Patricio Guzmán S.
La intermediación en los mercados se incentivó por las nuevas funciones de los mercados bursátiles y de capitales, así como por el surgimiento de nuevos actores e instrumentos financieros como los derivados. Buscando alta rentabilidad las grandes empresas han entrado al negocio financiero. Muchas empresas dedicadas a las finanzas pueden obtener importantes ganancias comprando o vendiendo acciones, teniendo participación en otras empresas, comprando o vendiendo seguros, bonos, instrumentos monetarios, entre otros. Estos instrumentos financieros se tranzan en las bolsas de comercio o valores, donde se dan facilidades para realizar negociaciones de compra y venta de acciones o bonos. Pero la consecuente posibilidad de obtener ganancias por la especulación incrementó la volatilidad de las bolsas y la inestabilidad sistémica.
El factor inicial de la financiarización se ubica en el financiamiento de las grandes empresas capitalistas mediante la emisión directa de acciones y obligaciones de deuda. La banca comercial, en busca de nuevas fuentes de ganancia, dirige su actividad al préstamo a los hogares para el consumo y a la intermediación en los mercados financieros, lo que se sustenta en la liberalización financiera y las nuevas tecnologías de la información. La orientación a los hogares se facilita por los procesos de privatización del consumo de los hogares (vivienda, educación, salud, etcétera) y futuro (pensiones). El negocio de comercio minorista, se ha concentrado cada vez más en grandes cadenas de retail. Una parte significativa de su negocio centrado en el crédito, es una actividad de banca de crédito que trasciende a lo comercial.
El 90% del Comercio Internacional son transacciones financieras mayoritariamente especulativas, solo una parte menor tiene que ver con el intercambio de bienes y servicios.
La Puerta a la crisis global del sistema.
Algunos economistas han advertido que el crecimiento desmesurado del sector financiero es preocupante debido a que las utilidades se van generando a partir de actividades no tangibles, y a veces francamente especulativas, a veces incluso de dudosa legalidad. Una consecuencia es el aumento sobredimensionado del valor de algunos bienes; el llamado efecto “burbuja”, estos precios excesivos, que no guardan relación con la economía real, pueden derrumbarse ocasionando una crisis general, como ocurrió en la crisis financiera del 2007 – 2008, que comenzó por el estallido de las hipotecas “subprime” en Estados Unidos, hasta crecer a una recesión global. Esa es una amenaza presente, pues las instituciones del sistema financiero parecen haber aprendido poco de la catástrofe de la crisis de 2007 en adelante.
