Santiago, Chile (360Noticias) A solo días de la primaria presidencial, la candidata del Partido Comunista, Jeannette Jara, dio un rotundo portazo a la posibilidad de incorporar a Daniel Jadue a su comando, profundizando la disputa interna que enfrenta al sector liberal con la izquierda que representa Daniel Jadue en el PC.
La tensión no es nueva. Desde el inicio del proceso judicial contra el exalcalde de Recoleta, Jara evitó visitarlo o brindarle apoyo explícito, marcando desde entonces una distancia que ahora se consolida. La propuesta de sumar a Jadue al equipo de campaña provino del propio presidente del partido, Lautaro Carmona. Sin embargo, la respuesta de Jara fue tajante.
“Queda solo una semana de campaña, así que no le veo mucho sentido a que se incorpore al comando”, señaló Jara, desestimando tanto el tiempo como la pertinencia política del gesto. “Además, vamos bastante bien y las personas que están trabajando en el comando son personas que comparten mi forma y los objetivos de esta campaña”, añadió, dejando entrever una diferencia de fondo con el pensamiento político de Jadue y sus seguidores.
En una declaración que resonó en los pasillos del partido, la exministra insistió en su autonomía: “Si pasamos a la primera vuelta vamos a conformar un comando más amplio, pero las decisiones de quiénes conforman el comando evidentemente se toman desde esta candidatura”.
La candidata no dejó pasar la oportunidad para deslizar una crítica velada: “Yo me imagino que Daniel Jadue tiene otras prioridades, como su defensa jurídica y su eventual candidatura a diputado”, remató, apuntando a la situación judicial del dirigente, sin expresar ningún respaldo o solidaridad política.
Esta nueva exclusión del exalcalde confirma que el ala liberal del Partido Comunista, encabezada por Jara y respaldada por sectores del oficialismo, busca consolidarse como opción presidencial dentro del progresismo moderado, incluso al costo de romper con los referentes más combativos y tradicionales del PC. El gesto no solo deja a Jadue fuera de la campaña, sino que simboliza el desplazamiento de una izquierda crítica, popular y confrontacional, a manos de una dirigencia que apuesta por los consensos institucionales neoliberales.
El portazo a Jadue no es un hecho aislado: es una expresión más del proceso de derechización que vive el Partido Comunista chileno, donde el liberalismo político gana terreno a expensas de las posturas históricas de lucha anticapitalista y antiimperialista que alguna vez definieron su carácter.
