por Gustavo Burgos
Más de 17,000 trabajadores de Walmart Chile comenzaron la mayor huelga del sector privado en la historia del país, el pasado miércoles. El paro es una respuesta a despidos masivos y la expansión de un régimen de trabajo “multifuncional” para los trabajadores restantes. Un total de180 de las tiendas de la compañía se mantendrán cerradas indefinidamente, mientras que las otras 276 verán acciones de huelga intermitentes.
La introducción de cajeros automáticos y otros equipos por parte de Walmart ya ha dejado a al menos 2.000 familias en Chile este año sin su medio de subsistencia, mientras que entrega ganancias enormes a sus ricos inversores. Con el matonismo que caracteriza a la aristocracia financiera y corporativa estadounidense, la empresa ofreció inmediata y abiertamente “un importante aporte al sindicato para inversión en capacitación para sus socios”.
Esto le compró a la empresa una prórroga. Desde el 25-27 de junio, los trabajadores habían votado abrumadoramente —91,75 por ciento— a favor de hacer huelga, pero el Sindicato Interempresa Líder (SIL) accedió a prolongar el “periodo conciliatorio” requerido legalmente hasta que la huelga inició el 10 de julio.
En medio de un gran descontento , con muchos trabajadores reclamando que el sindicato “se quedará toda la plata”, el presidente del SIL, Juan Moreno, se vio obligado a iniciar la huelga y señalar que “cuando se habla de capacitación, tiene que ser con empleabilidad real”, además de la demanda del sindicato de un magro aumento de 4 por ciento.
A pesar del enorme apoyo a la huelga, la principal inquietud presentada por los trabajadores es el papel del sindicato, el cual es visto como servil a la empresa. El SIL ya canceló una huelga tras un voto similar en 2017 e impuso un aumento miserable de 7 por ciento por dos años.
Los trabajadores también han expresado correctamente de poco a nada de confianza en que el sindicato prevenga represalias de una empresa que es infame por darle a sus gerentes guiones escritos en Estados Unidos para llevar a cabo despidos sumarios de huelguistas que comienzan: “gracias por su visita”.
Walmart es el mayor empleador y la mayor empresa por ingresos de todo el planeta. Con sus 11,368 tiendas en 27 países, Walmart tiene 2,3 millones de empleados—1,5 millones solo en EUA—y obtuvo ingresos récord de $500 mil millones. Esta cifra se compara con el producto interno bruto (PIB) anual de Chile de $298 mil millones y es casi 10 veces la recaudación tributaria del Gobierno chileno.
La familia Walton, herederos de la multinacional, tienen una riqueza neta de $175 mil millones, según un reporte en Febrero de Bloomberg que reportaba que habían recibido ganancias de $14 mil millones desde el principio del año. Este es el resultado de una búsqueda cada vez más agresiva de efectivo por parte del capital financiero, extrayendo mayores ganancias por medio de la destrucción de los niveles de vida de los trabajadores en todo el mundo.
Las condiciones laborales de “multifuncionalidad” están siendo impuestas bajo la amenaza de despidos. Como cuentan los trabajadores: “Una trabajadora que es cajera la sacan de su puesto para trabajar en reposición en sala, levantando cajas de productos, trabajando bajo presión por el escaso personal existente. Muchas de las niñas terminan por licencia por estrés”.“Las personas del área de aseo deben trabajar en caja, dejando el área de aseo despreocupada. A causa de eso el local y baños están en condiciones que no se pueden usar a veces.
También señalan que “Debemos hacer tareas que no nos corresponden, trasladar carros desde los estacionamientos, a lo cual según la ley acá en Chile no podemos ejercer, a veces limpiar la sala porque no hay personal de aseo. En estos momentos hay cerca de 3 trabajadores con licencia médica por estrés y lesiones lumbares y musculares por sobreesfuerzo. No dan la ropa a las condiciones del tiempo, yo tuve que comprarme ropa gruesa para no enfermarme en los días de lluvia y frío”.
