Por Equipo The Clinic, 20 de Mayo, 2021
Esta lista de independientes fue una de las sorpresas de la elección de constituyentes. Logró 27 escaños en la Convención Constitucional. Aquí, los elegidos cuentan sus trayectorias personales y cuáles serán sus banderas de lucha en el trabajo que tienen por delante.
Tienen, en promedio, 39 años. Algunos tienen trayectorias de luchas sociales desde mucho antes del 18 de octubre de 2019. Otros levantaron diversas banderas a partir del estallido social. Juntos, unieron fuerzas en la Lista del Pueblo. Y dieron la gran sorpresa en las elecciones del fin de semana, al obtener 27 escaños en la Convención Constitucional tras haber hecho una campaña austera, centrada en las redes sociales y sin vincularse a los partidos políticos.
Conversamos con los 27 elegidos de la lista para escribir una nueva Carta Magna. Aquí, hacen énfasis en que son el pueblo, “olvidado, marginado y maltratado” en Chile, que la Constituyente permite que “gente común y corriente” represente los intereses de los ciudadanos y nos cuentan sus principales cruzadas en el proceso.
Dayyana González (33), distrito 3
Profesora de historia y geografía de una escuela municipal de Tocopilla, donde intenta fomentar una educación democrática, no sexista y que fortalezca la identidad territorial de sus alumnos. Estudió en un liceo politécnico y, más tarde, pedagogía en la Universidad de Tarapacá, por lo que se considera “una hija de la educación pública”. En sus años de estudiante fue activista por la defensa de la autodeterminación de los pueblos originarios de Arica, y en Tocopilla ha liderado y organizado luchas medioambientales y por las mujeres de la comuna que sufren violencia. De hecho, su candidatura fue levantada por la Unión de Mujeres Kori, que presta ayuda y orientación a mujeres vulneradas.
“Nosotros levantamos nuestra candidatura con el feminismo de los pueblos. Desde este territorio golpeado por el sistema económico extractivista y neoliberal, nuestra primera bandera de lucha es abrir este Estado a que nos garantice el buen vivir, con un rol solidario, que se involucre con una perspectiva ecológica y que venga a resguardar los derechos de la naturaleza por la recuperación de nuestros bienes comunes, como el agua. También abrirnos a un Estado plurinacional por la autodeterminación de los pueblos”, comenta.
Constanza San Juan (35), distrito 4
Nacida y criada en Santiago. Es licenciada en Historia de la Universidad de Chile. Llegó a Huasco a los 19 años, luego de enterarse del conflicto socioambiental en Pascua Lama. Es parte del movimiento Asamblea Constituyente Atacama. Sus propuestas son antineoliberales. Cree en un Estado solidario y garante de derechos, especialmente los que dicen relación con la cultura, el acceso al agua y a un medioambiente limpio, además del acceso al Internet y a la información con énfasis para sectores rurales.
“Voy por una Constitución que defienda la vida en todas sus formas y diversidad, además de la recuperación del agua, del bien común y del buen vivir”, afirma.
Ivanna Olivares (30), distrito 5
Vive en el Valle del Choapa, es profesora de Historia y parte de la comunidad indígena Diaguita Taucán. Desde adolescente ha desarrollado su consciencia ambiental porque, plantea, la megaminería del sector le impuso la necesidad de que exista una “justicia ambiental y restaurativa al territorio”. En 2020 conformó Modatima Choapa, una vertiente de Modatima Nacional, que defiende el agua, la vida y el medio ambiente. Desde ahí, le llegó la invitación de un grupo de organizaciones ambientales territoriales de las tres provincias de la región de Coquimbo para que lanzara su candidatura.
Busca defender en la nueva Constitución a los pueblos originarios, la ecología y el agua. “Como somos parte del Norte Chico hay mucha vulnerabilidad hídrica. Aunque eso ocurra en todo el país, nosotros somos un territorio que está resistiendo el avance del desierto, y por eso es muy importante que logremos revertir el sobreotorgamiento de aguas que existe en nuestras provincias. Mucho ha sido otorgado a las plantaciones de monocultivo, y acá en Choapa también tenemos este tremendo monstruo que es Minera los Pelambres, que está ocupando un tercio del agua dulce que es parte de la cuenca del río Choapa”, comenta.
Daniel Bravo (39), distrito 5
Abogado, vive en La Serena. Se dedica a ejercer libremente su profesión, especialmente en materias civiles y de familia. Es miembro fundador del Movimiento Independientes del Norte y, como integrante de éste en la Región de Coquimbo, fue partícipe en el surgimiento del Movimiento Territorial Constituyente, colectivo de base de la lista que integró.
