Enviado por Franco Viteri, de Sarayakue. Una opinión extendida en las bases de CONAIE y Pachacutik.
Al pueblo y a nuestro proyecto histórico no le hace ningún bien caer en descalificaciones entre compañeros solo porque ya tienen definido su voto. Sea cual sea. Al contrario, esa es la estrategia de las élites económicas y políticas: quieren un pueblo dividido, enfrentado, atrapado en peleas internas mientras ellos siguen asegurando su poder. Y si no lo entendemos ahora, terminaremos con una fractura interna difícil de sanar.
No nos engañemos: quienes imponen su posición sin argumentos, quienes creen que uno de los dos candidatos (Noboa o González) representa la solución para el pueblo, están ignorando un hecho fundamental: los grandes capitales mineros, financieros y hasta el narcotráfico nunca juegan a una sola carta. Ellos siempre ganan, porque mueven sus fichas en ambos bandos. Mientras nos enfrascamos en peleas entre nosotros, ellos ya están asegurando sus intereses con cualquiera que llegue al poder.
Nuestra verdadera preocupación no puede ser quién gana estas elecciones. Nuestra preocupación debe ser cómo fortalecemos nuestras fuerzas, nuestras organizaciones y nuestras herramientas de lucha. Si permitimos que esta coyuntura nos fragmente, nos debilitamos, y en ese estado no podremos enfrentar a nadie.
Por eso, nuestra tarea es otra: discutir con altura, argumentar con inteligencia, construir un plan programático claro que nos dé una dirección real. Necesitamos volver a enamorarnos de la utopía, creer en nuestra propia fuerza y en nuestra capacidad de lucha. Porque la transformación que queremos no vendrá de dos partidos que no creen en nuestro proyecto. Vendrá de nosotros.
Al final, la historia es clara: si estamos divididos, seremos derrotados antes de empezar. Si estamos unidos, organizados y fuertes, daremos la batalla contra quien sea necesario. Y la vamos a dar.