Inicio Historia y Teoria 1968: AÑO DE REVOLUCIÓN – Introducción

1968: AÑO DE REVOLUCIÓN – Introducción

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Un tumultuoso año en que el clímax de la revuelta de las multitudes barrió los angostos confines del capitalismo y amenazó hasta sus cimientos al sistema.

Peter Taaffe, Secretario General del Partido Socialista, CIT en Inglaterra y Wales.

Algunos años se destacan como momentos de decisión en la historia: 1789, 1830, 1848, 1871, 1917, 1968, 1989. Otros, como 1989, significan un retroceso en la rueda de la historia, pero otros son claramente identificados con la revolución. 1968 es de estos. Fue un tumultuoso año en que la revuelta de las multitudes llegó a su clímax, barriendo los estrechos confines del capitalismo y amenazando los cimientos del sistema.

El punto cúspide fue sin lugar a dudas el período Mayo-Junio en Francia, la huelga general más grande en la historia, en donde 10 millones de obreros tomaron las fábricas en un mes de revolución. Marx y Engels escribieron acerca de períodos de la historia en los que décadas parecían como si fuesen un día en su aparente tranquilidad y en que podría haber días en los que los eventos de 20 años se podían comprimir. Este fue el caso de un mes en Francia en 1968.

Pero no solo fue la arena de un levantamiento colosal, un año real de revolución, y en menor medida, contrarrevolución a través del mundo. Aún para aquellos que vivieron y participaron en estos eventos, el sólo recordar el número y escala de esos eventos les quita el aliento. Junto con los eventos revolucionarios de Paris y el resto de las ciudades de Francia, también vimos un movimiento en México – el cuál, inicialmente, tuvo algunos de los aspectos del de Francia- pero fue ahogado en sangre en la famosa masacre de la Plaza de Tlaltelolco. La cifra oficial de muertos fue de 300 –pero en realidad fueron muchos más, posiblemente mil- masacrados por las tropas sedientas de sangre del régimen mexicano.

Este fue también el año en que la Guerra de 10,000 días de Vietnam cambió decisivamente en la ofensiva Tet del Frente Nacional de Liberación, cuándo la convicción de la inevitable derrota de la maquinaria militar más fuerte del planeta en manos de campesinos harapientos tomó lugar. Irónicamente, en enero de ese año Estados Unidos perdió su avión número 10,000 en Vietnam. El 4 de Febrero en Atlanta, con proféticas palabras, Martin Luther King declaró: «Me gustaría que se dijera que…Martin Luther King hijo trató de dar su vida sirviendo a los demás». El fue asesinado dos meses después. En Marzo de ese año, a Eugene McCarthy le faltaron 230 votos para ganar al entonces Presidente Lyndon Jonson en los Estados Unidos. Jonson dijo que no buscaría la reelección. Ricard Nixon ganó las elecciones primarias republicanas de New Hampshire. Cuatro días después Robert Kennedy anunció que entraría a la campaña presidencial de 1968, solo para sufrir la misma suerte que Martin Luther King.

En Agosto de ese año, la elite de la burocracia privilegiada de la ‘Unión Soviética’ desplegó 200,000 tropas del Pacto de Varsovia para acabar con la ‘Primavera de Praga’. Unos días después en Chicago, estudiantes fueron golpeados mientras gritaban «Todo el mundo está mirando», por la policía ‘Demócrata’ del Mayor Daley. E ironía de ironías en ese año de Revolución, el candidato republicano de ala derecha Nixon fue electo Presidente después de hipócritamente haber prometido terminar con la guerra de Vietnam. –»paz con honor». Inglaterra también. En 1968 presenció la creciente oposición al ala derecha del gobierno del partido Laboral de Harold Wilson, tanto en asuntos domésticos como en política exterior, como la guerra de Vietnam. Miles de personas marcharon en la Plaza Grosvenor en oposición a la guerra de Vietnam en Marzo y Octubre.

La confusión no solo prevaleció en los países industrialmente avanzados. En Indonesia, en China –a través de la llamada ‘Revolución Cultural’- en Pakistán, que tuvo un movimiento de obreros y campesinos paralelo al que estaba pasando en Francia en ese tiempo – la sociedad parecía convulsa con olas de oposición alcanzando todas las esquinas de la sociedad.

1968 también significó un renacimiento cultural –afectando especialmente artistas, músicos, estudiantes y las capas de clase media de la sociedad – pero más importante, el levantamiento de la clase obrera después del aparente sopor y estabilidad social asociados con el ‘renacimiento’ del capitalismo en el periodo posterior a 1945. Nunca debe olvidarse que los eventos revolucionarios de 1968 se desarrollaron a pesar de que el boom económico mundial de 1950-1975 no se había acabado aún. Enfatizando este hecho, Paul Krugman, en su reciente libro «La Conciencia de un Liberal», cita al autor Tom Wolfe escribiendo acerca de la economía de los estados Unidos en 1968 como una «economía mágica».

Los salarios habían aumentado para la mayoría, el salario mínimo de EUA en 1966 era de $8 la hora en términos actuales (más alto que los $ 5,5 de ahora). El ochenta por ciento de la población tenía seguro médico y la Presidencia de Lyndon Jonson había sido forzada a introducir legislación a favor de los negros, tales como las Actas de Derechos Civiles y la del Derecho a votar. Esto, sin embargo, era un solo lado del boom americano, porque en esta etapa, como resultado del colosal aumento en el costo de la guerra de Vietnam, la seguridad social fue reducida al grado qué 14,000 niños fueron mutilados o matados por ratas en Nueva York. La gente joven estaba sublevada mientras un millón de negros americanos se consideraban así mismos revolucionarios. Esto subraya el análisis de Marx acerca de que las situaciones revolucionarias o pre-revolucionarias no son solamente el resultado de factores económicos y pueden ser introducidos por eventos políticos

La Guerra de Vietnam estaba pudriendo las bases económicas y sociales de los Estados Unidos, la más poderosa en la tierra, que podía no seguir una política de ‘armas y mantequilla’. En el proceso destruyó la presidencia de Jonson, dramáticamente demostrando el avance de la conciencia de las masas en 1968. Previamente, el indudable progreso económico de capas sustanciales de la población, no solo en Estados Unidos, también en Europa, Japón y todos lados, llevó a los capitalistas a la conclusión de que la estabilidad de su sistema estaba garantizada, aparte de unas pocas sobras del pasado que podrían desecharse con ‘ingeniería social’ hábil.

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