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Venezuela – ExxonMobil: injerencista y expoliadora de recursos

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Mg. José A. Amesty Rivera


¿Qué es la ExxonMobil?

ExxonMobil es una empresa petrolera y de gas estadounidense, que opera en más de 40 países,
siendo una de las mayores empresas de energía y petroquímica del mundo. Hoy es conocida por
sus marcas: Exxon, Esso y Mobil.
ExxonMobil se originó como Standard Oil Company, fundada en 1870 por John D. Rockefeller.
Sus actividades son: la explotación, elaboración y comercialización de productos petroleros y gas
natural. La fabricación de productos químicos, plásticos y fertilizantes. La producción de energía
eléctrica, entre otras.
Ahora, ¿Cuál es la historia de la ExxonMobil y su relación con Venezuela y Guyana?
La ExxonMobil operó en Venezuela desde 1921 hasta 1975, primero como la Standard Oil of New
Jersey (con la filial Creole Petroleum Corporation CREOLE), luego en 1998, compró la Mobil
fusionándose con ella, y llamándose ExxonMobil hasta el momento.
A partir de allí, la ExxonMobil, por ejemplo, pasó a tomar el control del complejo-campo Cerro
Negro, ubicado en el estado Monagas, en las cercanías de la Faja Petrolífera del Orinoco, con una
participación del 41,7%, junto con la británica BP.
Para este momento, ExxonMobil disfrutó de una tasa de regalías de solo 1%, durante los primeros
años de producción del proyecto, aun cuando, según los contratos operativos, la obligación era de
16,66%.
La multinacional petrolera contaba con múltiples intereses en Venezuela, entre ellos estaciones de
servicio downstream (refinación, distribución y venta de petróleo) y acuerdos de suministro que
dirigían el crudo venezolano hacia la refinería en Chalmette, Luisiana, que ExxonMobil poseía
juntamente con PDVSA.
En 2005 el gobierno del presidente Hugo Chávez y PDVSA, iniciaron y desarrollaron las labores
de negociación, para la migración de los convenios operativos de las empresas extranjeras con
actividades petroleras en el país, a la modalidad de empresas mixtas, que, según la Ley Orgánica
de Hidrocarburos de 2001, establece la participación de PDVSA en al menos 51% de las acciones
en los proyectos. También, según la Ley de Impuesto Sobre la Renta, los tributos de las
transnacionales ascenderían de 34% a 50%.
Pero, la ExxonMobil salió de Venezuela en 2007, tras no haberse apegado a las leyes nacionales
que obligan a producir en conjunto con la estatal PDVSA, con una participación menor, y no bajo
la estructura de concesiones que tanto daño hizo a la industria petrolera venezolana durante
décadas.

A partir del año 2008 hasta el 2014, Venezuela y la ExxonMobil se entablaron en una serie de
peleas en tribunales y arbitrajes internacionales, ya que la petrolera norteamericana intentó
congelar los activos de PDVSA, en todo el mundo ante la Alta Corte de Justicia en Londres, en
enero de 2008.
Asimismo, la ExxonMobil demandó a Venezuela por incumplimiento de contrato, ante la Cámara
de Comercio Internacional (CCI) con sede en París, Francia.
Finalmente, para no hacer más largo el litigio, PDVSA informó que, luego de haberse fallado el
laudo de la CCI, pagaría 255 millones de dólares a ExxonMobil, cuando la transnacional pedía el
monto de 12 mil millones de dólares más intereses. Originalmente, el pago era de 908 millones de
dólares, pero llegó a 255 millones de dólares tras los siguientes descuentos:
ExxonMobil debía a PDVSA 191 millones de dólares por pagos que la estatal hizo para la
realización de proyectos en Cerro Negro. Los 300 millones de dólares congelados en las cuentas
del Banco de Nueva York en diciembre de 2007 y los 160 millones de dólares por reconvenciones.
Fue una victoria contundente de Venezuela, frente a las pretensiones corporativas completamente
exageradas y fuera de toda lógica.
En el año 2015, la ExxonMobil, entró ilegalmente a la Guayana Esequiba, en la zona marítima, por
delimitar lo que corresponde a la reclamación de soberanía territorial, por parte de Venezuela,
contemplada en el Acuerdo de Ginebra. E inicia operaciones específicamente en el Bloque
Stabroek, de 26 mil 800 kilómetros cuadrados, en el Pozo Liza-1, que según estimaciones en su
momento albergaba 1 mil 400 millones de barriles de petróleo de alta calidad, reiterándose que es
en aguas territoriales pertenecientes a la Guayana Esequiba, cuyas líneas aún no se encuentran
delimitadas, con la remisión de los sucesivos gobiernos guyaneses de David Granger e Irfaan Ali.
Además, la ExxonMobil, continúa un proceso de rapiña contra Venezuela.
Para el 2016, se firmó un documento-contrato petrolero, casi secreto, entre la ExxonMobil y el
gobierno de Guyana, que causó revuelo y escándalo. Este contrato permite que la compañía
petrolera, disfrute de una tasa de regalías del 2% en el bloque Stabroek y el Estado Guyanés,
quien solo cuenta con una participación de 14,5%; según el documento, la ExxonMobil tiene la
balanza de ganancias a su favor.
La organización londinense Global Witness, reportó en 2020 que Guyana estaba dejando de
percibir 55 mil millones de dólares. Para 2022, las ganancias reportadas de ExxonMobil
alcanzaron los 577 mil millones de dólares. Y desde 2015 hasta el presente, la multinacional
norteamericana continúa descubriendo nuevos yacimientos costa afuera en el Bloque Stabroek,
en la región marítima del Esequibo, totalizando 46 hallazgos, para más de 11 mil millones de
barriles de petróleo y gas recuperables.
Es un expolio por parte de la ExxonMobil a Guyana y también a Venezuela. Se agrega que, el
medio guyanés Kaieteur News, detalla las irregularidades en tres de los seis proyectos petroleros

