Estos últimos días, los medios de comunicación informan de la presencia significativa de mujeres de todas las edades en la movilización de los chalecos amarillos. En efecto, ellas están presentes en las rotondas y aparecen regularmente en los medios de comunicación. Han surgido varias figuras, como Priscilla Ludoski, que tomó la iniciativa de la petición en línea que reunió a casi un millón de firmantes, o Jacline Mouraud, que publicó un video en Facebook a fines de octubre (1). Denuncian la disminución del poder adquisitivo, las injusticias fiscales, los bajos salarios, pero también la condescendencia del poder y su desprecio de clase, resumidos en el eslogan que exige la dimisión de Emmanuel Macron.