“Me interesa el regionalismo y la autonomía regional avanzado en el establecimiento de un Estado regional, es decir, efectivamente descentralizado. También la instauración de un Estado Solidario, efectivamente garante de los derechos sociales”, plantea.
Lisette Vergara (28), distrito 6
Empezó a trabajar a los 17 años como garzona, vendedora, temporera y afines. Esto, dice, le permitió comprender y vivir las desigualdades y los conflictos sociales. En cada una de sus vivencias previas y posteriores a sus estudios de Historia y Geografía de la Universidad de Playa Ancha se percató de “lógicas que se repetían: la concentración de poder y de riqueza”. Durante el estallido social se unió a espacios comunitarios de organización, conversación y reflexión sobre Chile en Quilpué, desde donde se fue relacionando con otras asambleas y organizaciones territoriales.
El eje principal de sus propuestas es la “profundización de la democracia. Entendiendo que hoy vivimos en un sistema democrático representativo que delega la acción política en otro para posteriormente perder cualquier control ante estos -ya que no hay mecanismos democráticos para controlar o participar tras las elecciones-, es menester pasar a una democracia directa, deliberativa y participativa”. Añade que en la Nueva Constitución “deben quedar reconocidos mecanismos que permitan la incidencia real de las personas sobre aquellos que detentan el poder, como los referéndums revocatorios, iniciativas y vetos populares de ley, consultas ciudadanas vinculantes y presupuestos participativos”.
Cristóbal Andrade (32), distrito 6
Evangélico pentecostal, protector de la lengua indígena tradicional y creador del popular personaje Dinoazulado, nació en Independencia y creció en Puente Alto. Participó en el movimiento pingüino de 2006. En Quilpué, donde vive, comenzó a trabajar luego del 18 de octubre en organizaciones, como en el cordón solidario de la comuna.
Afirma que en la Constituyente fomentará la democracia directa y los derechos sociales. “Se necesita mucho la democracia directa en Chile. No puede ser solo entre el Presidente y el Congreso, sino que también con el poder ciudadano, que pocas veces es escuchado realmente. También hay que avanzar hacia una nación plurinacional”, plantea. Además, sostiene que tendrá una especial preocupación por las zonas de sacrificio y que, junto con avanzar en acceso universal a la salud de calidad, también buscará que los animales puedan acceder a ella.
Camila Zárate (29), distrito 7
Nació en Recoleta y vivió en Peñalolén. Estudió en el Liceo 7 de Providencia. Dice que ahí no tuvo muy buena relación con sus compañeras por su origen social y por ser feminista. Con solo 15 años participó de la movilización pingüina. Más tarde, en la Universidad de Chile, donde estudió Derecho, fue parte de su centro de alumnos mientras Camila Vallejo lideraba la Fech. Actualmente vive en Valparaíso, pertenece a la Red Parque Cabritería y del Movimiento por el Agua y los Territorios (MAT) en la ciudad.
Dentro de sus prioridades está la defensa del agua y de los territorios, además de entender la naturaleza en su conjunto como sujeto de derechos. También pide que los animales sean entendidos como sujetos de derecho: “Es esencial establecer una nueva forma de hacer sociedad, libre de la explotación de cuerpos y territorios. Chile despertó. Ahora se busca la representación de los pueblos, de los territorios a nivel constituyente, no de los mismos rostros y partidos de siempre y por lo mismo tenemos que hacer caso a este mandato. Estamos viviendo un proceso destituyente de lo viejo y constituyente de lo nuevo desde hace muchos años y ahora decanta en una vía institucional, pero es un trabajo de largo aliento”, afirma.
Tania Madriaga (49), distrito 7
Socióloga, vive en el cerro Esperanza de Valparaíso. Durante su enseñanza media y superior, participó en el movimiento estudiantil y la reorganización de federaciones de estudiantes. Apoyó la organización y lucha por una vivienda digna de la Toma de Terrenos de La Voz de los Sin Casa en Peñalolén. Además, encabezó la Secretaría de Planificación de la Municipalidad de Valparaíso durante la administración de Jorge Sharp.
Una de sus principales batallas en la Convención, señala, será la promoción de un nuevo modelo de desarrollo basado en una democracia participativa: “Un Estado que garantice los derechos políticos y civiles, en clave territorial. Esto significa que se establezcan mecanismos de participación vinculante (plebiscitos, iniciativas populares de ley, mandatos revocatorios, etc.) en todas las escalas del Estado, nacional, regional y local”.
