Inicio Cultura y Arte Hoy ha muerto un artista inolvidable, hoy falleció Marco Aurelio, mi amigo

Hoy ha muerto un artista inolvidable, hoy falleció Marco Aurelio, mi amigo

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Arturo Alejandro Muñoz

Esta historia, este relato, es absolutamente personal. Pido disculpas queridos lectores por traerles un artículo que, talvez, escapa de la línea editorial de nuestro querido WerkénRojo, pero a juicio de quien escribe estas líneas, Marco Aurelio  Solís merece de sobra ser recordado por quienes vivieron junto a él,  con él, memorables momentos en ese Chile ya casi olvidado…cuando nuestro país aún tenía aquellos identitarios aires provincianos en un planeta que pensaba y creaba mucho intelectualmente, pero, cojeaba de ambos pies a la hora de  concretar lo pensado.

Dice la página www.musicapopular.cl/artista/marco-aurelio:: <<Aunque Marco Aurelio se inició como cantante en el aficionado escenario de un liceo de Santiago – el Valentín Letelier -, el tiempo lo convirtió en uno de los principales intérpretes de los años ’60 en Chile. Vinculado a los comienzos del Festival de Viña y al auge de la Nueva Ola, legó una de las baladas más famosas del cancionero chileno, «Amor por ti», que compuso en 1969 y que ha sido grabada muchas veces dentro y fuera de Chile. Tal como muchos intérpretes de su generación, Marco Aurelio se mantiene hoy editando discos de temas populares (suyos o ajenos) y con esporádicas presentaciones en vivo en restaurantes, clubes y festivales de provincia>>  

No voy a referirme al Marco Aurelio triunfador en dos oportunidades en el Festival de la Canción de Viña del Mar, una de ellas como cantante y la otra como compositor. Ni tampoco me referiré a ese Marco Aurelio cuya voz y estilo fueron aplaudidos a rabiar en países hermanos como Perú, Bolivia, Ecuador, Colombia y México…ni a ese Marco Aurelio que obtuvo estupendas opiniones de cantantes extranjeros como Altemar Dutra, y de chilenos como Antonio Prieto, quienes no lograron entender por qué Marco desechó la oferta de su sello grabador para radicarse en México, donde su voz y sus temas eran aplaudidos sin reserva.

Es que la historia personal de este magnífico artista es esencia de vida para quienes fuimos sus amigos. Muy especialmente para este servidor. Ya verán por qué.

Viajemos en el tiempo y trasladémonos a los años 1966-67-68-69…la historia comienza con la presentación de tres hermosas hermanas, las hermanas Velásquez Miranda (Maricris, Mónica y Elizabeth), que vivían en Población “Las Flores”, en el paradero uno (¿o dos?, ¿o tres?) de Vicuña Mackenna en Santiago de Chile, allí donde las calles tenían nombres de insignes compositores: Mozart, Bach, Vivaldi.

Quien redacta estas líneas, en esa época estudiaba pedagogía en Historia y Geografía en el afamado y respetado Instituto Pedagógico de la Universidad de Chile. Llegué a los brazos de Elizabeth merced a la relación sentimental que mi amigo/hermano (mi primo querido) Elías Pizarro Muñoz tenía con  Mónica Velásquez. Allí me encontré con Marco Aurelio, quien ‘pololeaba’ (muy seriamente, además) con María Cristina (Maricris). La conjunción y mixtura entre todos nosotros fue inmediata, hermosa, feliz y sólida.

Pero, yo era un imberbe saltimbanqui que creía ser prospecto serio de intelectual en materias importantes’, como la historiografía, la docencia de alto nivel y la politología. ¡¡Pobre pájaro!! En esos años solo fui un buen estudiante y, esto es lo que importa en el relato, un mejor amigo de mis amigos.

Con Marco y Elías, junto a Maricris, Mónica y Elizabeth, vivimos veranos inolvidables en playas del litoral central, Sebastián, El Tabo, Maitencillo, cuando los “hits” musicales del momento estaban a cargo de cantantes europeos…Miguel Ríos y Gianni Morandi son un ejemplo de ello (‘El río’ y ’No soy digno de ti’).

