Hernán Cortés -cuyas tropas peninsulares se resumían a 400 soldados y una docena de caballos- derrotó al imperio azteca gracias a los yanaconas. O sea a los aborígenes que se pusieron a sus órdenes para combatir a sus coterráneos. El método ha sido copiado por el Imperio para dominar el mundo. Y Hernán Cortés no recibió ni siquiera royalties… |
Juan Guaidó no quiere entregar la banda presidencial… |
Que te den…escribe Luis Casado La tensión crece en Waracas, o Cashington si prefieres. En fin, tú me entiendes, tú me, en la capital dominada por un puñado de oligarcas que se pasan por la epidermis gonadal lo que caiga lejos de sus intereses. La capital del país en que el principal requisito para ser candidato presidencial consiste en disponer de doscientos o trescientos millones de dólares, Donald dijo mil millones pero Horacio asegura que exagera. En los residuos del Imperio, mantener un régimen en el que pocos votan, cuesta un máx. No es un gasto, es una inversión. No se trata de manipular a la opinión privada, es sencillamente un business. El retorno de la inversión, el jodido EBITDA, the profits, las ganancias, el lucro… es jugoso. Tanto más cuanto que quienes manejan el coso se arrogan el derecho de controlar las fuentes de energía, los minerales, las vías de navegación, los flujos financieros, la moneda universal y un puñao de gobiernos de utilería, así como los universales principios morales y éticos que se resumen en el único producto cuya fabricación no transfirieron a China: la democracia. Cuando la oferta y la demanda disminuye, les queda el recurso del método: las guerras. El sistema es transparente, cualidad que contrariamente a lo que se pretende no permite ver nada. Si observas el exterior a través de un cristal transparente no ves el cristal, sino el jardín, la calle, la casa del frente. Así, hay oligarcas que compran la elección presidencial, abiertamente, anunciando urbi et orbi la cantidad de millones de dólares que invierten. En el Imperio es legal, como cualquier otra inversión. Lo que les otorga el privilegio de mangonear, utilizando sus virguerías tecnológicas para inclinar la balanza en favor de su apuesta. Por ahí, Maduro denunció las intromisiones y manipulaciones de whatsapp en Venezuela, lo que le atrajo ipsofactamente las burlas y el pitorreo de la prensa internacional. Por poco tiempo, visto que la Unión Europea le advirtió a su vez a Elon Musk -insigne entrevistador de Donald Trump- que el uso abusivo de su twitter o X equivale a cagarse en la muy hiperestésica democracia del viejo continente. El que se salió de madre fue Thierry Breton, -Comisario Europeo de Mercado Interior-, quien le exigió a Elon Musk el respeto de las leyes europeas y sus reglas de moderación. La respuesta de Elon Musk no se hizo esperar, y mostró la enorme consideración que el Imperio le tiene a sus esbirros, amén de la admirable cultura y elegancia yanqui: “¡Que te den por el culo!” (sic) Aprovechando el impulso, el director de comunicación de Donald Trump, Steven Cheung, denunció una injerencia: “La Unión Europea debiese ocuparse de sus propios asuntos en vez de intentar inmiscuirse en la elección presidencial yanqui. Sólo en los EEUU de Joe Biden y de Kamala Harris una organización extranjera no democrática puede sentirse suficientemente atrevida como para decirle a este país lo que debe hacer”. Al leer esto… a Maduro le dio un soponcio: afectado por una crisis tatarita no lograba hablar. Lo que quería decir era simple, te lo resumo a mí manera: “Yo firmo esa declaración y la apoyo, para que todos los yanaconas de la chingada, de Madrid a Santiago, de Buenos Aires a Waracas y Cashington, de Bruselas a Nuyak, cierren definitivamente al tarro y nos dejen tranquilos”. Nadie sabe qué bebió Thierry Breton, -un burócrata tan inútil como Ursula van der Leyen o Josep Borrell-, para permitirse criticar a un oligarca yanqui (las apuestas van de la gnole al Calvados, pasando por el alcohol de patatas de 90º…). Lo cierto es que sus pares, que nadie puede calificar de temerarios o bien sólo con los países africanos, se asustaron y se apresuraron en moderar el exabrupto: “No seamoh weoneh, en una de esas gana Donald y ahí entramos a cagar… ”Imitaron a Vladimir Vladimirovitch Putin, -que contrariamente a ellos tiene unos cuantos dedos de frente-, Putin digo, que interrogado acerca de su preferencia en las elecciones yanquis, respondió: “Ese es un asunto interno de los estadounidenses. A nosotros nos da igual: quienquiera que elijan, tendremos que trabajar con él. ”Por eso la prensa parisina de hoy anuncia: Para Donald Trump y Elon Musk, -para los oligarcas-, la Unión Europea es Open Bar: aquí pueden manosear las nalgas de Ursula van der Leyen, las de Georgia Meloni e incluso, si se motivan, las de Macron. El muy senil Joe Biden, alegando sentirse mejor y acordarse hasta del código de su VISA, le hizo otro gran aporte al Festival de Humor Negro que es la elección presidencial yanqui. Joe califica a Donald Trump de “verdadero peligro” para los Estados-Unidos, no como él que sólo es un peligro para el planeta.Sintiendo renacer en sus cananas las ganas de disparar, Biden se comprometió el domingo pasado, en una entrevista a CBS, a hacer todo para que Kamala Harris le suceda en Casa Blanca. De paso resumió la técnica electoral que los EEUU usan en casa e intentan imponer en Venezuela y en otros sitios: “Si no gano yo… pierdes tú”.Joe lo dice con sus palabras: En otras palabras existe sólo UN candidato viable, uno se pregunta para qué coños hacen elecciones. Uno de sus asesores le aclaró que le preguntaban por los EEUU, no por Venezuela, y Joe dijo: “¡Es lo mismo! Si no gana mi candidato, es peligroso para los EEUU! ”Cuando aseguré que lo único peor que un candidato republicano es un candidato demócrata, no estaba bromeando. Lo curioso es que mientras tanto Israel puede continuar asesinando niños en las escuelas palestinas, EEUU y la UE pueden seguir gastando cientos de miles de millones en armamento para alimentar el genocidio en Gaza y la guerra en Ucrania y dos o tres decenas de países, el desorden monetario sigue bailando zouk en los burdeles planetarios, las sanciones económicas siguen hambreando a los países desobedientes y los gobiernos lacayos continuan su dura faena de lustrarle las boots a los cowboys ignorantes del norte… Como todo eso es transparente, no se ve. Mientras tanto el New York Times y el Washington Post hacen como si los EEUU fuesen un país en serio. Que les den… |