María Magdalena Rivera (63), distrito 8
En dictadura, fue secuestrada y torturada por agentes estatales de la CNI. En 2012, con 54 años, ingresó a estudiar Derecho a la Universidad Bolivariana con la Beca Valech, debido a una búsqueda constante de reparación y justicia. Es militante del Movimiento Internacional de Trabajadores, una organización revolucionaria, como la cataloga. Actualmente trabaja en Defensa Popular a honorarios, una organización que apoya a los “luchadores sociales”. Ha sido destacada, en particular, por ser defensora de los detenidos de la “primera línea” durante el estallido social y por querellarse en contra del Presidente Sebastián Piñera por crímenes de lesa humanidad en noviembre de 2019. Desde entonces, ha recibido amenazas en su contra.
“Para mí lo más importante es lo que dije apenas fui electa. Señalé que voy a trabajar sin descanso por la liberación de los presos políticos y para recuperar lo que las 10 familias nos han robado en este país. Que sepan los poderosos que no tenemos miedo, ni de las amenazas que he recibido ni de nada”, afirma.
Marco Antonio Arellano (31), distrito 8
Comenzó a formarse en política cuando estudiaba en el Liceo Manuel Barros Borgoño y participó en las tomas y manifestaciones del 2006. Ahí, dice, aprendió a organizarse y a trabajar por acuerdos comunes. Más tarde, cuando estudiaba administración pública en la Universidad de Concepción, tuvo un rol activo en el movimiento estudiantil del 2011, y, durante ese tiempo, comenzó también a aprender sobre el calentamiento global. Cuando se dio cuenta de la magnitud del problema, se puso muy ansioso. Este sentimiento hizo que, luego de su titulación, volviera a Quilicura para organizarse, junto a otros vecinos, por la defensa de los humedales de la zona y del medio ambiente. Actualmente participa en una organización llamada Resistencia Socioambiental Quilicura.
En la Convención, su foco estará puesto en la lucha contra la corrupción. “Cuando uno ve cómo funcionan algunas instituciones y autoridades, se da cuenta que muchos de los problemas vienen de ahí, y en realidad va a ser bien difícil construir un país mejor si las instituciones no son capaces de funcionar eficientemente. Hay una dificultad en torno a eso porque la Constitución no puede abordar abiertamente materias penales, pero nosotros estamos trabajando en una propuesta, que obviamente tendrá que discutirse”, comenta.
Natalia Henríquez (35), distrito 9
Médica internista del Hospital de San José, cuenta con un magíster en Salud Pública. Fue parte del centro de estudiantes de Medicina de la Universidad de Santiago. Más tarde, se ha destacado como dirigente social de la salud: fue presidenta de la agrupación de Médicos Residentes de Chile y del Colegio Médico de Santiago.
Entre sus principales cruzadas en este proceso está justamente el derecho a la salud. “He podido trabajar con distintos gremios de salud y siempre he trabajado en hospitales y atención primaria, entonces conozco el sistema de salud público desde cerca y comprendo cuáles son sus necesidades y qué debería hacerse para enfrentar esos problemas”, dice.
Alejandra Pérez (43), distrito 9
Insiste en que, aunque estudió “muchas cosas”, es dueña de casa y eso le encanta. En 2016 fue diagnosticada con un cáncer de mama bilateral. En 2019, durante el estallido, se manifestó a torso desnudo mostrando sus marcas y usando su cuerpo como lienzo, escribiendo distintas frases en él. Con eso, buscaba generar consciencia sobre la realidad del cáncer y también romper con la cosificación del cuerpo femenino. A pesar de que se atendió en el sector privado, desde un principio empatizó con quienes se atienden en el sector público.
Afirma que en la Constitución va “a poner la cara por todas las luchas”. “La salud es importante, pero tengo otras luchas también. Tengo un hijo que tiene una deuda CAE, tengo unos suegros que reciben una pensión miserable, entonces yo creo que las luchas son todas relevantes, no me voy a abanderar por una en específico, yo creo que el sistema completo está funcionando mal. Puedo defender todos los temas y eso tiene que ver con que yo me siento representante, yo creo que el único que me puede mandatar es el pueblo. Venimos de un desencanto de la política que tiene que ver con que sentimos que los políticos no nos representan. Entonces nosotros, en la Lista del Pueblo, hemos podido generar esa conexión con las personas”, sostiene.
