Por Adán Salgado Andrade
Los tiroteos en Estados Unidos (EU), son cotidianos. Por la necedad de seguir garantizando el “derecho constitucional” de todo estadounidense a poseer armas, se seguirán vendiendo y algunos que las compren, lo harán con la finalidad de tramar algún tiroteo masivo, como los que cada año suelen darse, los más recientes, el de Buffalo, en donde un blanco entró a una tienda de autoservicio y asesinó a diez afroestadounidenses o el de Uvalde, en donde un descendiente de latinos, entró a una escuela elemental y mató a 21 personas (ver: http://adansalgadoandrade.blogspot.com/2022/05/los-tiroteos-masivos-en-estados-unidos.html).
El más reciente, al momento de escribir estas líneas, fue el ocurrido durante un desfile del 4 de julio, en Chicago, cuando Robert E. Crimo, de 21 años, balaceó a los participantes, matando a seis, al momento y uno más, que murió en el hospital, e hiriendo a 30. Crimo, había comprado “legalmente” cinco armas, incluyendo rifles de asalto, a pesar de que en diciembre del 2019, su familia llamó a la policía, para dar aviso de que los quería asesinar con una gran colección de armas blancas que poseía. Aun así, pudo adquirirlas (ver: https://abcnews.go.com/US/wireStory/july-parade-shooting-leaves-dead-30-hurt-man-86228950).
Por ello, las nuevas “restricciones”, en el muy tímido plan propuesto por los demócratas, establecieron que para vender armas a jóvenes de 18 a 20 años, se revise minuciosamente, si no tienen antecedentes penales (ver: https://apnews.com/article/congress-gun-violence-bill-live-updates-20f7c9738fee4eba1d7fed155301ee25).
De todos modos, siempre habrá manera de evadir las leyes, encargando a un adulto que la adquiera para el joven deseoso de poseer un arma, de sentir su poder y, en el extremo, hasta de matar.
Evidentemente, lo que más destaca, son los tiroteos masivos, de los que todo el mundo se entera, como los mencionados. Pero hay otros crímenes, que no se reportan, que no alcanzan la espectacularidad de los mencionados tiroteos masivos, que también muestran el grado de violencia doméstica que existe en EU, como expone el artículo de AP, titulado “La violencia de las armas en EU: una larga lista de olvidados crímenes”, firmado por Michael Tarm y Brynn Anderson (ver: https://apnews.com/article/gun-violence-America-shootings-b980438ded3a80a8c6bb78bd2e0327c1).
Comienzan refiriéndose, justamente, a los tiroteos masivos, “pero el escalofriante índice de criminalidad, puede verse, más claramente, en las muertes que nunca se mencionan en las noticias nacionales. El reciente tiroteo hacia un desfile, tuvo gran difusión. Sin embargo, la policía de Chicago señala que 68 personas sufrieron disparos en un fin de semana. Ocho de ellas, murieron”.
Es verdad, pues, uno se pregunta, de dónde salen las aproximadamente 45,000 personas que mueren, en promedio, cada año, por armas. Alrededor de la mitad, son suicidios, sobre todo, de ex militares por los traumas que les dejan las guerras. Unos ocho mil, se suicidan cada año (ver: https://edition.cnn.com/2013/09/21/us/22-veteran-suicides-a-day/index.html).
Los otros, son justamente los crímenes que, como señalan los reporteros, no salen en las noticias nacionales, sólo las locales, en las notas rojas de los diarios comunitarios.
Como señalan los reporteros, “los tiroteos masivos – definidos como los que ocasionan las muertes de cuatro o más personas, no incluyendo al tirador –, han ocasionado entre 85 y 175 víctimas cada año durante la pasada década. Pero mucha de la violencia en EU, está relacionada con disputas bastante ordinarias, que se salen de control, cuando alguien toma un arma. Los afroestadounidenses, son los que más sufren desproporcionadamente, la violencia con armas, y son los que más mueren, por homicidios cometidos con aquéllas”.
