Camilo Yunque.
EL TRABAJO, N° 441
En este artículo de opinión no voy a entrar en detalles de situaciones y conceptos que son ampliamente conocidos, sino que iré directamente a exponer lo que ya pienso sobre este tema. Los delitos de lesa humanidad no pueden ni deben amnistiarse ni prescribir. El Estatuto de Roma contempla la posibilidad de una “reducción de pena”, pero altamente condicionada a varias causales (artículo 110) (1).
Creo que para un criminal de lesa humanidad que torturó, violó mujeres, dinamitó personas, mató a seres humanos de distinto sexo y edad, incluidos niños y mujeres embarazadas, entre otras tantas aberraciones, bajo ningún pretexto se le debe rebajar la pena, bajo ningún aspecto se le debe liberar.
Si el condenado, en algún momento, coopera con la Justicia y entrega TODA la información que tiene y conoce, supongamos que así sea, eso de ninguna manera le hace acreedor de algún beneficio. Pues ese condenado tuvo la suficiente conciencia, claridad y madurez como para no haber aceptado entrar en esa espiral de atrocidades. No hay justificación de ningún tipo.
Los arrepentimientos tardíos no son válidos. E incluso, creo que este tipo de crímenes deben ser castigados con la Pena Capital y si no la hay, con la Cadena Perpetua. Y esta pena debe ser cumplida en la cárcel hasta el último día de vida.
Si los condenados están en “edad avanzada y enfermedades terminales”, pues mueren en la cárcel y serán atendidos allí hasta que dejen de existir. Tan simple como eso. Y esto no tiene nada de inhumano, de cruel, de venganza, de odio, de inmisericordia ni nada por el estilo.
Esto es simplemente JUSTICIA: verdadera y efectiva.
No olvidemos, por ningún motivo, las aberraciones cometidas por estas “pobres palomas” que hoy están presas y en “edad avanzada y enfermedades terminales”: torturas en sus diversas formas, personas dinamitadas, mujeres violadas, perros entrenados para violar hombres y mujeres, degollados, recién nacidos raptados por los uniformados, niños asesinados y un largo quehacer criminal.
Este último tiempo, una cáfila de personajes salidos, da la impresión, de las cloacas (líderes de las iglesias Católica y Evangélica, académicos, políticos, gente del mundo de la Justicia y “almas caritativas”) han comenzado a plantear y defender lo indefendible. Además se han manoseado, manipulado y tergiversado conceptos como: Justicia, Venganza, Misericordia, Perdón, Caridad, entre otros.
Este hecho crea confusión, una confusión que tiene objetivo final llevar el “perdón y la libertad” para estos pobres “ancianitos de edad avanzada y enfermedades terminales”.
Los criminales de lesa humanidad se condenaron ellos mismos, de antemano, al ser, pertenecer y formar parte de la Dictadura.
(1) Ver artículo de Álvaro Ramis: “Operación Punta Peuco”. Punto Final Nº 867. Edición del 23 de diciembre de 2016 al 05 de enero de 2017. Pags. 6 y 7.
Camilo Yunque.
Valparaíso, martes 27 de Diciembre del 2016