Manuel Woldarsky (37), distrito 10
El abogado es vecino de la comuna de Santiago. Fue presidente del centro de alumnos del Liceo de Aplicación y estudió en la Universidad Academia de Humanismo Cristiano. Hoy es director de operaciones de la coordinadora de DD. HH de Providencia, director jurídico de la organización de biciactivistas Ciclo Lúmpen y director ejecutivo de la Fundación Cultural Huentelauquén, que protege el patrimonio artístico del candidato al Premio Nacional de Música Enrique Molina Leiva, quien también fue su maestro. Antes del estallido hacía divulgación jurídica y el 19 de octubre de 2019 fue la primera vez que fue a una comisaría a trabajar de forma frontal por los DD. HH. Lo sigue haciendo hasta hoy.
“Creo que los derechos de todas las personas que están señalados en los tratados internacionales de DD. HH y que Chile viene suscribiendo desde el año 1990 en adelante deben estar consagrados en la Constitución. Tienen que haber mecanismos para que sean protegidos para determinar si acaso existió una vulneración de ellos y que se puedan reparar de manera rápida y efectiva, y que se determinen las obligaciones que como personas debemos cumplir en el país a través de procedimientos que sean fáciles, eficaces, y que a uno le demuestren que puede exigir que se respeten sus derechos porque uno cumple con sus obligaciones”, dice.
Giovanna Grandón (46), distrito 12
Es asistente de párvulos con más de 20 años de experiencia. Vive en Lo Hermida y actualmente es transportista escolar. Desde hace tiempo trabaja en ollas comunes y actividades solidarias para ayudar a personas que lo necesitan. Es particularmente conocida como la “tía Pikachu” por haber salido a manifestarse disfrazada del personaje de Pokemón durante el estallido social.
Su batalla principal, dice, será defender los derechos sociales de la ciudadanía, como la educación, la vivienda y la salud. “Quiero que logremos llegar a acuerdos, poniendo siempre las necesidades de la gente primero, no permitiendo que los intereses políticos y económicos secuestren el proceso con el solo fin de no perder sus privilegios”, señala.
Ingrid Villena (30), distrito 13
Abogada, ha vivido toda su vida en la comuna de El Bosque. Estudió en el único colegio particular subvencionado de la comuna y luego, en 2007, decidió ingresar a Derecho en la Universidad Central. Una vez titulada cursó un diplomado en abuso sexual infantil en la Fundación para la Confianza, el cual le sirvió para dedicarse a defender de forma independiente a mujeres víctimas de violencia intrafamiliar y a niños, niñas y adolescentes vulnerados en sus derechos tanto física como sexualmente. Hasta hoy realiza esa labor, que complementa con distintas charlas que da sobre violencia intrafamiliar para el colectivo Violetas Sur.
En la Convención, su objetivo es claro: “Principalmente buscaré erradicar toda forma de violencia en contra de las mujeres, niños, niñas, adolescentes y adultos mayores, esa es mi bandera de lucha”, comenta.
Rodrigo Rojas (37), distrito 13
Se define como hijo del movimiento “octubrista”, porque no había participado de otras instancias sociales antes del estallido de 2019. Es encargado de operaciones de vuelo. Nació y creció en Puente Alto y actualmente vive con sus padres en Melipilla. Fue diagnosticado hace siete años con leucemia y hoy se encuentra en un período de transición en su tratamiento médico. Ha desarrollado problemas auto inmunes por el mismo motivo. Dice que a pesar de su enfermedad y de la pandemia no se ha aislado, porque no le teme a la muerte.
Entre los temas que más le interesan está la salud y la inclusión como pilares de los derechos sociales. “Lo más importante que viene es el diálogo, la gran herramienta de la Convención. Pero no el diálogo que tenemos entendido y nos impusieron desde hace 30 años o más, donde la oligarquía daba sus ideas y nosotros acatábamos. Nosotros creemos en el diálogo ciudadano participativo, donde vamos a llegar a consensos, pero donde hay derechos sociales que no se van a transar porque son el mínimo que nos debemos”, comenta.
Francisco Caamaño (31), distrito 14
Vive en la comuna de El Monte y trabaja como asistente administrativo del Departamento de Geofísica de la Universidad de Chile. Es activista medioambiental y forma parte de organizaciones como Verde Nativo, Humedales del Mapocho y Plantemos Nativo, que pretenden dar solución a conflictos socioambientales del distrito.
