El Soberano
Una formación militar que no comprende la vida de una sociedad civil libre y compleja, un doble escalafón que introduce el sesgo de clase y su excesiva autonomía nos ayudan a comprender su alto grado de descomposición institucional. Pero la explicación madre es otra: Carabineros se desploma porque se desploma el orden que ha de resguardar.
Puede ser una reforma profunda, o la refundación completa si consideramos la devaluación de la marca “Carabineros”. “No nos quedemos en ese juego de palabras. Una reforma puede ser lo suficientemente profunda y una refundación, por el contrario, puede dejar todo como estaba y quedarse en un cambio de marca. Pero lo claro es que esta policía uniformada no aguanta más así como está, en cierta medida porque la estructura política y social que resguarda tampoco aguanta más”, declaró el abogado penalista y presidente de la Corporación Ciudadanía y Justicia, Mauricio Salinas.
El académico señaló que la situación de Carabineros es sintomático de la crisis que vive la sociedad chilena. “Carabineros tiene la misión de cuidar el orden institucional existente, y ese orden hoy día tiembla. Si se desmorona, entonces se desmorona Carabineros, policía que básicamente se comporta más o menos como lo hacía antes de 1990. ¿Por qué ha cambiado poco? Pues porque las estructuras sociales, económicas y políticas del país han cambiado poco. Y si Carabineros se desfonda es porque el orden social se desfonda. Eso lo entendieron Longueira y Lavín. Ambos no quieren algo muy distinto a lo que tenemos hoy en día, pero entienden que hay una crisis de legitimidad y necesitan esta fuga hacia adelante”, agregó.
Una distorsión militar
Otro aspecto conflictivo que explica la severa crisis de Carabineros es su impronta militar, un sello que no sólo debe a la formación de sus cuadros. “Recordemos que la Dictadura traspasó a Carabineros al Ministerio de Defensa, permaneciendo junto con las otras Fuerzas Armadas, las que operan contra un enemigo externo en la lógica de la Guerra Fría con representación en Chile, es decir, un enemigo interno. Recordemos que sólo en 2012 fue devuelta al Ministerio del Interior. Eso tiene mucho que ver con el enfoque, la doctrina y la preparación que le da su personal”, indicó.
La formación militar presenta un inconveniente para la vida en democracia. ¿Por qué no conformar un cuerpo policial como la Policía Nacional de España, que reemplazó a la Guardia Civil? Mal que mal, los militares tienden a creer que las sociedades funcionan de forma más eficiente cuando operan como un regimiento, “y eso es no entender el comportamiento en las sociedades complejas. La sociedad chilena no puede operar como un regimiento. Claro, funcionará de forma más eficiente, pero la gracia es que funcione eficientemente en un marco de libertades. Que sea eficiente en un marco de obediencia total y verticalidad absoluta de mando no tiene ninguna gracia”, sostuvo. “Por eso vemos que la institución es incapaz de entender que la persona que protesta no es un enemigo que debe aniquilar”, añadió.
“El punto es que las conductas de Carabineros no van a cambiar simplemente porque hagamos nuevas leyes. Necesitamos hacer un trabajo más profundo. Un ejemplo: hasta 1998 las relaciones homosexuales estaban penadas por ley. ¿Significa que Carabineros dejó de acosar y hostigar a los homosexuales? No. De hecho, si escuchamos los audios de carabineros grabados de forma oculta podemos notar que tienen exactamente el mismo lenguaje que tenían en Dictadura”, dijo el académico.
¿Y el doble escalafón (oficiales y suboficiales) que también rige para las Fuerzas Armadas? ¿Es sostenible una estructura institucional que define la futura carrera policial o militar de un efectivo en función de la capacidad de pago de sus padres, y que, de paso, instala un sesgo de clase en el escalafón que concentra el poder de mando? Por de pronto, Salinas cree que el doble escalafón es una rémora que riñe con los valores meritocráticos de una sociedad liberal moderna.
“Las Fuerzas Armadas y Carabineros son fiel reflejo de la sociedad casi estamental o de casta en que vivimos. El doble escalafón reproduce y refuerza ese mismo orden que tanto nos tiene cansados a los chilenos. Este ordenamiento choca con el anhelo de una sociedad que quiere mayores niveles de igualdad ante la ley”, aseveró el abogado.
FUENTE: El Soberano 5 octubre, 2020