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Un equipo de científicos climáticos ha detectado un debilitamiento en el sistema de corrientes del océano Atlántico y la pérdida de su fuerza, lo que afectaría la distribución de calor a nivel mundial.
La Circulación de Reversión Meridional del Atlántico (AMOC), que permite la circulación de agua tibia a la superficie del océano, distribuye la energía térmica por el océano y la atmósfera y mantiene la mezcla de minerales y compuestos orgánicos que fertilizan las aguas del océano en movimiento libres, se está acercando al colapso.
Así lo señala un estudio publicado en la revista Nature Climate Change, donde los científicos advierten de las consecuencias del fenómeno que está avanzando lentamente aparentemente hacia un punto de inflexión importante.
A pesar de que se desconoce la razón de este cambio, los investigadores han advertido que si esta corriente oceánica se detiene puede generarse una reorganización climatológica a nivel mundial ya que cada vez hay más evidencia de que el hielo derretido está alterando la salinidad y la temperatura de una manera que frena todo el sistema.
Si bien es cierto que la AMOC puede tolerar cierto grado de desaceleración permaneciendo relativamente estable inclusive cuando los polos se derriten, los científicos creen que existen serias razones para sospechar que la red de corrientes podría no solo colapsar paulatinamente, sino que está a punto de hacerlo.
Los investigadores pronostican que esto afectaría principalmente los sistemas meteorológicos y ecológicos de Europa y América con más lluvias en la Amazonía y pérdidas de productividad en Europa.
Aunque no existe manera de predecir el momento exacto de los eventos geológicos, inclusive un cambio repentino podría tardar años en ocurrir. Los científicos consideran que lo único que se puede hacer es mantener las emisiones lo más bajas posible porque cada gramo de dióxido de carbono que se lanza a la atmósfera nos acerca más a la probabilidad de que ocurra un desastre climatológico mundial.
