por Luis Fuentes
Conmemorar hoy, 52 años después, el golpe civil y militar ocurrido en Chile me parece fundamental para no olvidar. Y combatir el negacionismo.
Aquel 11 de septiembre de 1973, no solo se derrocó y asesinó a un Presidente de la República, sino que se mató el sueño y un proyecto de una vida mejor para millones de trabajadores de nuestro país.
Fue la culminación de la conspiración fraguada por el gobierno de Estados Unidos, que en complicidad con los grandes empresarios chilenos. Financiados por la CIA y el Departamento de Estado Norteaméricano por cumplir su objetivo .
Para ello no trepidan en bombardear la casa de gobierno, destruyendola y dejándola en ruinas.acto perpetrado por aviones de la Fuerza Aérea a de Chile.
Con ello quedaba demostrado que no se detendrían ante nada, en su objetivo de derrocar el gobierno del Presidente Salvador Allende y volver atrás y terminar con los avances logrados por los estudiantes, pobladores, mujeres y trabajadores de Chile.
Ese dia cayó la noche, noche amarga , noche oscura, noche triste y sangrienta, noche larga, muy larga. Noche que durará largos y tortuosos 17 años de muerte, torturas y atropellos a los derechos fundamentales de las personas. Represión y aniquilamiento de los trabajadores, eliminación de las conquistas y avances logrados, y de los movimientos sociales.
No hay descripción posible para el desgarro producido por esta acción miserable perpetuada aquel 11 de septiembre para toda la clase asalariada.
Fueron miles las muertes, Miles y Miles los detenidos y torturados.miles los detenidos Y torturados. Miles los detenidos desaparecidos que nunca más vieron a sus seres queridos y; además varios Miles de chilenos que debieron abandonar el país buscando refugio en algún país amigo que les diera cobijo.
Fueron 17 años en que no se permitía pensar, no se permitía disentir. Pensar diferente era un delito grave que se pagaba con la vida. El fascismo se había tomado las calles e instituciones de Chile. La cultura era peligroso y quemaron libros, bombardearon bibliotecas, apresaron y mataron artistas. Bombardearon una universidad.
La junta militar que gobernaba Chile, compuesta por Pinochet, Merino, Leigh y Mendoza fue una de las más sanguinarias de todas las impuestas por EEUU en Latinoamérica y que estaban de moda por esos días. Todos militares formados por Estados Unidos, en Panamá, bajo la Política de Seguridad Nacional impulsada para controlar y contener los avances sociales en nuestro continente.
Y defender los intereses yankys en América Latina.
Toque de queda, interventores militares en industrias. Hospitales y colegios también intervenidos proliferaron por todo el país.
Bruscamente todo en nuestro país cambio. Ahora todo era administrado por los militares, todo era gobernado y controlado por ellos. Incluso el derecho a la vida.
Por solo pensar diferente no tenías derecho estudiar, a la libertad ni a la vida.
El fascismo había echado sus bases e hizo su aparición en Chile y llegó para quedarse por largos años. Fueron largos y tormentosos 17 años.
Pero, también, 17 años de mucho compromiso y luchas de los trabajadores y trabajadoras, estudiantes y pobladores . Que recorrían chile tratando de reconstruir los partidos políticos y el movimiento social y sindical para oponerse a la dictadura. Mucho de ellos no vivieron para contarlo.
Está larga descripción tiene por motivo que no olvidemos. Que no minimicemos lo que vivio el pueblo chileno durante este oscuro periodo, iniciado a sangre y fuego, hace 52 años atrás.
Un reconocimiento a los Miles de compañeros que hoy podemos recordar estos momentos vividos y sufridos.
Luis Fuentes Mansilla.
Septiembre 2025.