La política de “Tolerancia Cero
“Cuando su furia disminuyó, el niño se desplomó en el piso de la cocina, aún sollozante. ‘Mamá, papá’, decía, una y otra vez.
Cerca de él estaban los dibujos de su familia que había arrojado al piso”. (nytimes.com)
A cuatro semanas del endurecimiento de la política anti inmigrante de Trump, con la llamada “tolerancia cero”, más de 2,000 niños han sido separados de sus padres. La mayoría de ellos han sido metidos en jaulas, cobijados con solo trozos de mantas térmicas y sometidos al trauma de la separación, sin juguetes, en condiciones inapropiadas, mientras sus padres son procesados criminalmente por su intento de pasar la frontera de EEUU y México. En la mayoría de los casos pasan días sin que sepan nada de lo que ha pasado con los unos o con los otros.
Todo esto después de la peligrosa y cruel travesía de cruzar por territorio latinoamericano, una experiencia por demás violenta y peligrosa.
Los efectos de la separación de los niños inmigrantes podrían ser críticos para su desarrollo intelectual, emocional, social y físico según la Organización de Pediatría Americana.
Es cinismo puro cuando Trump y sus lacayos, en el gobierno norteamericano, acusan a los padres de este desafortunado final en su viaje hacia “el sueño americano” que hoy más que nunca se ha convertido en una pesadilla. Ningún padre sería capaz de pasar esta difícil experiencia sino fuera para huir de las duras condiciones en las que viven en sus países de origen, sino fuera por la pobreza, la desigualdad, la violencia, los salarios de miseria, el desempleo, etc., que vivimos en Latinoamérica, resultado del saqueo y el intervencionismo imperialista.
Trump reaccionario y xenófobo
Trump habla del “provecho” que los migrantes han sacado de una política migratoria insuficientemente dura, pero nunca lo hemos escuchado hablar de las extraordinarias ganancias que las empresas transnacionales sacan de la explotación de los trabajadores inmigrantes indocumentados dentro de territorio estadounidense.
Esta medida terriblemente cruel, es en realidad, una medida más de chantaje. El gobierno de Trump utiliza la necesidad, la desesperación y el sufrimiento de un sector de la población más empobrecida y desprotegida con el fin de presionar a los Demócratas para reformar la ley “antimigrante”.
El objetivo es político y económico, las condiciones que ponen los Republicanos para la aprobación de la Ley incluyen, entre otras cosas, la construcción del muro en la frontera con México, al mismo tiempo que Trump pretende desincentivar parcialmente la migración para retomar la confianza de su base de apoyo (principalmente de empresarios, racistas y fascistas como él), demostrando que cumple con sus compromisos de cara a las elecciones intermedias programadas para noviembre.
También es una medida económica porque al mantener cierta cantidad de población migrante temerosa las condiciones de precariedad laboral se maximizan lo que le permite presionar a la baja los salarios.
Este plan tan cruel no puede ser sino producto de una política de luchar por la máxima ganancia en una época de crisis económica, confeccionada por una mente enferma, pero muy consciente de lo que necesita la extrema derecha.
Aquí queda demostrado que la defensa de la familia, la vida, etc. Son banderas que levanta la derecha a la hora de reprimir los movimientos por los derechos de la diversidad sexual o a favor del aborto, pero en realidad es un discurso hipócrita que se guarda bajo llave cuando se trata de la población migrante.
Esta es la doble moral de los empresarios y el gobierno reaccionario y xenófobo de Trump. En palabras del fiscal general Jeg Sessions, en un discurso el 21 de junio en Fort Wayne, Indiana, justifican su actuar con un pasaje de la Biblia: “Citaré al apóstol Pablo en su decreto claro y sabio en la carta a los Romanos, capítulo XIII”, dijo Sessions. “Las leyes del gobierno deben obedecerse porque Dios las ha decretado con el propósito del orden”, una cita escandalosa pues ha sido utilizada con anterioridad por regímenes fascistas.
Luchemos contra la ultra derecha en EEUU y en todos los países
La extrema derecha ya ha demostrado qué camino quieren tomar para seguir cargándole la crisis a los trabajadores, la juventud y hasta a los niños, han demostrado ser capaces de actuar de manera completamente inhumana, para avanzar en la implementación de sus políticas, esta política ha sido reafirmada con la reciente salida de EEUU del Consejo de Derechos Humanos de la ONU.
La sin salida de la crisis y la tibieza de las alternativas de izquierda han llevado a que un sector de la derecha radical mucho más decidido tome el control en algunos países, EEUU es uno de ellos con Trump al frente, recientemente Italia se ha sumado a la lista.
Las vacilaciones de los Demócratas para tomar acciones contundentes contra Trump han tenido un costo muy alto, la derrota electoral de Sanders, su falta de iniciativa en los llamados a la movilización para echar abajo al gobierno de Trump contrasta con el ambiente de ascenso de la lucha social, inspirado por las manifestaciones de mujeres, las movilizaciones de miles de jóvenes contra la violencia, por los profesores, etc.
Es fundamental continuar por el camino de la movilización y la organización, las maravillosas manifestaciones del 1º de mayo en el “día sin migrantes” del 2006 son un gran ejemplo que debemos reproducir a mayor escala, con la solidaridad de los miles de trabajadores estadounidenses y latinoamericanos que han demostrado su fuerza para salir a manifestarse y transformar las cosas, obteniendo logros como el salario mínimo de 15 dólares o el pago de impuestos de Amazon en Seattle.
El silencio recientemente roto del gobierno mexicano, ¡a más de 4 semanas de aplicada la tolerancia cero!, con tímidas declaraciones fuera de lugar, demuestra que no podemos depositar nuestras vidas y el futuro de millones de familias en las manos de las instituciones, ni de los próximos procesos electorales, es urgente actuar desde este momento, para parar definitivamente a este gobierno reaccionario y xenófobo dispuesto a pisotear los derechos humanos más básicos, de los migrantes, de las mujeres, los niños, los jóvenes y los trabajadores.
Exigimos:
– Fin inmediato de las deportaciones. ¡Basta ya de aterrorizar a las comunidades de inmigrantes!
– Legalización inmediata para todos los inmigrantes indocumentados y reunión inmediata de las familias separadas
– Impuestos a los ricos que permitan financiar una educación y una vivienda dignas y asequibles para todos sin importar el color de nuestra piel o nuestro lugar de nacimiento
– Por un salario mínimo federal de 15 dólares/hora
– Universidad gratuita para todos, cancelación de las deudas de los estudiantes
– Medicare, atención médica universal y gratuita para todos
– Fin al encarcelamiento masivo