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Guyana Francesa – Revuelta popular histórica

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Entre universalismo y colonialismo

Desde el 20 de marzo se desarrolla una revuelta popular histórica en Guyana Francesa que ha cobrado una fuerza sin precedentes y que denuncia la desigualdad social y económica entre este departamento francés del norte de Sudamérica y la Francia “metropolitana”.

Florencia Rovira

Brecha, 31-3-2017

http://brecha.com.uy

Guayana Francesa arde. Desde el 20 de marzo se desarrolla allí una movilización popular que ha cobrado una fuerza sin precedentes y que denuncia la desigualdad social y económica entre este departamento francés del norte de Sudamérica y la Francia “metropolitana”. El puerto comercial de Dégrad-des-Cannes ha sido bloqueado y cortadas las rutas hacia todas las ciudades del departamento y a lo largo de la costa atlántica. Cerraron escuelas, comercios y oficinas públicas. Las protestas culminaron el lunes con una huelga general y el martes con “las manifestaciones más grandes de la historia” en el territorio, según las autoridades. De los casi 250 mil habitantes del departamento, unos 14 mil salieron a las calles y paralizaron las ciudades, en lo que se llamó “El día muerto”.

“Estamos en Francia pero no se nos considera verdaderamente franceses”, expresó una docente francoguayanesa al diario francés Le Monde (28-III-17).

Su frase resume el trasfondo del movimiento francoguayanés que reclama la igualdad y el universalismo que el Iluminismo y la revolución francesa les prometieron a todos. Es que la realidad en este territorio, que fue colonia francesa entre 1676 y 1946, es muy diferente a la del “metropolitano”: el desempleo es de 23 por ciento, los sueldos 30 por ciento inferiores, mientras que el costo de vida es 12 por ciento superior. Pero además la inseguridad es endémica, con la mayor tasa de homicidios de todos los departamentos del país (radio Europe 1, 25-I-17). En 2016 fueron asesinadas 42 personas de esta escueta población. El punto culminante, afirmó un policía francoguayanés llamado Pierre a Le Monde, fue “cuando dos jóvenes fueron abatidos como perros en febrero o marzo”. En respuesta surgieron Los 500 Hermanos Contra la Delincuencia, un grupo de hombres musculosos que se manifiestan con las caras cubiertas por pasamontañas y exigen medidas contra la inseguridad a la vez que se reivindican pacifistas.

Los francoguayaneses reclaman un nuevo “Plan Marshall”, y sus reivindicaciones son diversas: piden mejoras en la infraestructura, de la red de atención a la salud (en los hospitales faltan médicos, muchos pacientes tienen que viajar a Europa para tratarse y, según los profesionales, en los centros de salud se trabaja en condiciones deplorables); los docentes demandan inversiones masivas para mejorar la educación; los campesinos denuncian retrasos en el cobro de las subvenciones europeas; los indígenas denuncian los proyectos de explotación de oro.

Guayana Francesa también es un lugar de grandes contrastes, al lado de una sociedad que carece de buenos servicios básicos sociales existe una ciudad como Kourou, con su Centro Espacial Guayanés, desde donde la empresa Arianespace lanza cohetes al espacio. “Kourou es el Estado dentro del Estado. He visto helicópteros sobrevolarlo y pienso: ‘¿Ah, sí? ¿Tenemos todo eso aquí?’ Ya vemos cuáles son las prioridades de Francia en Guayana, son los cohetes lo que le interesa”, declaró un manifestante en Kourou al portal francés Médiapart (24-III-17).

Debido a las movilizaciones, la empresa de satélites Arianespace se vio obligada a postergar el lanzamiento de uno de sus cohetes.

Las respuestas de París a las protestas revelaron la distancia que todavía existe entre la capital y el llamado “ultramar”. Ante la histórica movilización, el gobierno francés terminó anunciando, el lunes, que enviaría dos ministros a Guayana, pero llevaba una semana negándose a hacerlo. La ministra de Ultramar, Ericka Bareigts, propuso que el diálogo se llevara a cabo en París, mientras que el movimiento reclamaba que se hiciera  en suelo francoguayanés. A pesar de que las manifestaciones fueron pacíficas, el ministro del Interior, Matthias Fekl, declaró que “no se dialoga con un pasamontañas, se dialoga con el rostro descubierto”, en referencia a los 500 Hermanos.

Al cierre de esta edición de Brecha, los dirigentes de la movilización popular, sentados a la mesa para conversar con la ministra de Ultramar y el ministro del Interior, suspendieron las discusiones en Cayena a pocos minutos de comenzar, reclamando transparencia en las negociaciones.

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