Entre otras condiciones, los trabajadores denuncian que en “la media hora de colación, el personal aún no termina y ya están llamando por parlante al personal para dirigirse a su lugar de trabajo. Hay que comer a toda carrera, habiendo solo una maestra en el casino que atiende y a veces hay fila de trabajadores para comer”.
Explican, “Claro, hay despidos en los locales, la gente que está quedando debe hacer el doble o triple de labores. Y lo peor de todo es que si no haces las cosas que piden, amenazan con despedirte. En cuanto a la negociación, a nosotros nos informan vía WhatsApp algunos resultados de garantías vacías…
Como una de las capas más explotadas de la clase obrera, los trabajadores de ventas minoristas internacionalmente están levantándose en números cada vez más grandes en todo el mundo. La semana pasada, 10.000 trabajadores de varias cadenas de supermercados en Portland, Oregon, votaron a favor de salir en huelga, mientras que otros 31.000 trabajadores de Stop&Shop hicieron huelga en abril en Nueva Inglaterra. Entre los trabajadores de Walmart por todo Estados Unidos, hay un descontento cada vez más profundo hacia la empresa.
La globalización de la producción, finanzas y distribución desde los años noventa ha resultado en una enorme concentración de riqueza en las manos de un puñado de oligarcas en cada país, pero también ha equiparado los niveles de vida y explotación de los trabajadores en todo el mundo, cada vez más por los mismos empleadores.
El carácter global de la lucha de clases constituye la mayor ventaja de los trabajadores, especialmente en tiempos del Internet, las redes sociales y los teléfonos inteligentes, para luchar por defender sus derechos sociales contra la aristocracia financiera gobernante.
Los trabajadores de Walmart han salido en huelga mientras 80.000 docentes decidieron continuar su huelga de seis semanas por todo Chile. El miércoles, la directiva nacional del Colegio de Profesores hizo que los profesores votaran si aceptar o no la misma oferta gubernamental que ya habían rechazado una semana antes, mientras les pedía a las bases que “depongamos el paro”. El mes pasado, los sindicatos en la mina de propiedad estatal de Chuquicamata enviaron a aproximadamente 6,000 trabajadores de vuelta al trabajo después de una huelga de 14 días que no cumplió con las demandas de los trabajadores, utilizando la misma estrategia de “repliegue”.
Los trabajadores de Walmart se enfrentarán al mismo resultado si su huelga permanece aislada del creciente resurgimiento de militancia en la clase obrera en Chile e internacionalmente.
La Huelga de Walmart es la cúspide de un movimiento obrero que se pone en pie y comienza a enfrentar al régimen. En Valparaíso el apoyo de las bases del profesorado fue instantáneo, desde el primer día los docentes han puestos sus instalaciones y recursos en apoyo al movimiento de los trabajadores del comercio. La Coordinadora No+AFP hizo llegar su apoyo y con ella un conjunto de organizaciones de trabajadores agrupados en su Frente Sindical y el Grupo 1º de Mayo.
Esta respuesta es el resultado del aprendizaje que significó el paro portuario de noviembre/diciembre de 2018. Estudiantes, pobladores y activistas en general se han acercado al movimiento que viene a fortalecer la lucha que en distintos frentes y con menor visibilidad están dando los trabajadores en Chile en distintos frentes.
La única forma de que estos movimientos se desarrollen y alcancen un carácter nacional es mediante su unidad, una unidad forjada desde las bases y con un claro carácter de clase. En esta lucha o se es yunque o se es martillo. El desarrollo del movimiento pone de manifiesto el carácter de clase de la huelga y plantea que su proyección necesariamente ha de plantearse la construcción de una dirección política de los trabajadores, una dirección con la capacidad de responder a la inclemente ofensiva patronal digitada desde el Gobierno piñerista. SEGUIR LEYENDO