El Tribunal Europeo de Derechos Humanos confirma acusaciones y condena a régimen de Kiev por el incendio y masacre del Edificio de los Sindicatos de Odessa de mayo de 2014
La Marejada

El Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH), una Corte que no es parte de la Unión Europea de 27 países si no que del «Consejo de Europa» que integran 46 países tras la expulsión de Rusia con ocasión de su operación militar contra Ucrania y la OTAN iniciada en febrero de 2022, emitió una sentencia completamente condenatoria en el caso que seguía sobre los hechos del 2 de mayo de 2014 en Odessa, declarando al Gobierno de Kiev gravemente responsable de la masacre en el Edificio de los Sindicatos de Odessa de decenas de activistas anti-Maidán y anti-Golpe de Estado, el 2 de mayo de 2014. El silencio mediático occidental sobre este asunto confirma lo que Rusia venía afirmando desde que sucedieron los hechos: el Gobierno que se instaló con el Golpe de Estado de febrero de 2014 cobijó y fue integrado desde el primer día en los batallones ultranacionalistas y nazis fascistas.
Los sucesos de Odessa fueron un caso referencial en esta política en los inicios del nuevo régimen: persecución, golpizas, torturas, e incendio del Edificio de Sindicatos de Odessa con decenas de personas adentro. El suceso fue un hito referencial que mostró las características del excluyente gobierno instalado en Kiev con el Golpe de Estado consumado en febrero del 2014.
El Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH) dictó sentencia este 13 de marzo de 2025 en el caso Vyacheslavova y otros contra Ucrania, en relación con la tragedia ocurrida en Odesa el 2 de mayo de 2014. El caso se refiere a una situación en la que los enfrentamientos entre manifestantes a favor y en contra del Maidán derivaron en violencia, incluyendo un incendio en el Edificio de los Sindicatos de Odessa que causó la muerte de 42 personas y heridas a muchas otras. Además, seis personas murieron en enfrentamientos callejeros y tiroteos ese mismo día. En total, hubo 48 víctimas fatales de la agresión de los grupos fascistas pro Maidán, y los sucesos dejaron profundas cicatrices en la sociedad ucraniana: fue un hito que mostró el carácter del régimen que se instaló en Kiev con la caída del gobierno de Víktor Yanukovich, y el que posteriormente pasó a encabezar Petro Poroshenko, sucedido posteriormente por Volodimir Zelensky.
Los hechos comenzaron cuando se produjeron simultáneamente en Odessa manifestaciones de grupos tanto a favor como en contra del Golpe de Estado y el gobierno que le siguió, de notorio perfil antiruso, con significativos sectores fascistas en su impulso y ejecución. El 2 de mayo de 2014, en las calles de Odessa la situación se agravó rápidamente, y los activistas y adherentes anti-Maidán perseguidos por las bandas fascistas buscaron refugio en la Casa del Sindicato, que fue rodeada por manifestantes pro Maidán. Los grupos pro Maidán cercaron el edificio y lanzaron un sinnúmero de bombas molotov a éste, provocando un incendio en buena parte de su interior, quedando atrapadas decenas de personas.
Familiares de las víctimas y sobrevivientes denunciaron que la operación de rescate fue insuficiente y que algunas víctimas podrían haberse salvado si las autoridades hubieran actuado con mayor rapidez. También se denunció que la policía no intervino a tiempo, a pesar de estar presente en el lugar de los hechos. Estas denuncias fueron catalogadas por las autoridades del nuevo régimen como «propaganda» y comenzó un amplio entorpecimiento y bloque de las causas judiciales iniciadas entonces. Dada la amplia impunidad en el caso, las víctimas terminaron acudiendo al Tribunal Europeo de Derechos Humanos, órgano del Consejo de Europa (no de la Unión Europea), una instancia análoga a la de la Corte Interamericana de Derechos Humanos en el caso del continente americano.
En la presentación de la sentencia se lee: «En el caso Vyacheslavova y otros c. Ucrania, el Tribunal sostuvo que se habían producido violaciones del derecho a la vida y a la investigación debido a que las autoridades no hicieron todo lo que razonablemente se podía esperar de ellas para prevenir la violencia en Odesa el 2 de mayo de 2014, para detener esa violencia después de su estallido, para garantizar medidas de rescate oportunas para las personas atrapadas en el incendio, y para instituir y llevar a cabo una investigación efectiva de los hechos. También consideró que se había producido una violación del derecho al respeto de la vida privada y familiar con respecto a una demandante en relación con el retraso en la entrega del cuerpo de su padre para su entierro.»
