Comunico a Uds, con enorme pesar, el fallecimiento en Londres, Inglaterra, de uno de mis más preciados amigos y compañeros.
El Capitán (R) de la FACH Jorge Silva Ortiz estuvo al mando del Servicio de Contra Inteligencia de la Fuerza Aérea en el periodo entre la elección de Salvador Allende como Presidente de la Republica, el 4 de septiembre de 1970, y la asunción del Presidente electo al mando, el 4 de noviembre de ese mismo año.
En ese intertanto ocurrió el atentado que le costó la vida al Comandante en Jefe del Ejército, General René Schneider, el 25 de octubre de 1970. Atentado que tenía por fin sacar del camino a un oficial constitucionalista y provocar la intervención del Ejército para evitar que Allende fuera confirmado como Presidente de la Republica.
Cómo el atentado y muerte del general Schneider no generó en el Ejercito la respuesta esperada por los golpistas, un grupo de oficiales activos y en retiro de la Fuerza Aérea, de la Armada, y del Ejército preparó un intento de asesinato, teniendo ahora como objetivo al propio Presidente electo (“el marxista Allende”) aprovechando que este tenía proyectada una visita a Valparaíso.
Jorge Silva tuvo conocimiento de primera mano de la acción criminal que se preparaba, aviso de esto al General de la FACH César Ruiz Danyau y al propio Salvador Allende, y la visita de este a Valparaíso se suspendió, haciendo fracasar la intentona.
Después Jorge fue destinado a la Base de la FACH de El Bosque, en Santiago, donde estuvo al momento del golpe de estado del 11 de septiembre de 1973.
Tras el golpe de estado, y en la Base El Bosque, advirtió que habían dos jóvenes que están separados del resto de los prisioneros (Fernando Villagran y Felipe Agüero) y se informó de que estaban esperando ser fusilados. Le ordeno al personal de custodia que subieran ambos jóvenes a un camión que partía en esos momentos con otro grupo de prisioneros desde la Base El Bosque hacia el Estadio Nacional, con lo que les salvó la vida.
Finalmente Jorge fue hecho “prisionero de guerra”, acusado de “traición”, brutalmente torturado en el Estadio Nacional y en los subterráneos de la Academia de Guerra Aérea, sometido a Consejo de Guerra, condenado a 20 años, y enviado a cumplir condena en la Cárcel Pública de Santiago donde, el 12 de marzo de 1974, fue compañero de celda, testigo, y asistió al General Alberto Bachelet Martínez en los momentos de su fallecimiento producto de un infarto cardiaco a causa de las torturas.
Tras estas experiencias a Jorge se le rebajó su condena desde 20 años de cárcel a solo 5 y ahora solo por “incumplimiento de deberes militares”.
Mi amigo Jorge Silva cumplió tres años y medio de cárcel efectiva y después se le permitió abandonar Chile en septiembre de 1977. Tuvo como opciones de refugio político los Estados Unidos, Alemania, o Inglaterra, eligiendo esta última donde siguió estudios y obtuvo un Máster en Estudios Internacionales.
Cada vez que Jorge venía a Chile nos hacíamos lugar y tiempo para encontrarnos, ponernos al día, recordar, y disfrutar de la mutua compañía. Ocurría lo mismo en las oportunidades que yo tuve de visitar Londres. Y frecuentemente teníamos conversaciones telefónicas donde nos informábamos de nuestras respectivas existencias.
Su esposa y compañera de toda su vida, Nelsa, falleció en enero de este año 2024. Un golpe anímico del que Jorge no pudo recuperarse y que incidió negativamente en el desarrollo de su insuficiencia renal, secuela de los golpes recibidos de parte de sus torturadores, llevándolo finalmente a la muerte.
Mi profundo pesar por el fallecimiento de mi amigo, compañero, y camarada, el capitán (R) de la Fuerza Aérea de Chile Jorge Silva Ortiz. Ojalá los miembros de las Fuerzas Armadas actuales tuvieran la integridad, la consecuencia, el respeto a la Constitución, y el patriotismo que fue la hoja de vida del Capitán Jorge Silva Ortiz.
Pedro Alejandro Matta
23 de agosto de 2024
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