. La élite política, económica y judicial lo terminaron de ejecutar, vulnerando una vez más la democracia en el país.
Como era de esperarse, Estados Unidos fue el primer país en condenar la decisión Presidente, Pedro Castillo de convocar a un proceso constituyente. Seguidamente se pronunció la desprestigiada OEA de Luis Almagro y también países «progresistas» se sumaron a la narrativa de Washington, como la Argentina de Alberto Fernández y la España de Pedro Sánchez. Desde la extrema derecha hasta una supuesta «izquierda» condenaron la valiente decisión del Presidente Castillo para salir del bloqueo del congreso que no le permitía gobernar y poder refundar al país para lograr una verdadera transformación social y política del país. La posición cómplice de Perú Libre y sus dirigentes, contribuyeron a la ruptura del orden constitucional y la traición contra el pueblo de Perú. Una operación muy bien coordinada para intentar de aniquilar por completo a un hombre hecho pueblo.
Rechazo generalizado en contra del Congreso y la dictadura.
Sin embargo, dos años después del Golpe de Estado en contra del Presidente, Pedro Castillo, el tiempo nos dio la razón, la desaprobación del Congreso ronda el 94%, según la consultora IEP, siendo la institución más desprestigiada del país. El 81% de los peruanos han afirmado que el “Congreso abusa del poder”. Mientras que la dictadora, Dina Boluarte solo cuenta con el 2% aprobación de la ciudadanía y tiene un nivel de rechazo que supera el 90%. Es decir, estamos ante una dictadura deslegitimada en todos los aspectos, pese a contar con el apoyo de los grandes medios y la élite económica que domina la política en el país.
Concentración en Santiago de Chile en apoyo al Presidente, Pedro Castillo.
A dos años del secuestro político del Presidente Pedro Castillo, junto a uno de sus abogados el Dr. Rubén Mayta y la comunidad peruana en Chile nos hemos congregado en la Plaza de Armas de Santiago de Chile para reafirmar nuestro compromiso con la democracia, exigiendo su inmediata liberación y restitución de la Presidencia de la República. También, hemos exigido justicia por los más de 80 mujeres y hombres asesinados y víctimas de la represión por parte de la dictadura asesina de Dina Boluarte.
Lula y Boric cómplices de una Dictadura.
De igual manera, condenamos la postura de los Gobiernos de Gabriel Boric en Chile y el de Lula Da Silva en Brasil, que se alinearon de manera descarada a la posición de Washington legitimando a una dictadura criminal que vulneró el orden democrático en un país latinoamericano, que asesina personas y persigue a quienes piensan de manera distinta. En ese mismo sentido, el apoyo del Gobierno de México a través del expresidente López Obrador y ahora con la Presidenta, Claudio Sheinbaum ha sido fundamental para denunciar ante el mundo la dictadura de Dina Boluarte, que hoy usurpa la presidencia de Perú.