Claridad, Uruguay
Clara Amorin
Superando un intríngulis provocado por las posturas iniciales de los sectores mayoritarios, dirección del movimiento sindical y bajo los efectos de las propuestas de la Intersocial, se decidió concretar un shock movilizador, con la realización un Paro General el 23, que incluye una gran concentración y la instalación a partir del lunes 13 de carpas como espacio de información y divulgación, (atendidos por sindicatos y organizaciones sociales). La primera será ubicada en las inmediaciones del Palacio Legislativo.
Como la tradición y metodología sindical lo dictan, las asambleas sindicales se extenderán y desplegarán en todo el entramado del movimiento durante los próximos días. Lo mismo ocurrirá en el mundo cooperativo, donde la postura decidida y la capacidad movilizadora de FUCVAM resulta vital, pero también el movimiento estudiantil y otras organizaciones sociales se pondrán en marcha.
Sola la movilización, la voz y el músculo de “la calle”, puede detener y perforar la propuesta regresiva que viene del gobierno. La dilación, los compases de espera, las actitudes dubitativas, los tiempos de silencio, las especulaciones sobre el devenir del tratamiento parlamentario, no pueden, ni deben mellar y relativizar el imperioso e irrenunciable desafío de movilizar.
Debemos mirarnos en el espejo de Francia, la masividad de la protesta-respuesta es clave, juega en nuestro favor el alto porcentaje de la opinión pública que no apoya la reforma. Además el combate por el rechazo y la resistencia, no se agota con la aprobación parlamentaria. Al contrario, con ésta se acelerará, ya que con los más amplios y firmes acuerdos posibles, habrá que impulsar el tránsito por otros caminos, para jaquear los aspectos regresivos de la reforma. El expediente del Plebiscito Constitucional está y estará aún más al orden del día y habrá que dar batalla, para convencer y aglutinar en filas del movimiento popular y para instrumentalizarlo. Sin vacilación de tipo alguno, tenemos que decir no a los intentos de subordinación de esta lucha, de afectación de la autonomía del movimiento social, plasmado en el inflamiento que algunos dirigentes políticos hacen de las expectativas de un nuevo ciclo de gobierno progresista a partir de un triunfo electoral en el 2024, que vendría a generar las condiciones para desandar lo concretado por la derecha. Se trata de una postura liquidacionista y suicida al mismo tiempo, la historia reciente lo demuestra, 15 años de gobierno progresista no fueron suficientes para cumplir con el programa, eliminando las AFAP y transformando radicalmente los sistemas de privilegio, especialmente el que goza la oficialidad de las FF.AA., será porque no hicimos temblar ninguna raíz en los árboles, ni tan siquiera sacudimos algunas radículas. No es reeditando los progresismos que construiremos las perspectivas de transformación profunda que necesitan los trabajadores, trabajadoras, explotados y explotados del país.
Más que nunca desde el CLARIDAD llamamos a redoblar el combate para enfrentar y resistir la reforma, porque sabemos que tiene una centralidad fundamental en la apuesta a erosionar el poder político y cultural de la burguesía, sus aliados y gerentes.