Y continúan los reporteros, diciendo que “frecuentemente, la víctima y el tirador, se conocen. Son compañeros de trabajo, conocidos, familiares o vecinos. Mueren en zonas rurales, pequeños pueblos o ciudades hacinadas. Son víctimas como David Guess, un padre de familia de 51 años, padre de cuatro hijos, quien trataba de controlar su adicción, que fue asesinado por un conocido, y tirado en un bosque de Alabama, cerca de un sitio llamado Chicken Foot Mountain. Su asesinato, atrajo poca atención, fuera de la zona rural del norte de Alabama, en donde Guess creció y trabajaba, como mecánico y conductor de camiones. Pero su muerte, sacudió varias vidas”.
En efecto, es como en México, que nos enteramos de los tiroteos masivos que, casi siempre, son provocados por el llamado “crimen organizado”, pero no nos enteramos o muy poco, de los que se realizan entre familias, por ejemplo, cuando un misógino asesina a su esposa, a su madre o se da una pelea entre vecinos y se matan. Es seguro que si hubiera aquí la misma libertad para adquirir armas, como en EU, los índices de criminalidad serían mayores – y en todo el mundo.
En efecto, la facilidad para adquirir armas, “hace de EU, un país asesino. La ONU, estima que la tasa de homicidios de EU, es de tres veces la de Canadá, cinco, la de Francia y 26, la de Japón. De acuerdo con algunos estudios, hay más armas en EU actualmente, que personas. Pero si los estadounidenses ven que las calles de sus localidades, son cada vez más peligrosos escenarios de asesinatos masivos, la realidad es más complicada. Y aunque en el 2020, los asesinatos con armas en EU subieron, estadísticas recientes indican que en algunas ciudades, están bajando. Por otro lado, los datos sobre asesinatos con armas están muy incompletos, y apenas un 60% de las agencias contra la criminalidad, reportan las estadísticas criminales a la base de datos del FBI”.
Jeff Asher, analista de la firma AH Datalytics, mencionado por los reporteros, afirma que “nuestra falta de información sobre los tiroteos, no nos permite entender claramente las tendencias de la violencia armada. Es un problema gubernamental, pero los ciudadanos son forzados a arreglárselas, para ver qué está pasando”.
Sí, en efecto, si no se hace un buen análisis de cómo está la violencia armada, qué zonas son más violentas, en dónde hay más armas, cuántos locos tienen rifles o pistolas, la gente, se sentirá más desprotegida, como si anduviera a ciegas.
Por esa falta de información, las estadísticas que maneja el FBI, están incompletas. Los Centros para el control y prevención de enfermedades, CDC, tratan de hacer un conteo lo más exacto posible de los homicidios, pero, de todos modos, su información es incompleta. Es decir, que quizá haya más crímenes por armas, de los que se reportan.
Es tan incompleta la información, que en sólo 24% de los homicidios con armas, se sabe de qué tipo fue la usada. Por lo que se ve, ni siquiera se toman la molestia de analizar, digamos, el tipo de bala usado y a qué arma corresponde. Absurdo, en ese país tan pistolizado, en donde se tienen, perfectamente clasificadas, todas las armas que existen a la venta. Sólo vean los catálogos que ofrece, por ejemplo, Smith & Wesson en su página (ver: https://www.smith-wesson.com/).
Lo peor es que EU ha contagiado la violencia con armas, a México, pues a diario, unas dos mil son pasadas por la frontera, ilegalmente, por grupos delincuenciales, lo que también ha contribuido a incrementar la criminalidad (ver: http://adansalgadoandrade.blogspot.com/2020/05/el-contrabando-de-armas-desde-eeuu-ha.html).
Ese incremento de la violencia en EU, es comparable a lo que sucede en México, que el temor a los eventos criminales – muchos, inflados espectacularmente, como sucede con los mencionados tiroteos masivos en EU –, es compartido por cada vez mas estadounidenses, de los cuales, “casi un tercio, dicen que no pueden ir a ninguna parte, sin preocuparse de que vayan a ser víctimas de un tiroteo masivo, de acuerdo con una encuesta del 2019, hecha por la Asociación Psicológica Estadounidense. Casi un cuarto de los ciudadanos, dicen que han debido cambiar, con tal de evitar tiroteos masivos, algunas veces, eludiendo eventos públicos, centros comerciales o cines”.
Pero todo eso, asegura James Alan Fox, criminólogo de la Northeastern University, “es por la cobertura que se da. La gente cree que hasta ahora, es cuando han sucedido los tiroteos masivos. Pero sí los hemos tenido antes y aunque ahora son más comunes, todavía son extremadamente raros, dado el tamaño de la población de EU”.