Al tratarse del Tribunal Europeo de Derechos Humanos, integrado por 1 juez o jueza por cada país miembro del Consejo de Europa (es decir 46 jueces, incluyendo a un juez ucraniano), la sentencia se esfuerza por justificar en cierto punto la acción, responsabilizando a ambos bandos e incluso apuntando a la «propaganda rusa», a pesar de que la persecución y la quema de decenas de activistas anti-Maidán a manos de los grupos nazifascistas está ampliamente documentada como una acción concertada y unilateral: no hubo ni por cerca agresiones comparables de parte de los grupos anti Maidan y antifascistas. No obstante la sentencia del TEDH reconoce que las autoridades, la policía local y los bomberos permitieron deliberadamente que los hechos criminales ocurrieran, y señala el contexto de impunidad y complicidad del Estado con los grupos ejecutores del hecho.
Nada ni nadie intervino para rescatar a los activistas anti-Maidán que murieron quemados, y el TEDH considera en su sentencia que esta omisión «fue más allá de un error de juicio o descuido». En todo caso, dad la evidencia disponible, resulta notorio que las autoridades gubernamentales actuaron por esas semanas y meses de un modo que la única conclusión posible es que participaron activamente en generar el escenario para que sucediera este ataque y estas personas murieran asesinadas por calcinación y quemadas, por el hecho de ser rusas o de habla rusa, militantes sindicales o de partidos de izquierdas, y adherentes de la causa antifascista y anti Golpe de Estado – Maidán.

La sentencia dice expresamente: «El Tribunal concluyó que las autoridades competentes no habían hecho todo lo que razonablemente podían para prevenir la violencia, poner fin a esa violencia tras su estallido y garantizar medidas de rescate oportunas a las personas atrapadas en el incendio del edificio de los sindicatos. Por lo tanto, se habían producido violaciones del aspecto sustantivo del artículo 2 del Convenio», haciendo referencia al Derecho a la Vida protegido en ese artículo del Convenio Europeo de Derechos Humanos, que es el tratado base del TEDH.
El TEDH señala especialmente que numerosas investigaciones oficiales ucranianas y juicios contra funcionarios y neonazis responsables de la masacre de Odessa actuaron con negligencia, no se actuó sobre la base de las numerosas pruebas fotográficas y videográficas, y se falsearon deliberadamente las investigaciones y los procedimientos judiciales.
«En cuanto a la idoneidad de la investigación, el Tribunal consideró que las autoridades investigadoras no se habían esforzado lo suficiente por asegurar, recopilar y evaluar adecuadamente todas las pruebas. Por ejemplo, en lugar de establecer un perímetro policial para asegurar las zonas afectadas del centro de la ciudad, lo primero que hicieron las autoridades locales tras los hechos fue enviar servicios de limpieza y mantenimiento a esas zonas. La primera inspección sobre el terreno se llevó a cabo casi dos semanas después y no produjo ningún resultado significativo. Asimismo, el edificio de los sindicatos permaneció abierto al público durante 17 días después de los hechos.»
Prosigue: «Además, el Tribunal consideró que la investigación sobre los hechos del 2 de mayo de 2014 no se había abierto con prontitud ni proseguido en un plazo razonable. Las autoridades habían provocado retrasos excesivos y habían permitido periodos significativos de inactividad y estancamiento inexplicables. Por ejemplo, aunque nunca se había discutido que el jefe regional del servicio de bomberos había sido responsable del retraso en el del retraso en el despliegue de camiones de bomberos en el polo de Kulykove, no se inició ninguna investigación penal contra él hasta casi dos años después de que se produjeran los hechos.»
Señala casos en que el manto de impunidad se extendió en los numerosos casos: «Tras la investigación, el asunto quedó pendiente ante el tribunal de primera instancia durante unos ocho años, al cabo de los cuales el funcionario en cuestión fue eximido de responsabilidad penal por haber prescrito los cargos que se le imputaban. Aunque algunas investigaciones seguían pendientes, la expiración del plazo de prescripción ya las había despojado de toda posible utilidad y, por tanto, de toda posible eficacia«.
La evidencia fotográfica y en video de la masacre de Odesa es condenatoria e irrefutable. Vea el video a continuación: activistas de Maidán preparan cócteles molotov para incendiar el edificio, con total tranquilidad en plena calle. Las evidencias de videos muestran que esto sucedió con total inactividad de las autoridades policiales situadas en las cercanías.