autorizados y operados por la ExxonMobil Guyana Limited, Liza One, Liza Two y Payara, todos
ubicados en el Bloque Stabroek. Si bien Liza One fue autorizada para una producción máxima de
120 mil barriles por día, el Ministerio de Recursos Naturales registra una producción de 163 mil.
Similares, Liza Two y Payara, con una capacidad proyectada de 220 mil barriles por día, cada uno,
presentan una producción real de 250 mil. En total, Exxon Mobil estaría extrayendo 103 mil
barriles diarios por encima del límite acordado.
En fin, el robo es grande y perjudicial para Guyana; otro ejemplo es que el contrato exime a la
ExxonMobil del pago directo de impuestos, responsabilidad que asume Guyana, y permite la
recuperación del 75% de las inversiones antes de la repartición del 25% restante. De este
porcentaje, Guyana solo recibe 12,5%, más una regalía de 2%. Esta estructura está combinada
con la falta de mecanismos independientes de verificación de la producción, ya que el país
depende exclusivamente de los datos proporcionados por ExxonMobil.
A finales del año 2025 e inicios del presente año 2025, se conoció que la ExxonMobil estima poner
en funcionamiento un nuevo proyecto en Guyana, aproximadamente cada 18 meses. El próximo,
denominado Hammerhead, que sería el séptimo, prevé extraer hasta 180 mil barriles por día para
2029.
En otro orden de ideas, la petrolera norteamericana, ha financiado, desde 2017, los bufetes de
abogados de Guyana, en su demanda contra Venezuela ante la Corte Internacional de Justicia
(CIJ), para intentar la validación formal del fraudulento Laudo Arbitral de 1899. Todo con el apoyo
de la Casa Blanca, del Departamento de Estado, del Departamento de Defensa (Comando Sur),
entre otros.
Para ir concluyendo, los EEUU mediante la ExxonMobil busca socavar a la OPEP, alentando
operaciones en Stabroek e impactando sobre los mercados con cuotas de producción por parte de
Guyana, que van en ascenso, y como siempre, de allí la insistencia de Estados Unidos por
intervenir en la región y obtener el mayor beneficio a partir de recursos baratos, por medio de las
compañías petroleras y Guyana en este caso, ya que Guyana siempre se ha prestado como
elemento distractor y como peón de USA, para desempolvar su vieja intención de hacerse del
territorio del Esequibo.

Finalmente, la conspiración corporativa de la ExxonMobil, tras bastidores, continúa en pleno
desarrollo, por ejemplo, por medio de:
 El 3 de marzo pasado, Venezuela rechazó públicamente las acusaciones de Guyana, de
una supuesta «incursión», de un buque naval venezolano en las aguas de la región del
Esequibo. El presidente de Guyana, Irfaan Ali, acusó a una patrulla naval venezolana, de
acercarse a una instalación petrolera, vinculada con las operaciones de perforación de
ExxonMobil en la zona costa afuera en disputa.
 El 4 de marzo, la Oficina de Control de Activos Extranjeros, OFAC, (por sus siglas en
inglés), del Departamento del Tesoro de los Estados Unidos, suspendió la Licencia General

41, emitida por la administración de Joe Biden en noviembre de 2022, que permitió a
Chevron reanudar la producción de crudo en Venezuela. El Departamento del Tesoro de
Estados Unidos le dio a Chevron 30 días para cesar todas sus operaciones en nuestro país.
 El 6 de marzo, Guyana solicitó a la CIJ una orden judicial, para detener los planes de
Venezuela de elegir un gobernador para la región del Esequibo el 25 de mayo. En 2024, las
autoridades venezolanas aprobaron una ley que autoriza un nuevo estado número 24, la
Guayana Esequiba, con base en los resultados del referéndum consultivo del 3 de
diciembre de 2023.
 El 10 de marzo, durante una rueda de prensa, la vicepresidenta ejecutiva y ministra de
Hidrocarburos, Delcy Rodríguez, denunció una trama conspirativa en la cual ExxonMobil es
el protagonista de acciones lesivas contra Venezuela. Mostró ante las cámaras un
documento titulado «Sanciones en el petróleo de Venezuela, menos dinero significa menos
poder», firmado por Juan Zárate, ex-asesor adjunto de Seguridad Nacional de Estados
Unidos entre 2005 y 2009; Peter Williams, contratista militar y vicepresidente senior de
Operaciones Globales de ExxonMobil; y David Scott Scheer, contratista militar de Northrop
Grumman y financista del actual secretario de Estado, Marco Rubio; con el que la petrolera
estadounidense, hizo lobby para que el gobierno de Donald Trump, vía Departamento del
Tesoro, revocara la licencia a Chevron y así cesara sus operaciones en Venezuela.
Finalmente, la vicepresidenta venezolana Rodríguez enfatizo: «La ExxonMobil tiene más de
una década conspirando contra Venezuela, para socavar su integridad territorial, robar sus
recursos, causar desestabilización política interna, promover el bloqueo económico criminal
y asesinar a sus autoridades. Denuncio responsablemente que, si algo llega a ocurrir a
alguna alta autoridad de la República Bolivariana de Venezuela, responsabilizo
directamente a la ExxonMobil».

17 de marzo, 2025.

 

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