En efecto, tiene razón, como menciono sobre la violencia en México, que los medios destacan amarillistamente los ataques por narcotraficantes, pero que, en términos de probabilidad, es baja, la de sufrir un atentado, ser asesinado o sufrir un robo. Si consideramos que entre 85 y 175 personas mueren al año en tiroteos en EU, con una población de 332.4 millones de personas, estamos hablando de una probabilidad, para la cifra más alta, de 0.00005%, o sea unas cinco por cada cien mil.
Alan Fox señala que es el abuso en las coberturas, lo que ha acrecentado el miedo. “Pero sólo 5% de los tiroteos masivos, termina con cuatro o más personas muertas, y únicamente un cuarto de esos, son en las escuelas, iglesias y otros espacios públicos. Y aunque no subestima el horror que ocasionan los tiroteos masivos y el dolor que infligen en las familias, le preocupa que las reacciones de los estadounidenses – como los ejercicios escolares para escapar de los tiradores o de diseñar a las escuelas como bunkers – sean excesivas y se malgasten recursos”.
Tiene razón, pues todo eso puede, muy oportunistamente, ser aprovechado por las empresas de “seguridad”, para ofrecer equipos detectores de armas, guardias armados, o a las constructoras, rediseñar las escuelas, que sean como fortalezas para que no entren tiradores o hacer caras remodelaciones a las existentes, como ya se está haciendo con varias (ver: https://www.ajc.com/blog/get-schooled/building-schools-bunkers-not-sanctuaries-for-learning/z7UMyjjPGvTbNf5mDyVcEP/).
También, enfatiza que está dando la idea equivocada de cómo mueren los estadounidenses, pues la mayoría de los homicidios son de persona a persona y que seguramente, “los demás, ni se enteran”.
Y dan los reporteros varios ejemplos de personas que murieron en tiroteos individuales, ya sea por disputas, asaltos, robos o como el caso de la empleada de un local de Subway, Brittany Macon, asesinada por un cliente – a otra de las empleadas, también le disparó, pero salvó su vida –, sólo porque le habían puesto “exceso de mayonesa a su sándwich”.
Este asesinato, sí hizo eco en las noticias, quizá por el pretexto tan estúpido usado por el psicópata que agredió a las chicas, pero muchos, miles, ni se saben.
En Chicago, en el 2021, hubo unos 800 asesinatos, “con una población de 2.7 millones de personas, pero, per cápita, es más bajo que en ciudades más pequeñas”. Por cierto que, en esa ciudad, las bandas rivales, se retan por las redes “sociales”, con tal de ver quién es la mejor y la que más mata (ver: http://adansalgadoandrade.blogspot.com/2014/01/armas-y-violencia-on-line.html).
Sin embargo, aclaran los reporteros que las ciudades no son sólo los escenarios de los homicidios, “sino que un 30% de todos los asesinatos reportados en el 2020, sucedieron en zonas rurales, de acuerdo con el CDC. La mitad, en grandes ciudades y sus suburbios, y un 20% en condados y ciudades medianas. Muchos de los homicidios, se dan entre familias, como el del chico que mató a su madre a golpes, porque se deshizo del perro de él, además de que no quiso llevarlo a ver a su novia”.
Dan más detalles de cómo Guess fue asesinado, por una simple disputa de dinero. Le debía $1,500 dólares a un hombre que le había vendido un convertidor catalítico. La reacción del asesino, al no poder pagarle Guess, fue de golpearlo junto con otros dos miserables, llevarlo a un remoto paraje del bosque, ponerle llantas encima y quemarlas. La policía halló los restos semicalcinados del pobre Guess.
Su padre, Larry, de 72 años, sintió mucho su homicidio, pues su hijo le llamó a su celular, diciéndole que “¡Padre, préstame mil quinientos dólares o me van a matar!”. El septuagenario, le respondió que no los tenía. Y lo que siguió, fue un grito aterrador de su hijo, luego de lo cual, la llamada, se cortó.
Esos crímenes, lamentablemente, al final, sólo son estadísticas, como todos los de las personas asesinadas en el mundo.
Para las familias y amigos de los difuntos, son pérdidas de seres queridos que nada, ni dinero, ni cosas, recuperarán.
Sólo ellas y ellos, comprenderán sus sufrimientos.
Contacto: studillac@hotmail.com