Celso Calfullan. Comité por una Internacional de Trabajadores, CIT.
Con la quiebra de una de las constructoras más importantes de este país Claro Vicuña Valenzuela, anuncia su llegada las crisis capitalistas más importantes del último periodo, según el economista Nouriel Roubini una crisis sobre la que no tenemos precedentes en tiempos recientes.
Con la quiebra de la Constructora Claro Vicuña Valenzuela, perderán su trabajo 2 mil quinientas personas, 30 obras serán paralizadas y 1.500 proveedores y servicios sufrirán los efectos económicos de esta situación.
Por otro lado debemos tener claro que los trabajadores ya estaban sufriendo los efectos de la crisis, en una economía donde han aumentado bastante los precios de los productos y cada día que pasa los salarios de los trabajadores alcanzan para menos. El dinero cada día vale menos de lo que debería valer, la situación ya era complicada antes de esto, por algo tuvimos una explosión social en octubre de 2019, ahora la situación está todavía peor que hace tres años atrás.
Pero los tiempos no solo son difíciles para este continente, también lo son para los trabajadores de los países capitalistas “avanzados”, ya estamos viendo luchas importantes en las calles de Francia, Inglaterra, Alemania, España, llamados a huelgas generales, contra los altos costos de la vida, temas como las alzas de precios de los alimentos o la calefacción están a la orden día en Europa, en varios de estos países el “estado de bienestar” ya es un espejismo de otros tiempos.
Los partidos reformistas, ahora están aplicando contra-reformas aceptando la “realidad” que les impone el capitalismo, que hace cada vez más imposible tomar medidas que favorezcan a los intereses de la clase trabajadora.
Esta realidad es todavía más cruda en los países capitalistas menos desarrollados, como es el caso de Chile y toda Latinoamericana. Cuando se resfrían los países capitalistas avanzados, nuestros países rápidamente les da pulmonía.
Vemos como rápidamente el gobierno “progresista” de Boric, rápidamente está girando a la derecha y entregándose a las políticas de los sectores más conservadores, entregándose a la élite que hace rato tiene estancado nuestro país con las políticas neoliberales, que precisamente no tienen nada de nuevo y menos todavía son liberales, políticas que nos hablan del chorreo, cuando el país crece, pero finalmente sólo vemos cómo crecen las grandes fortunas por un lado y por otro crece la pobreza y la miseria para grandes sectores de la población.
Pasamos de Piñera a Boric y nada ha cambiado realmente, no hay grandes diferencias entre un gobierno de derecha y otro que se define como “progresista” ¿Por qué pasa esto? Básicamente porque ambos gobiernos siguen defendiendo el mismo sistema capitalista que se basa en una desigual distribución de la riqueza que es creada por todos los trabajadores de este país. Un sector muy pequeño de la población se apropia de la mayor parte de la riqueza que se crea en esta sociedad.
Si no somos capaces de terminar con el capitalismo, seguiremos viendo estos niveles de desigualdad y abusos, por los que salieron millones de trabajadores, jóvenes y mujeres a las calles de este país.
Dada esta situación de crisis inevitablemente veremos en el próximo periodo nuevas luchas por parte de los trabajadores y los sectores más pobres de este país frente a nuevos ataques que veremos en el próximo periodo contra la clase trabajadora. Pero esta vez debemos estar preparados para no poner a los Boric al frente de los cambios que queremos, sino levantar una verdadera alternativa política de la clase trabajadora para llevar a cabo los cambios que requieren los trabajadores y los sectores populares en general.
Lo que necesitamos es un gobierno de los trabajadores, no de burgueses o pequeño burgueses que solo velan por los intereses de su clase y no por los sectores oprimidos de esta sociedad.
