Inicio Historia y Teoria 28 de Septiembre de 1864- Fundación de la Primera Internacional

28 de Septiembre de 1864- Fundación de la Primera Internacional

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La Primera Internacional Obrera

 Asociación Internacional de Trabajadores (AIT)

Ante las crecientes demandas del movimiento obrero mundial, se funda en Londres el 28 de septiembre de 1864 la Asociación Internacional de Trabajadores (AIT) ó Primera Internacional Obrera. La AIT será, al menos en sus objetivos, la primera tentativa consciente y coherente de organizar a la clase obrera a nivel internacional, para luchar contra el sistema económico capitalista. Agrupó inicialmente a los sindicalistas ingleses, anarquistas y socialistas franceses e italianos republicanos. Sus fines eran la organización política del proletariado en Europa y el resto del mundo, así como un foro para examinar problemas en común y proponer líneas de acción. Colaboraron en ella Karl Marx y Friedrich Engels. En 1872 el Consejo General de la AIT se traslada desde Londres, donde estuvo ubicado desde sus inicios, a Nueva York, disolviéndose oficialmente en 1876.

Historia

La Primera Internacional nació en Inglaterra. Esto no fue accidental. Inglaterra, la cuna del capitalismo industrial, era el país económicamente más avanzado del siglo XIX. Los antagonismos de clase modernos surgieron primero y se desarrollaron más poderosamente en Inglaterra y fue allí donde primero se manifestaron las formas esenciales de la lucha proletaria contra la clase capitalista. Desde 1845 hasta 1864, hubo una serie de intentos de organización de la clase obrera que culminaron en la fundación de la Primera Internacional.

 Marx y Engels

En 1868, a raíz de la incorporación de Bakunin, la AIT sufrió una polarización que condujo a enfrentamientos entre dos tendencias irreconciliables: por un lado, la anarquista (con Bakunin a la cabeza), por otro, la marxista, cuyo liderazgo intelectual ostentó Marx.

Episodio decisivo en la división del movimiento internacionalista lo constituyó el fracaso de la Comuna de París (1871), experiencia de carácter revolucionario que surgió tras la derrota de Sedán (1870) sufrida por las tropas francesas de Napoleón III frente a Prusia. Como consecuencia, el Segundo Imperio Francés dejó de existir (el emperador abdicó), abriéndose paso la III República. Durante los primeros meses de ésta, la agitación política y social hicieron estallar en París una revolución que condujo a la instauración de una Comuna obrera. Tras poco más de dos meses de autogestión, las autoridades republicanas, encabezadas por Thiers, reprimieron sangrientamente la primera tentativa de poner en práctica por vez primera una sociedad liderada por la clase trabajadora.

El fiasco de la Comuna de París agravó los enfrentamientos en el seno de la Internacional. En el Congreso de La Haya (1872), los anarquistas fueron expulsados de la organización, que pasó a ser controlada por los marxistas hasta su disolución en 1876.

 Marx

Las razones que llevaron a ese enfrentamiento pueden resumirse en las siguientes:

– Marx deseaba una organización estructurada en torno a una autoridad como forma de reforzar la eficacia de las decisiones adoptadas. Bakunin se oponía a cualquier control o jerarquía. Los anarquistas se definían a sí mismos como «socialistas antiautoritarios».

– Marx depositaba las esperanzas de revolución en una acción organizada y preparada de la clase trabajadora, especialmente de los obreros industriales. Bakunin apelaba al individualismo y la espontaneidad, al tiempo que otorgaba al campesinado un importante protagonismo revolucionario. De hecho, el anarquismo fue más fuerte en países de economía agraria, como Rusia o España, que en los industrializados.

– La dictadura del proletariado como vía transitoria a la sociedad comunista, una de las piezas fundamentales de la teoría marxista, era rechazada por Bakunin, al considerar que todo tipo de Estado, inclusive uno de trabajadores, constituía un peligro para las libertades individuales.

– La intervención de la clase trabajadora en el juego político por medio de la creación de partidos obreros, e incluso su colaboración con partidos de carácter burgués si éstos apoyasen los intereses del proletariado, fue rebatida por Bakunin, quien sostenía que los obreros sólo debían organizarse en torno a sindicatos y no intervenir jamás en política (parlamento, elecciones, etc.), ya que ello acabaría por desvirtuar su fuerza revolucionaria.

La expulsión de los anarquistas de la AIT, supone el triunfo de las tesis marxistas en la dirección del movimiento internacionalista. No obstante, los anarquistas seguirán creciendo a través del desarrollo de sindicatos y una minoría apostará por las vías violentas para provocar la caída del capitalismo y el triunfo de la revolución proletaria y campesina.

Precursores

La I Internacional no surgió de un momento para otro como algo acabado. Las tres organizaciones más importantes que dieron origen a la Internacional fueron: la Sociedad de Demócratas Fraternales, fundada en 1845 por Julián Hamey en Londres, que organizaba a los refugiados políticos de toda Europa. Esta fue la primera organización internacional de la clase obrera. La segunda fue la Liga Comunista que se creó basada en el trabajo de Marx y Engels, el Manifiesto Comunista (1948), y que dio al movimiento obrero su primer programa científico. La tercera fue el Comité Internacional organizado por Ernest Jones en Londres, quien con mítines y manifiestos mantuvo viva la tradición del internacionalismo durante los reaccionarios años de 1850.

En 1848, se dio un importante proceso de revoluciones democráticas burguesas que son derrotadas en todos lados: en Francia, Alemania, Austria, Italia, Polonia, Hungría. Estas derrotas fueron provocadas porque la burguesía se negó a ir hasta el final en su lucha contra de la nobleza totalitaria por temor de que el movimiento obrero, que jugó un papel muy importante en esos procesos, escapara a su control y continuara la revolución por sus propias reivindicaciones de clase. Los años posteriores a esas derrotas son llamados los años de reacción. De todos esos países donde la revolución fue derrotada llegaron a Londres perseguidos políticos. Eran de dos tipos: burgueses demócratas y proletarios revolucionarios. Al principio intentaron actuar en común dentro de las asociaciones de emigrados, pero en seguida eso se demostró imposible, y se comenzaron a dar las divisiones de clase. Mientras tanto, aquellos que habían permanecido en sus países y que no fueron presos, actuaban como podían, formaban clubes, asociaciones literarias y musicales, para mantener encendida la llama de la revolución y reclutar nuevos elementos.

Principales logros

– Su primer éxito político se dio en la lucha que dirigieron sus miembros por la reforma de los derechos políticos en Inglaterra.

– Los miembros de la Internacional dirigieron una gran campaña por una legislación laboral más progresiva: exigieron una jornada de trabajo más corta y condenaron el trabajo nocturno y todas las formas de trabajo perjudiciales para las mujeres y los niños.

– La Internacional estimuló la organización sindical en varios países y buscó elevar el nivel político del movimiento sindical.

– Apoyó las huelgas que se extendieron de un país otro después de la crisis económica de 1866.

– Expresó su solidaridad activa en guerras civiles y nacionales, por ejemplo apoyó la lucha de Lincoln en contra de los esclavistas del Sur durante la guerra civil norteamericana.

– El mayor logro de la Internacional fue dar la prueba viviente de que la unidad internacional de los trabajadores era posible y fructífera.

No obstante, su disolución en 1876 no pone fin al internacionalismo obrero, sino que abre un paréntesis para la renovación y el impulso definitivo del mismo a partir de 1889, cuando se cree la II Internacional.

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