por Pedro Albornoz
Ya quedan solo 10 meses para el fin de este gobierno y es evidente que las promesas de cambio que se realizaron en campaña, no fueron más que palabras. La coalición del Frente Amplio, el Partido Comunista y la ex Concertación ha terminado por consolidar las políticas neoliberales de las últimas décadas. Favoreciendo, así, los intereses de los grandes grupos económicos; en desmedro de la mayoría de la población.
El perdonazo al robo de las Isapres, la aprobación del TPP11, la reforma de pensiones que legitima a las AFPs; son algunos ejemplos de la traición de este gobierno a los intereses de los trabajadores y de su propio programa de campaña.
En medio de crecientes situaciones de abuso y corrupción, la vida se ha vuelto más dificil. Más del 40 % de los trabajos son informales y más de la mitad de las familias no alcanzan a llegar a fin de mes, viviendo endeudadas.
Toda esta crisis que enfrentamos tiene raices en el fracaso del capitalismo neoliberal implementado en dictadura hace más de 40 años; que ha llevado a la precarización de la salud, del trabajo, de la educación y la seguridad social. Produciendo, además, una crisis de legitimidad de todas las instituciones: justicia, parlamento, partidos políticos, etc.
La falta de soluciones de fondo por parte de este gobierno ha profundizado el malestar social, pavimentando el camino para el fortalecimiento de las fuerzas políticas populistas de derecha y ultra derecha. Y es así que en un escenario de elecciones, no se presentan más alternativas que la continuidad de politicas neoliberales, con brutales ataques a nuestro nivel de vida.
En un contexto de crisis global del capitalismo, agudizada por la guerra de aranceles en curso; la clase dominante intentará por todos los medios hacer pagar a las familias trabajadoras el costo de la crisis. Por ello se vuelve cada vez más urgente levantar una alternativa de clase, entendiendo que votar por el mal menor no es la respuesta; sino una trampa que impide avanzar en los cambios revolucionarios que plantea esta época.
Es necesario promover la organización y acción independiente de los trabajadores; levantando una agenda de lucha por nuestras demandas por una vida digna en el trabajo, salud, educación,etc. Una lección importante a aprender, es que en este empeño, los trabajadores sólo podemos confiar en nuestra propia fuerza.
Los abusos e injusticias que vivimos son el resultado final de un sistema incapaz de responder a las necesidades fundamentales de la población, el capitalismo. Por ello los trabajadores y el pueblo necesitamos entrar en acción; impulsando una propuesta política independiente para llevar adelante una lucha exitosa en transformar este podrido sistema.
Las y los trabajadores necesitamos nuestra propia voz, una organización que se plantee seriamente la lucha por el poder; por un verdadero gobierno de los trabajadores. Que se sustente en la más amplia democracia y deliberación de la comunidad para decidir su futuro. Donde la gestión y control de la economía este al servicio de las grandes mayorías y no de unos pocos grupos económicos. En ello consiste la transformación revolucionaria de la sociedad, en líneas genuinamente socialistas.