por Roberto Montoya
La presión de las grandes corporaciones y el temor a que China comience rápidamente su recuperación económica y pueda alcanzar más rápido de lo previsto el papel de primera potencia económica mundial han llevado a Donald Trump a hacer caso omiso de las recomendaciones de científicos y asesores sanitarios y rechazar la paralización de la producción.
Después de negarlo durante semanas y frivolizar sobre él, la sombra del coronavirus aterrizó en Estados Unidos y comenzó a golpear duramente. La Organización Mundial de Salud (OMS) dice que EEUU, con más de 100.000 infectados, ya se ha convertido en el epicentro de la epidemia.