por Héctor Vega
El artículo de Gustavo Lagos, Director del Centro de estudios de minería de la Pontificia Universidad Católica Chile, CESCO, y socio de la empresa minera JRI, en El Mercurio, 8 de enero 2024, contiene 3 amenazas en relación con quienes intenten denunciar el Acuerdo Codelco (Pacheco Matte)/SQM como perjudicial a los intereses del país.
La primera se refiere a que la refinadora de sales de El Carmen NO ENTRA en el Acuerdo. Respuesta: si ello es así, simplemente se la llevan. En Chile estamos en estado de construir otra. Aun más, si se estima operable El Carmen, se expropia en conformidad a la ley y se paga según lo determine la Comisión de hombres buenos.
Segunda amenaza: en vista de un camino independiente, llamando a licitación internacional, carecerá el Estado de los profesionales de SQM que poseen la expertise del manejo del salar de Atacama. Olvida el sr. Lagos que la actual generación de ingenieros chilenos, no sólo tiene la experiencia para hacerse cargo, sino que además, durante su formación tiene la práctica de la extracción, separación y refinación de sales.
La tercera amenaza, se refiere al conocimiento de la comercialización. Ignora el sr. Lagos que cuando opera Corfo , Codelco, o su filial, es el Estado de Chile, el que está representado en las negociaciones y como tal asume su representación.
Aparte de esta aclaración inicial, es preciso recordar que Chile tiene una tradición minera, como República, desde el siglo XIX, con minería metálica y no metálica, con centros comerciales, en asociación en Europa, Alemania y Bélgica, sudeste asiático y Australia. Argumentar con el monopolio de los conocimientos de la comercialización es desconocer el acerbo de relaciones que posee el Estado de Chile.
En mí opinión deben desahuciarse los acuerdos con SQM, finalizar el arriendo comprometido hasta 2030 y llamar a licitación pública internacional por períodos futuros, renovables de común acuerdo, que no sobrepasen los 15 años. Los acuerdos seguirán el trámite de los contratos especiales de operación, en este caso del litio (CEOL).
Hasta aquí un punto que, espero, será enmendado por el actual gobierno. No queda otra alternativa.
