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Los trenes en Inglaterra dan mal servicio por falta de presupuesto

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Por Adán Salgado Andrade

En algunos países europeos, los trenes siguen siendo un sistema de transportación muy importante. Hace algunos años, estuve en España y tuve la oportunidad de viajar por tren. Los que usan, son cómodos y muy modernos. Viajé de Barcelona a Valencia, y resultó placentero el viaje. También tienen autobuses, que son más baratos, pero menos eficientes.

En Inglaterra, también los trenes son muy importantes, pero una serie de restricciones presupuestales, impuestas por los conservadores, los han llevado a dar malos servicios, como de que no lleguen a tiempo, se cancelen, así como pésimo estado de las estaciones.

Y es una muestra de su declinación como país. El analista John Harris, por ejemplo, afirma que para entender la declinación esa nación, “trate usted de tomar un tren en el norte de Inglaterra. La reciente historia de nuestros trenes, es la misma del país, una absurda tendencia a bajar inversiones, privatización y capitalismo mezquino, han llevado a eso” (ver: https://www.theguardian.com/commentisfree/2022/nov/06/britain-train-service-renationalisation-delay).

Refiere Harris toda la serie de inconvenientes que un servicio ferroviario con menos fondos ocasiona a la gente. Los principales proveedores, Avanti West Coast y TransPennine Express, en las que ha metido las manos el grupo multinacional de transporte FirstGroup, no cumplen con horarios, operan menos trenes, y en lugar de contratar a más conductores, dan tiempo extra a los existentes o los hacen trabajar en sus días de descanso. Por ello, se han hecho huelgas, pues los trabajadores reciben menos salarios, menos prestaciones y están sobrexplotados. Lo peor, dice Harris, es que a esos transportes, que antes eran públicos y ahora se han privatizado a las empresas mencionadas y a otras, lo que más les interesa es las ganancias que tengan, no dar un buen servicio. “La historia de los ferrocarriles, muestra la historia del país, dominado por el capitalismo salvaje, bajas inversiones, inmediatismo e imposiciones laborales, en lugar del consenso”.

Dice que las ferrocarrileras viven menos de los boletos, que de cuotas fijas y bonos de eficiencia, “que son transferidos al Estado”. Sí, seguramente se muestran como “muy eficientes” y cobran al estado, con dinero de los contribuyentes, esa supuesta “eficiencia”.

Por ello, han planteado los secretarios de transporte (que en el 2022, ha habido tres, pues no están a la altura del cargo), que el servicio debe de hacerse público nuevamente. “y es algo que se debe de hacer, dado que las concesiones expiran pronto”.

En efecto, servicios como el transporte, el agua potable, la electricidad y otros, se hicieron públicos, durante la época de la llamada economía mixta (keynesianismo), que estuvo vigente entre los 1930’s y los 1980’s, pues no podían estar los usuarios a expensas de los intereses de las empresas privadas, las que siempre han priorizado las ganancias, por sobre la prestación de sus servicios (ver: http://adansalgadoandrade.blogspot.com/2008/11/el-convenenciero-capitalismo-salvaje.html).

Platica Harris su propia experiencia, al trasladarse de su casa, en Somerset, hacia el noroeste. “Antes, había trenes cada hora y era un simple viaje, entre Bristol y Manchester. Actualmente, sólo hay dos corridas, y lleva seis horas, cuando menos, hacer el viaje. Y como el tren final, se canceló, se nos dijo que si queríamos viajar muy hacinados en el que lo iba a sustituir, que iba muy lleno, o si queríamos contratar otro servicio, pero a una tarifa extra. Esto, me recordó la ‘lógica’ de cómo funcionaban los trenes en los países comunistas de pasadas eras”. Y eso fue en la compañía Avanti. “La gente en los andenes, se ve molesta, preocupada, porque no puede llegar a tiempo a sus actividades. Le pregunta a personal, que está tan despistado como ellos. Y en el tren que me subí, llenísimo, por tanto crujido y su condición, se veía que tenía al menos 30 años de uso”.

Y es que no sólo las corridas se han reducido, las demoras han incrementado (sólo 77 por ciento de los trenes llegan a tiempo), sino que las condiciones de las estaciones son pésimas, al decir de varios usuarios, “que ni suficientes baños tienen y la gente debe de orinar en latas vacías de papas Pringles. Y muchos, han preferido ya no usar trenes y transportarse en auto, optando por levantarse en la madrugada y manejar cinco horas o más, para llegar a tiempo” (ver: https://www.theguardian.com/business/2022/oct/28/just-too-unreliable-avanti-promises-to-do-better-while-passengers-despair).

Por tantos problemas, las cancelaciones de corridas han alcanzado niveles récord, con más de 314,000 trenes cancelados completa o parcialmente. Y cada año, se han duplicado tales cancelaciones. Pero firmas como Avanti, “recibirán un bono de eficiencia gubernamental, de millones de libras esterlinas, a pesar de haber dejado sin servicio a millones de pasajeros. El promedio de trenes cancelados, es de unos 860 al día. Y hay preocupación de que en la próxima temporada navideña, a la gente se le afecte más en sus actividades y vacaciones. Tres cuartas partes de tales cancelaciones, se debieron a causa de fallas en los trenes, en lugar de problemas en las vías, como Avanti ha querido mostrar. Las vías, a cargo de la empresa pública Network Rail, en general, se encuentran en buen estado. Son las ferroviarias, las que descuidan sus equipos, así como la infraestructura energética (electricidad) de la que dependen. En menos de tres meses, Avanti canceló 1,440 trenes, lo que ocasionó trenes muy llenos en otras corridas” (ver: https://www.theguardian.com/uk-news/2022/nov/20/train-cancellations-in-great-britain-hit-highest-level-on-record).

Por ello, Harris concluye al final de su análisis que “si un país, en pleno siglo 21, no puede transportar convenientemente a su gente de un lugar a otro, ¿qué clase de Estado es?”.

Tiene razón, pues ante las exigencias del capitalismo salvaje de que una sociedad debe de trabajar “eficientemente” para que su ciclo de producción (empleos de todo tipo), circulación (transportación de mercancías y personas) y distribución (venta de las mercancías), se complete, el transporte de personas (y mercancías) es vital. Debe de considerarse ya un derecho humano y hasta tendría que ser gratuito (ver: http://adansalgadoandrade.blogspot.com/2022/08/transporte-publico-gratuito-podria.html).

Y, finalmente, como bien señala Harris, la decadencia de los trenes en Inglaterra, es fiel reflejo de todos los decadentes problemas que nos ha ocasionado este sistema capitalista salvaje, que todo ha afectado, con su rapacidad, depredación y contaminación, tanto al planeta, al medio ambiente, las especies animales, vegetales y el empobrecimiento, cada vez más agudo, de la sociedad global, con tal de que menos del 0.00001% de la población mundial, goce de una vida confortable y cómoda, sin tener que sufrir aglomeraciones en transportes hacinados, deficientes y sucios.

Contacto: studillac@hotmail.com

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