EL TRABAJO, número 551
Lo que hoy acontece está en directa relación con lo que los estudiantes proclamaron en octubre de 2019: “no son 30 pesos son 30 años”. Fue Durante estos 30 años de promesas incumplidas que los trabajadores y los pueblos se expresaron en múltiples movilizaciones, paros y marchas, contra el neoliberalismo y los gobiernos de turno, contra los empresarios y los políticos mentirosos. Este proceso de lucha culmina con la gran Rebelión Popular del 18 de octubre de 2019 y la posterior marcha convocada por las organizaciones de trabajadores que tuvo en la cuerda floja al empresario derechista Piñera.
Lamentablemente la ausencia de una dirección política y de una gran fuerza organizada de los trabajadores, le permite una vez más a la clase dominante en el poder tomar la iniciativa y concordar el pacto burgués denominado “Acuerdo por Chile”, el cual es firmado también por él en ese entonces diputado Gabriel Boric; desde ese momento y con la aplicación de múltiples manejos políticos, como la aplicación del voto obligatorio, el empleo absoluto a su haber de los medios de comunicación, etc., hemos llegado a la situación en que nos encontramos hoy: con la derecha política y los empresarios retomando su liderazgo Han forzado al pueblo a ser parte de un proceso electoral en el cual no ha tenido ninguna participación y en el que todo está hecho para mantener la constitución de Pinochet y con su voto sólo buscan legitimar su fraude antidemocrático.
Pero el pueblo ha sabido mostrar su repudio a este fraude, alcanzando con los votos nulos, blancos y abstención más de un tercio del padrón electoral, lo que muestra que existe una base social en la que hay que trabajar para construir una alternativa popular al fascismo. Por otra parte el pueblo también castigó a partidos como el PDC, PPD, PR, PDG, PL, AH y otros, quienes sacaron una baja votación y ningún consejero. El pueblo y los trabajadores de esa forma hablaron y deben caminar hacia la Unidad.
Hoy la tarea debe ser, seguir construyendo organización y conciencia social en los territorios, en las industrias y servicios públicos, en las poblaciones, en los colegios y universidades, en el campo y en los pueblos originarios, en el mundo medioambiental y de la diversidad sexual, en las mujeres y hombres de nuestro país, hasta elaborar una Nuevas Constitución Soberana y Popular a través de una verdadera
Asamblea Constituyente.
Todas las organizaciones políticas consecuentemente de izquierda y todas las organizaciones sociales de los trabajadores y de los pueblos debemos avanzar en este camino de construcción.
¡LOS PUEBLOS SIGUEN EN LA LUCHA Y NADIE NI NADA NOS PARARÁ!