Apuesta por un Estado ambiental, igualitario y participativo, valores que pretende defender en la Convención. “Además de que se garanticen los derechos fundamentales en la nueva Constitución, me interesa la defensa de la naturaleza, que se garantice el derecho de vivir en un medio ambiente sano, la desprivatización del agua y velar por su gestión comunitaria”, señala.
Loreto Vallejos (41), distrito 15
Hace cinco años es coach educacional. Profesora de Historia, realiza talleres de acompañamiento a personas enfocados en el conocimiento personal y desarrollo emocional. Principalmente ha ayudado a profesores y a mujeres emprendedoras. Nació en Santiago, se creó en los cerros de Viña del Mar y lleva 11 años viviendo en Olivar, Región de O’Higgins.
Dentro de sus principales temas a impulsar en la Convención está la educación. Cree que no solo debe ser gratuita y de calidad, sino que también no sexista, para toda la vida, con énfasis en los aspectos sexuales y emocionales. Además, buscará fomentar la protección de los ecosistemas y de los recursos naturales. “Toda transformación que queramos hacer debe nacer en la educación. No existe transformación posible sin educación. No podemos cambiar el sistema político si no tenemos gente que quiera participar. No podemos tener democracia directa si la gente no hace asambleas y vota. La educación es la base de todo, y no existe transformación posible sin ella”, sostiene.
Gloria Alvarado (57), distrito 16
Es técnica en Administración de Empresas y oriunda de Pichidegua en la Región de O’Higgins, que hoy al igual que otras localidades de la zona central, enfrenta una crisis hídrica. Este problema la ha motivado a movilizarse en ese sentido. Ha dedicado gran parte de su vida a organizaciones ligadas a la defensa del agua potable rural, como la agrupación Pichidegua Unidos por el Agua y el Comité de Defensa del Medio Ambiente de Pichidegua.
Alvarado es miembro de la Lista Corrientes Independientes que fue apoyada por la Lista del Pueblo. Algunas de sus banderas en este proceso son promover la gestión comunitaria del agua y defender el agua para el consumo humano, especialmente en territorios donde predomina la agroindustria. “Me interesa que este recurso tenga el lugar que corresponde y que su acceso sea un derecho humano garantizado por el Estado y que la gestión del agua comunitaria sea una alternativa para administrar el agua en Chile. Además, es importante hacer todo este trabajo con participación ciudadana”, dice.
Elsa Labraña (46), distrito 17
Nació en Santiago. Vivía viajando entre la capital y Curicó porque sus padres son separados. Trabajadora social de profesión, madre y abuela, se declara como ecofeminista y pertenece al Colectivo de Mujeres de Curicó. También participa de No + AFP, Chile Mejor sin TLC, en la Red Chilena contra la Violencia y, a través del Consejo Ecológico de Molina, se vincula con el Movimiento por al Agua y los Territorios. Dentro de la región, se ha vinculado con las asambleas territoriales de Molina, Teno y Curicó.
Apunta hacia terminar con la economía extractivista y entregar mayor autonomía a los territorios, fomentar mecanismos de democracia directa y la creación de un estado plurinacional. Pero principalmente, la recuperación de los bienes comunes. “Mi eslogan dice ‘con la democracia participativa se come, se educa, se cuida el medioambiente y la salud’. Es importante avanzar en entender la alimentación como un derecho y pensarlo como una soberanía alimentaria. Siempre se habla de los derechos sociales garantizados por el Estado, pero a veces se olvida del más básico de los derechos, que debe garantizarse apenas uno nace, que es la alimentación”.
Francisca Arauna (30), distrito 18
De profesión abogada, ganó visibilidad por sus perfiles en redes sociales llamado “Derecho Fácil”, que busca acercar esta disciplina a las personas, y donde cuenta con más de 190.000 seguidores. Desde ahí, hizo campaña por el Apruebo en el plebiscito de octubre y recibió muchos comentarios preguntándole por qué no se lanzaba como candidata.
Lo hizo. Y ahora, como constituyente, buscará “una Constitución feminista; que ponga fin al Estado subsidiario, pasando a un rol activo del Estado, un Estado social de Derecho”. Además, buscará incluir en la Carta Magna “una perspectiva medioambiental, que es fundamental para el proceso vivido en todo el mundo”.
