Como las autoridades políticas y los partidos (de diferentes sensibilidades) no han sido capaces de generar los mecanismos de ese Chile de acogida prometido por la Presidenta Bachelet en el 2008, como no han tenido la voluntad política de cambiar la ley migratoria instaurada durante la dictadura, como no hay políticas de Estado a largo plazo que aborde la migración como un derecho y debido a que carecemos de un Servicio que se ocupe de ello, hoy escuchamos propuestas y se toman medidas que recuerdan otros tiempos, cuando con represión se buscaba solucionar los problemas sociales. No es nuevo, pero igual molesta. Las pocas “medidas del mientras tanto” son insuficientes.
El Departamento de Extranjería y Migraciones ha colapsado, no sólo por el volumen de trabajo que tiene sino porque desde el último cuatrimestre de 2016 fue sobrepasado en medidas resolutivas por la PDI y su sector de migraciones. Así es como la falta de voluntad política para normar las migraciones bajo un enfoque de derechos se vuelva trágica, especialmente al salir a la luz que se estudia aplicar un tipo de visa consular para la comunidad haitiana para controlar su ingreso a Chile.
La comunidad migrante sabe que esta medida, lejos de combatir el tráfico y la trata de personas, significa un aumento de la irregularidad de la población elegida (como ocurrió en la época de Sebastián Piñera cuando la comunidad seleccionada para la aplicación de la visa consular fue la dominicana).
Insistimos en que no necesitamos más categorías de visa, sino que una lo suficientemente amplia (como una visa de uso múltiple) que permita cualquier actividad lícita, la cual generaría menos trámites, menos carga administrativa, disminuiría notoriamente la irregularidad y combatiría como resultado, el trabajo precario.
Como Movimiento de Acción Migrante planteamos que los derechos humanos de las personas en movilidad no se gestionan por antojo, sabemos que el respeto y la protección de los derechos humanos favorece buenas políticas migratorias las que proporcionan mayor seguridad para la sociedad. Hay que sacarse los lentes oscuros que distorsionan la realidad y dejar a un lado esa lógica de la “pacificación social” vía violencia institucional.
La comunidad migrante manifiesta su rechazo a cualquier intento de imponer una visa consular para la población haitiana por cuanto esta medida es ineficaz y sólo provocará mayor precariedad en las personas de esa nacionalidad en Chile, y reiteramos nuestro llamado a la creación de una nueva institucionalidad y la promulgación de una nueva ley migratoria con enfoque de derechos y ad hoc a los tiempos actuales. MAM