En una muestra de su parcialidad y sesgo, el TEDH afirma que la «desinformación» rusa sobre el gobierno de Maidán influyó en el desarrollo de los hechos. Sin embargo, ¿en qué consistía esta «desinformación»? En el señalamiento de las características nazi fascistas del grueso de estos grupos de choque pro Maidán. En esto, el TEDH aquí se alinea con la narrativa Otanista habitual, intentando subvalorar ciertos aspectos para sobrevalorar otros. La palabra «nazi» o «fascistas» aparece sólo en una ocasión en la sentencia, y es precisamente para intentar atribuir responsabilidad a los grupos anti Maidán anti fascistas.
Se lee en la sentencia: «A finales de abril de 2014, los aficionados de los clubes de fútbol Odesa Chornomorets y Kharkiv Metalist anunciaron una concentración «Por una Ucrania unida» el 2 de mayo de 2014 antes del partido de esa tarde. Los participantes en la concentración debían caminar desde la plaza Soborna hasta el estadio, situado a 2,5 km al este del punto de partida (mientras que el campamento de tiendas de campaña de los activistas contrarios a Maidan estaba a unos 3 km al sur). Poco después, empezaron a aparecer en las redes sociales mensajes contra Maidan en los que se describía el acto como una marcha nazi y se pedía a la gente que lo impidiera. Los servicios de inteligencia obtenidos por el Servicio de Seguridad mostraron indicios de una posible incitación a la violencia, los enfrentamientos y los desórdenes. La unidad de ciberdelincuencia del Ministerio del Interior también detectó mensajes en las redes sociales que evocaban disturbios masivos.»
Lo cierto es que los grupos fascistas utilizaron la idea de una «Ucrania unida» en circunstancias que en el este del país y especialmente en el Donbass (Donetsk, Lugansk) se iniciaba una cruda represión y en pocos días el inicio de operaciones bélicas del régimen contra las poblaciones anti Maidán. Y varias de las barras de fútbol operaron como grupos de choque del Golpe de Estado y el régimen recién instalado.
Posteriormente, los ultranacionalistas ucranianos solían presumir de la «barbacoa anual de mayo» como burla por los sucesos del 2 de mayo de 2014 en Odessa, una muestra más del progresivo crecimiento de la influencia de los batallaones nazis y grupos nazifascistas y su ideología extremista y supremacista. Mientras que el gobierno ucraniano y sus patrocinadores occidentales culpaban a Moscú y/o a las propias víctimas de lo sucedido desde el principio, estos batallones de fascistas desarrollaron numerosas tareas para el régimen, entre ellos la persecución de rusos y ruso hablantes, romaníes, y opositores en general.
Volviendo a lo de Odessa, abajo, una imagen de una de las víctimas de la masacre de Odessa, intentando desesperadamente escapar del edificio que los activistas neonazis de Maidán atrincheraron y prendieron fuego, quemándose vivos.

Un asunto que no reconoce la sentencia, es que cuando finalmente intervino la policía, horas después al final de la masacre de Odessa, fue para arrestar a los sobrevivientes. Algunos jueces intentaron entonces liberarlos, pero esta intención fue obstaculizada de distintas maneras por estos mismos grupos. Incluso en una ocasión fascistas enmascarados irrumpieron en la sala del tribunal exigiendo y consiguiendo la dimisión de los tres jueces.
Buena parte de estos extremistas integraban o pasaron a integrar el Batallón Azov, Batallón Aydar, y otras organizaciones de extrema derecha nazi como «Pravy Sektor» (Sector Derecha), y «Svoboda» (Libertad).
El TEDH ordenó a Ucrania pagar una indemnización a los solicitantes, familiares de las víctimas y sobrevivientes, aunque la sentencia no nombró directamente a los autores individuales, sino que se centró en la responsabilidad del Estado de Ucrania. La decisión ha suscitado un amplio debate en Ucrania y se considera un paso significativo en una batalla legal de años en la que las familias de las víctimas han buscado justicia. Las autoridades ucranianas aún no se han pronunciado en profundidad sobre la sentencia.
Mientras tanto, la prensa corporativa occidental mantiene, como es habitual, un cómplice silencio o menosprecio de este tipo de noticias, aunque paulatinamente se ha visto forzada a reconocer e informar del sinnúmero de crímenes envueltos en la operación Maidán de 2014 y las características fascistas del régimen que desde entonces se instaló hasta el día de hoy.
Contenido completo de la sentencia y documento para descargar, en sitio del Tribunal Europeo de Derechos Humanos.