Fernando Salinas (65), distrito 18
Es ingeniero civil de profesión, pero sus grandes pasiones son la ecología y el activismo ambiental. Vive en Chanco, en la región del Maule, y viaja regularmente a Santiago por trabajo. Realizó el primer documental ecológico en Chile, llamado “El despertar de la conciencia” (1983), y coordinó la campaña contra la Termoeléctrica Los Robles en la costa del Maule. Es parte del Comité Pro-defensa de la Flora y Fauna (CODEFF) desde 1993 y de Acción Ciudadana Costa Maule.
Una de sus principales preocupaciones para este proceso es la creación de una “Constitución eco-social”. “Me interesa que la naturaleza sea sujeto de derecho, que a las personas se le garanticen los derechos básicos que están pendientes y que la participación ciudadana se incorpore en la Constitución, para que nuestra democracia sea participativa, en lugar de representativa”, explica.
César Uribe (37), distrito 19
Hijo de profesores, nació y creció en San Fabián de Alico. Ha luchado por las banderas socioambientales por más de 10 años. Durante su época universitaria participó en movilizaciones estudiantiles, pero siempre desde la independencia. Hasta que, en 2013, se integró a la organización Ñuble Libre, movimiento social que aboga por la defensa del río Ñuble.
“Principalmente me voy a preocupar de la defensa del medioambiente, de la recuperación del agua, de la protección de las comunidades, eso es fundamental. Por otro lado, creo mucho en la democracia, en la autonomía de las regiones, y en generar herramientas de participación ciudadana y de soberanía territorial en los distintos lugares, esos son mis principales enfoques”, afirma.
Rossana Vidal (51), distrito 20
Es enfermera, abogada y docente de la comuna de Chiguayante. Se ha dedicado al trabajo con grupos vulnerables de la zona, especialmente con personas en situación de calle a través de la Corporación Sempiterno, que formó hace tres años.
El derecho a la salud, la educación y el bienestar animal son tres temas que quiere llevar a la Convención. Pero su principal bandera de lucha en el proceso será la dignidad humana. “Creo que a partir de ella vamos a poder escribir esta nueva Constitución, pensando que desde ahí van a salir todas las políticas que van a dirigir los destinos de nuestro país para el futuro próximo y las generaciones futuras. Es lo que nos permitirá hacer políticas con rostro humano”, dice.
Helmuth Martínez (34), distrito 23
Abogado de profesión, trabajó en la Municipalidad de Saavedra y en oficinas de protección de los derechos de la infancia y adolescencia. Se entusiasmó con la posibilidad de ser constituyente por la “ausencia de representantes ligados a las comunidades y a los partidos políticos”.
En la Convención, pretende defender “el reconocimiento de los pueblos originarios, tanto por la zona donde estoy, como por la sangre mapuche que llevo”. Además, quiere “una mayor descentralización, participación de la ciudadanía en el Estado, en las decisiones, dignidad en el trato y el derecho público al agua”.
Adriana Ampuero (34), distrito 26
Vive en la península de Rilán, en Castro, y ha trabajado durante años para visibilizar las problemáticas de la Isla de Chiloé, como la conectividad y el acceso a servicios básicos. Es egresada de Derecho y vocera del Movimiento Archipiélago Soberano, que agrupa a personas de todo el territorio insular que luchan por la recuperación de las autonomías regionales.
Entre los principales temas que desea plantear en la Constituyente están la descentralización y la promoción de las autonomías regionales. “Estos dos aspectos son los más importantes en el distrito. Vivimos en carne propia las problemáticas de la conectividad insular y de territorios inhóspitos, que termina dificultando el acceso a otros derechos sociales básicos como por la salud y educación. Aquí la gente tiene que transitar por el territorio y mar para poder llegar a un hospital o mandar a sus niños a estudiar, lo que es sin duda un conflicto”, explica.
Elisa Giustinianovich (36), distrito 28
Doctora en Ingeniería Química e investigadora de la Universidad de Magallanes, ha trabajado especialmente en temáticas relacionadas con las energías renovables. Se declara ecofeminista y ha participado en espacios de educación popular y ambiental. Es parte de la Coordinadora Feminista de la Patagonia, Colectiva y Cooperativa Rosas Silvestres, Red de terapias “Matríztica” y Red Austral de Acción Territorial.
En la nueva Constitución, buscará “acabar con la impunidad de este gobierno frente a las violaciones de derechos humanos”. Asimismo, su compromiso va por “descentralizar el poder político, económico y administrativo, avanzar hacia un Estado social y garante de derechos y poner un enfoque feminista a lo largo de toda la Carta Magna, garantizando vías libres de violencia a mujeres, disidencias e infancia”.