Fuerza Pobladora de Chile
Un nuevo escándalo de corrupción ha vuelto a estallar en el mundo político, nada nuevo bajo el sol si desde siempre los partidos que han gobernado han hecho del estado una caja de pagos para llenarse los bolsillos mediante diferentes chanchullos y triquiñuelas mientras perpetúan las miseras condiciones de vida de los pobladores.
Gobiernan para su beneficio y el de los empresarios y sea quien sea presidente el guión se repite sin interrupción. Esto demuestra que el Estado y esta democracia, con maquillajes, ajustes y nuevas constituciones, siempre estará contra los intereses del pueblo.
Toda esta trama de engaños y corrupción con los dineros del Estado, se da en el marco de un gobierno que prometió cambios y renovación de la política, con una supuesta nueva forma de hacer las cosas. Un engaño más a nuestro gente, con falsas promesas de cambio, pero que desde el primer día han demostrado ser igual o peor que los anteriores. La nueva casta de políticos juveniles pasaron de la dirigencia estudiantil a los cómodos sillones de la moneda para continuar con la administración de este sistema injusto e inhumano.
La corruptela del Frente Amplio se da con recursos del Ministerio de vivienda que debiesen ser utilizados para resolver los problemas críticos de habitabilidad que persisten entre nuestra gente, con el allegamiento y los campamentos en su máximo histórico. En los últimos 2 años, los campamentos aumentaron un 33% y el déficit habitacional volvió a las cifras de principios de los años 90, mientras la política de vivienda del gobierno, el llamado Plan de Emergencia Habitacional, hace aguas y muestra cifras paupérrimas. Precisamente los programas para los pobladores sin casa, los más golpeados por este sistema, son los que muestran poco o nulo avance.
Mientras no hay soluciones para los allegados y el SERVIU se llena de excusas para dar respuesta a los comités de vivienda, sus funcionarios se llevan la plata para la casa. Sin ninguna vergüenza el gobierno nos dice que no hay terrenos o no pueden pagar los precios de estos, mientras sus máximos esfuerzos se ponen en proyectos rentables para las constructoras, inmobiliarias y los bancos, y para el traspaso de dinero a fundaciones, ONGs y empresas.
Lo más crítico, es que el fracaso de la política habitacional del gobierno, incluyendo los casos de corrupción, se da en contexto de empeoramiento generalizado de las condiciones de vida del pueblo, que se manifiestan en aumentos de desempleo, consolidación del trabajo precario e informal en los sectores populares, nivel de precios de alimentos de primera necesidad elevados, crisis de la salud pública que invierno a invierno muestra su peor cara para los pobladores y un largo etcétera.
Estos aspectos solo ratifican un conjunto de certezas para nosotros: en primer lugar, el carácter profundamente servil y antipopular de este gobierno que muestra más claramente su verdadera cara y la de sus partidos. En segundo lugar, la contradicción entre este sistema económico y social y las aspiraciones de una vida digna para el pueblo, que se expresa en que mientras empresarios y políticos más se enriquecen la gran mayoría peor lo pasa.
Pero lejos del oportunismo político que hemos visto estas última semana, la respuesta de los pobladores organizados debe superar lo declarativo y la denuncia. La corrupción de este sistema y la fracasada gestión del ministro de vivienda no caerán por nuestro mero reclamo. La fuerza de los pobladores debe expresarse en las calles con decisión, ante un gobierno que no privilegiará los intereses de los pobladores sin casa. El camino de diálogo se agotó, mostrando su absoluto fracaso. En las mesas de trabajo el gobierno se llena de excusas para ganar tiempo, todo con el fin de desgastarnos y desmoralizarnos, para luego elegir a dedo a los beneficiarios de sus miserables soluciones habitacionales.
Por esto, llamamos a nuestra gente , a crear organizaciones populares como única forma lograr nuestras justas demandas; llamamos los pobladores sin casa a levantar comités de lucha por la vivienda para conquistar un techo digno para nuestras familias.
Llamamos a su vez a los comités de allegados, organizaciones de campamentos y al conjunto de organizaciones de pobladores, a impulsar una lucha decidida contra los que hoy niegan soluciones reales; a confrontar por medio de la movilización social a Montes y su fracasado Plan de Emergencia Habitacional. Llamamos a unificar e intensificar los procesos de lucha, a presionar en las calles y a levantar la protesta popular.
Llamamos a luchar de forma intransigente porque lo que es justo. Porque se destinen los recursos, que hoy se roba la casta política y empresarial, a la adquisición y traspaso inmediato y directo de terrenos, sin deuda y sin ahorros extras. Por acelerar las habilitaciones normativas de terrenos eliminando la burocracia. Por acabar con los convenios de prelación y todas las trabas que retrasan las soluciones y que dividen y excluyen a los pobladores sin casa.
Llamamos a luchar, sin descanso, porque cada persona y cada familia pobladora tenga un techo y una población digna donde vivir.