Arco fue quien nos incentivó me invitó a presenciar shows en establecimientos nocturnos donde él actuaba. Mon Bijou, La Sirena, Tap Room…y otros.  En fin, este relato ya va de muy largo…al punto, ahora.

Al comenzar el año 1969, yo estaba involucrado de lleno en las actividades programas por la juventud universitaria perteneciente a la Unidad Popular que comenzaba la campaña para llevar al doctor Salvador Allende a la Moneda.

Yo aún mantenía mi relación sentimental con Elizabeth, y lo mismo sucedía con Elías y Mónica (años después se casarían, aunque calendarios más tarde se divorciarían gatillando el viaje de Elías a Brasil, donde se instaló y aun hoy se mantiene allí, en Porto Alegre, feliz y satisfecho).

Pero, Marco vivía momentos difíciles, dolorosos en lo sentimental. Maricris había explotado, celosa de las giras que Marco realizaba a lo largo de Chile, pues supuso que él tenía un ‘affaire’ con alguna de las cantantes -o de las bailarinas- que viajaban de norte a sur del país en la troupe del “Show 007 de Óscar Arriagada’. En menos de lo que canta un gallo, rompió decidida y definitivamente la relación con el cantante/compositor.

Marco cayó en una profunda depresión. Se aisló, abandonó giras y presentaciones. Solo mi casa (la casa de mis padres en  Argomedo #50 le servía de refugio, de oxígeno. En especial, las conversaciones con mi madre, Pilar, y el piano familiar donde ambos tecleaban acordes de sus respectivas ‘trancas’.

Una tarde a finales casi de 1968 -yo estaba pronto a iniciar viaje a Brasil, a la USP (Universidad de Sao Paulo), Marco llegó a mi casa entusiasmado con un tema musical que había estado componiendo en sus momentos de dolor romántico. Tecleó torpemente en el piano los acordes iniciales reconociendo que le costaba comenzar a escribir la letra del tema que estaba dirigido, ¡cómo no!, a Maricris.   Finalmente, luego de muchos vanos intentos por ofrecer a Marco el inicio de letra musical que le satisficiera, dimos con la rima correcta: “Nunca, nunca, vida mía pienses eso, que mi amor por ti ha terminado…se podrá acabar el mundo, mas, lo nuestro, seguirá su rumbo ya trazado”.  El resto, le surgió a Marco fácilmente como lluvia después del trueno.

“¿Quieres estar en la producción como uno de los autores de la letra junto a mí?, preguntó. Decliné…no me interesaba (huevón siempre) ya que mis afanes principales en esos momentos estaban en mi próximo viaje a Brasil y en mis aportes “escriturales” a la Unidad Popular.

 Cuenta “musicapopular.cl”:  <<En 1971 (Marco) presentó el tema al Festival de Viña, pero el jurado preseleccionador lo rechazó, dejándolo fuera de competencia.

Poco después, sin embargo (y luego de escuchar en la boite Capri una versión en vivo a cargo de la Orquesta Huambaly), el cantante Buddy Richard pidió a Marco Aurelio permiso para difundir el tema, que de inmediato dejó grabado con arreglos de Horacio Saavedra. El resultado fue un éxito total, que llevó también a grupos como Los Galos y Los Ángeles Negros a registrar sus versiones. La lista de intérpretes de «Amor por ti» incluye nombres internacionales, y una de las versiones más recientes fue la que en el año 2003 hizo María Jimena Pereyra para su álbum Dedicado (y en la que el propio Marco agregó dos nuevas estrofas)>>

Finalmente, mi titulación universitaria, mi trabajo profesional y mi participación escritural en la Unidad Popular, nos alejó distanciándonos debido a nuestras respectivas obligaciones. Por último, el golpe de estado y la dictadura nos separó dolorosamente. Además, él ya no estaba con Mariciris y yo no estaba con Elizabeth…a la vez que Elías ya se había radicado en Porto Alegre luego de un divorcio con Mónica.

La vida, pues, simplemente la vida.

Marco ha fallecido y me permito sorber nostalgias y llorar recuerdo, ya que no soy de aquellos que no sienten verdadero dolor ante el fallecimiento de un amigo, ni tampoco soy de aquellos para quienes el concepto ‘amistad’ es solo circunstancial y momentáneo. En mi caso, ese concepto es eterno.

Descansa en paz, querido amigo…

 

 

 

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