Por Marco Silva Cornejo
LE MONDE DIPLOMATIQUE 13 de junio de 2020
Transitan los días entre estallidos y pandemias, narrativa del presente en orfandad y desconsuelo, concreción de un relato tardío en el corazón de los más. Transicional fue la promesa de aquellos que consagraron nuestro presente bajo el cáliz tutelado y en la medida de lo posible. Estirpe conciliadora que termino siendo seducida por el capital financiero y los conservadores sombreros.
El territorio y su belleza desmembrado y parcelado para enriquecer al usurero extranjero. La desigualad inauguro el sentido de las conformaciones de aquello que hemos venido siendo, domesticados en la angustia del endeudamiento y el crédito, desprovistos de la comunidad como refugio romancero y lanzados a un infierno donde la calle se convirtió en mercado y la existencia misma absorbió sabor a mercancía producida en la liquidez fordista de los especuladores de hit estreet.
Entre pandemias y estallidos la realidad fragmenta su aliento oxidado, su sabor a hambre de niño pobre, una y otra vez la desigualdad queda expuesta tras su espectáculo de cómodas cuotas de apariencia y telecompra. El ultimo territorio en resistencia es nuestro cuerpo, insurrectos estallamos en octubre, maldiciendo el aturdimiento y al gobierno. Somos territorio de desigualdades, ortopedia permanente en el andar para el lucro de unos pocos.
Territorio y desigualdad, pandemia y estallido; síntesis de una narrativa que explicita lo evidente mientras el gobierno sigue naufragando en el monocorde relato de su mentira, como la existencia de los gobernantes, una vida de ofrendad al lucro y la avaricia, psicopatología en el telediario, espectáculo en el cotidiano de los matinales de una prensa frívola y complaciente, Mientras los más mueres solos y miserables sin un último beso.
La presente crisis y el dolor que ha generado, debe constituir el abono para buena siembra, desde los desafíos locales debemos avanzar en la configuración de una nueva narrativa nacional, recuperando la dignidad de la política y poniendo como centro la reconstrucción de la comunidad, organizando en cada gesto el descontento y multiplicando el compromiso de la urgencia de cambiar y transformar.
Marco Silva Cornejo
Mg. Ciencias Sociales Aplicadas
